Se han anunciado un CD sencillo y un vinilo doble. Ambos incluyen las dos partes de TubularBells, el "medley" que Oldfield tocó en la inauguración de los JJOO de Londres, el remix que hizo York en el álbum TubularBeats y (novedad) la demo de ocho minutos que Oldfield llegó a grabar de lo que iba a ser Tubular Bells 4 antes de caer en el silencio más absoluto durante los últimos seis años.
El vinilo añade otras dos rarezas relativas: Tubular X, aquella pieza que se grabó para el álbum de la película Expediente X (1998); y el Mike Oldfield's Single, que, según apuntan en la estupenda web oldfieldexposed.blogspot.com, podría ser el original y no el corte ligeramente retocado de la edición de 2009.
La nota de prensa, de manera quizá ambigua, señala que ese trocito de TubularBells 4 podría ser lo último que Mike Oldfield, retirado según dicen, grabe en toda su carrera. Ya veremos.
Entre los monumentos de la música popular que este año celebran su 50 aniversario, deberíamos encontrar un ratito para acordarnos de (No Pussyfooting) (1973), el álbum proto-ambient de los británicos Fripp y Eno que inició su exquisita pero breve colección de trabajos a cuatro manos. No le quiero negar su calidad de "monumento", pero siendo realistas estamos hablando de un disco que pasó más que desapercibido en su momento y que solo ha obtenido su relevancia actual al demostrar su carácter pionero a través de las décadas.
Contraportada
(No Pussyfooting), que puede traducirse como "Sin marear la perdiz", fue un álbum lanzado por ambos artistas antes de iniciar sus carreras como solistas. Robert Fripp tardaría bastante en lanzar algo solo a su nombre fuera de los entonces ya más que consagrados King Crimson, pero Brian Eno (que salía de Roxy Music) tenía ya en el horno su debut Here Come the Warm Jets (1974). Es tentador pensar que, de haber sido el álbum que nos ocupa un gran éxito, podrían haberse establecido formalmente como dúo y no haberse reunido solo de manera más bien esporádica. Pero (No Pussyfooting) tiene una vocación puramente experimental, creo que con plena conciencia de ser una creación anecdótica sin grandes esperanzas comerciales.
Brian Eno y Robert Fripp en una foto de la época.
Los dos temas largos que integran el álbum están creados mediante una técnica que consiste en utilizar el sonido pregrabado en cinta magnetofónica de cierta pieza musical, al que se aplica un retardo, para crear un fondo denso sobre el que se interpreta y se graba la propia pieza. Eno invitó a su casa a Fripp para probar el invento (ya lo había usado antes Terry Riley, entre otros), aportando Eno el juego con cintas y Fripp su jugueteo con la guitarra eléctrica, grabada y reproducida como fondo para su mismo sonido. Así se originó la primera cara del vinilo, titulada The Heavenly Music Corporation ("La corporación de música celestial", un poco en tono autoparódico), que es el primer intento sólido de lo que Eno bautizaría años después oficialmente como ambient, y de lo que Fripp entendería como Frippertronics en sus propios experimentos posteriores.
El primer tramo de The Heavenly Music Corporation.
El segundo tema, Swastika Girls ("Las chicas de la esvástica", título inspirado en una película porno que Eno encontró por ahí) se grabó aprovechando el mismo estudio en el que King Crimson acababa de terminar Larks' Tongues in Aspic, y su principal diferencia con la otra cara del disco es que aquí el fondo que aporta Brian Eno está creado mediante sintetizador.
La primera mitad de Swastika Girls.
Como decíamos, el lanzamiento tuvo poca o ninguna repercusión y la discográfica optó incluso por rebajarle el precio drásticamente. Tan extraño resultó el invento para algunos entendidos que el famoso DJ de la BBC1 John Peel emitió el álbum en la radio al revés por error y se quedó tan a gusto. De hecho, en posteriores ediciones del álbum en CD se incluye una versión de ambos temas al revés, supongo que para más cachondeo.
Con el paso de los años, y tras otros trabajos de la pareja como Evening Star (1975) o The Equatorial Stars (2004), se ha podido analizar el álbum que nos ocupa en retrospectiva y se han reconocido sus méritos. Está claro que (No Pussyfooting) falló en su momento porque el público general -salvo que acudamos a alguna fantasía cósmica del krautrock/Escuela de Berlín- no estaba preparado para un tipo de música tan horizontal, tan estática y desprovista de prácticamente todo. No había un contexto para un disco así, y este es precisamente su gran mérito desde una perspectiva actual: creó ese contexto para hacer posible mucho de lo que vendría después. No es un disco fácil ni muy apto para novatos, pero hay que conocerlo.
Todos lo sabíamos, pero había que recordarlo hoy mismo. ¿Qué se puede decir de la gran obra maestra de Pink Floyd que no se haya dicho ya?
