1. Close to the Edge (18:41)
(The Solid Time of Change, Total Mass Retain,
I Get Up I Get Down, Seasons of Man)
2. And You and I (10:08)
(Cord of Life, Eclipse, The Preacher the Teacher, Apocalypse)
3. Siberian Khatru (8:55)
De entre todos los grandes grupos del rock progresivo, y con la excepción de ELP, confieso que con Yes es con el que menos consigo conectar. Debe ser algo personal, porque en realidad no puedo exponer qué tienen otros que no tengan ellos, o viceversa. Soy incapaz de poner pegas a su mérito artístico como banda emblemática de la edad dorada del género, pero siento que de algún modo su sonido ha envejecido más que el de otras formaciones clásicas de entonces. Creo que tiene algo que ver con el hecho de que nunca renunciaron a la rebeldía improvisativa y divagadora del rock de finales de los sesenta, y esto los hace menos "sinfónicos", menos "estructurados" compositivamente de lo que me suele gustar. Será que soy un poco cabeza cuadrada.
Contraportada
Y no es que Close to the Edge (1972) renuncie al barroquismo instrumental, las melodías felizmente deslavazadas y los instrumentos desbocados de otros álbumes de Yes, pero aquí el aglutinante, el cemento entre los ladrillos, es de una rara belleza que causa fascinación. Su anterior trabajo Fragile (1971) es también un clásico, sobre todo por el potente, novedoso sonido de temazos como Roundabout, pero es en Close to the Edge donde Yes realiza su más redonda aportación al sonido fantasioso y libérrimo del prog. Al parecer, el álbum estaría vagamente inspirado en Siddhartha (1922), la novela de Hermann Hesse.
Participa en el álbum la que podría ser la alineación más mítica de Yes, con la peculiar voz principal de Jon Anderson, el virtuosismo de Chris Squire (bajo), Steve Howe (guitarra) y Bill Bruford (batería), y con la determinante aportación cósmica de Rick Wakeman a los teclados. En el siguiente trabajo de estudio del grupo ya no estaría Bruford, que sería sustituido por Alan White, aunque sí participó en el célebre Yessongs (1993), álbum doble grabado en vivo y correspondiente a la gira promocional del álbum que nos ocupa. Parece que Bruford sintió que en Close to the Edge lo había dado todo y necesitaba pasar página.
Diseño interior del álbum, obra de Roger Dean.
Participa en el álbum la que podría ser la alineación más mítica de Yes, con la peculiar voz principal de Jon Anderson, el virtuosismo de Chris Squire (bajo), Steve Howe (guitarra) y Bill Bruford (batería), y con la determinante aportación cósmica de Rick Wakeman a los teclados. En el siguiente trabajo de estudio del grupo ya no estaría Bruford, que sería sustituido por Alan White, aunque sí participó en el célebre Yessongs (1993), álbum doble grabado en vivo y correspondiente a la gira promocional del álbum que nos ocupa. Parece que Bruford sintió que en Close to the Edge lo había dado todo y necesitaba pasar página.
Close to the Edge, en vivo (1975).
El tema homónimo al álbum es emblemático, sobre todo porque en obras posteriores (con la cercana excepción del mastodonte Tales from Topographic Oceans de 1974) repetirían la idea de una cara A con una única pieza larga y una cara B con otros temas diversos. "Cerca del borde" es además una gozada gracias a su alternancia de tramos lentos y rapidísimos, sus pinceladas a coro, y por supuesto por sus arreglos etéreos de sintetizador.
En absoluto desmerecen los otros dos temas, también bastante extensos. And You and I destaca por su elegancia generalizada cercana al folk, muy armoniosa pese a no ser un tema lineal, y por su delicado primer tramo instrumental; y Siberian Khatru, más rockera, posee un riff poderoso de base y alguna que otra exhibición de la habilidad de Wakeman que recuerda a lo que a veces hacía en sus trabajos en solitario. Se sabe que para lograr esta alquimia el grupo se las vio y se las deseó en el estudio, entre ideas geniales olvidadas de un día para otro, choques de individualidades e indisciplinas varias. Pero salió bien, ¿no?
And You and I
En absoluto desmerecen los otros dos temas, también bastante extensos. And You and I destaca por su elegancia generalizada cercana al folk, muy armoniosa pese a no ser un tema lineal, y por su delicado primer tramo instrumental; y Siberian Khatru, más rockera, posee un riff poderoso de base y alguna que otra exhibición de la habilidad de Wakeman que recuerda a lo que a veces hacía en sus trabajos en solitario. Se sabe que para lograr esta alquimia el grupo se las vio y se las deseó en el estudio, entre ideas geniales olvidadas de un día para otro, choques de individualidades e indisciplinas varias. Pero salió bien, ¿no?
Siberian Khatru
La portada incluyó por primera vez el famoso logo de la banda diseñado por Roger Dean, todo un icono visual de su tiempo. Y esto es definitorio, porque el diseño físico de los LPs de Yes parece ir unido a la música grabada de un modo muy especial, creándose una relación simbiótica entre ambos. Algunas fundas de sus vinilos están concebidas para ser observadas mientras escuchamos los discos, para que nos perdamos entre sus islas flotantes, sus bosques exuberantes y sus geologías imposibles. Una gozada que trasciende lo puramente musical y que aporta un "extra" en total desuso en estos tiempos de lo digital.