Es el tercer o cuarto disco más vendido de todos los tiempos, dependiendo de la fuente consultada, y de no ser porque la certificación de esta clase de récord depende de ciertas condiciones un tanto arbitrarias, podría ser fácilmente el primero de la lista. Para hacernos una idea, estuvo 200 semanas en la lista de ventas de Estados Unidos. Hay quien dice que el estupendo diseño de la portada ha ayudado a atraer a compradores que ni siquiera sabían muy bién qué clase de música se iban a encontrar.
Tiene 1198 versiones diferentes registradas en Discogs, entre distintos formatos de audio, relanzamientos, ediciones conmemorativas y variantes por países, a menudo con cambios visibles en el diseño de la funda. El vinilo más caro subastado hasta ahora llegó a las 3.500 libras, y esa tirada (primera edición por la discográfica Harvest) se reconoce -ojo si tenéis uno en casa- porque en la "galleta" del disco, el icónico prisma está totalmente coloreado de azul, no solo los bordes como en otras ediciones.
Si tienes esto en casa...
En algunas tiradas antiguas, la funda desplegable del LP incluía unos cuantos souvenirs: dos pósters dobles, con imágenes de las pirámides de Egipto y fotos de la banda en concierto impresos por los dos lados, y dos pegatinas diseñadas por el estudio Hipgnosis de Storm Thorgerson. La contraportada, parecida a la portada pero invertida, estaba diseñada para que al colocar varios vinilos en un estante, alternando unos de frente y otros del revés, pareciese que los rayos de luz y los arcoiris iban encadenados ad infinitum.
La contraportada y la portada, puestas juntas encajan en cualquier orden.
No hay grandes diferencias en el contenido estrictamente musical de las diferentes ediciones del disco. Quizá la más llamativa sea que en la versión incluida en la caja Shine On de 1992 se escucha el tema de The Beatles Ticket to Ride mientras el tema final Eclipse se va apagando entre latidos de corazón. Podría pensarse que es un homenaje a los de Liverpool por aquello de que grabaron a menudo en los estudios londinenses Abbey Road (donde se grabó The Dark Side of the Moon), pero en realidad era un local tan activo en la época que no parece un detalle que los Pink Floyd quisieran señalar. Sí que sabemos que David Gilmour mantiene una larga amistad con Paul McCartney, y que las voces de este último y su entonces esposa Linda fueron grabadas para una de estas conversaciones insertadas en el disco, si bien al final se quedó fuera.
Abbey Road Studios
A lo largo del álbum se escucha un montón de sonidos sampleados, entre los que destacan los relojes y despertadores del inicio de Time, que habían sido en realidad una prueba ajena al disco del ingeniero Alan Parsons para experimentar con el sonido cuadrofónico; y el sonido de caja registradora de Money, que ha causado la penúltima pelea entre David Gilmour y Roger Waters, debido a que ambos se han querido adjudicar el mérito del invento. La Wikipedia se lo concede a Waters. El tema inicial Speak to Me funciona, por cierto, como una introducción que recoge algunos de los sonidos -sobre todo samples- que se escucharán después en los demás temas.
Las pegatinas que venían con el vinilo.
Entre las leyendas urbanas asociadas al álbum, quizá la más conocida sea la de que había sido grabado para encajar con la película clásica El mago de Oz. La banda siempre lo ha negado, y es verdad que para hacer que ciertas letras de las canciones coincidan con escenas de la película hay que echarle bastante imaginación. Creo que también hay un rollo parecido con 2001: una odisea del espacio. En realidad, parece que los únicos productos audiovisuales que los miembros de Pink Floyd consumían durante las grabaciones eran partidos del Arsenal y la serie de TV de la banda cómica Monty Python. De hecho, parte del dineral que se ganó con las ventas del álbum (una parte minúscula, obviamente), se invirtió en la primera película de los Monty Python, Los caballeros de la mesa cuadrada, un extraño ejemplo de crowdfunding entre celebridades de entonces.
Dos de los pósters.
Pero lo importante es preguntarse por qué The Dark Side of the Moon siempre ha sido calificado como "el antes y después de la música", un epíteto quizá rimbombante pero con algo de razón. Creo que es porque, por una parte, hizo uso de técnicas de grabación punteras que antes seguramente habían sido demasiado experimentales para un disco de música popular; y por otra -y más importante- porque las letras de los temas profundizan en contenidos existencialistas y filosóficos muy profundos, cosa que, fuera del ámbito de los cantautores, no era nada habitual. En resumidas cuentas, este disco demostró que el rock, incluso estando dirigido al público más amplio posible, podía ser algo tan serio y maduro como una obra literaria o artística culta. ¡Y qué bien sigue sonando!
Un vídeo oficial que se grabó como material promocional. Después se utilizó para proyectarlo durante los conciertos.