domingo, 30 de junio de 2019

Superman: secuelas, reinicios y otros daños colaterales.

Richard Donner filmó Superman y Superman II al mismo tiempo. Debido a algunas desavenencias con la productora, no obstante, se contrató a otro director, Richard Lester, para que terminase la segunda película. Pese a que todo estaba esencialmente terminado y a falta de realizar la postproducción, Lester regrabó algunas escenas para acomodar la película a su visión personal. En algún punto del camino se cayó del cartel John Williams, que fue sustituido por Ken Thorne. Tanto en Superman II  (1980) como en la fallida Superman III (1983), Thorne reutiliza y reelabora los temas de Williams, añadiendo algún pequeño elemento propio.

 
Los vinilos originales de Superman II y Superman III

En el álbum publicado con la BSO de Superman III, por cierto, tuvo gran relevancia la presencia de Giorgio Moroder, que contribuye con un par de temas de sintetizador (incluyendo un tema de amor para Clark y Lana Lang, su nueva novia), amén de colaborar en unos cuantos cortes con autoría distinta a la de Thorne que buscan explorar una vertiente pop de la película. Hay hasta una versión electrónica del tema principal. Todo bastante rancio, dicho sea de paso.

La intro de Superman III, con una pieza original de Ken Thorne.

El nuevo Love Theme.

Dependiendo de dónde lo consultemos, queda la duda de si Williams compuso material nuevo y lo cedió a Thorne, o si la frase "a partir de material original compuesto por John Williams" que podemos leer en los créditos se refiere simplemente a la reelaboración que mencionamos antes. Algunas fuentes bien informadas apuntan a la primera opción: que Williams creó dos o tres "temas" para cada secuela que luego serían trabajados por los músicos titulares. Al parecer, puede rastrearse alguna de estas ideas musicales de encargo en trabajos posteriores de Williams. No podemos confirmarlo por ahora, y yo me decanto por la idea de que Superman II y III son sólo reciclajes. El caso es que no son desdeñables como bandas sonoras, al menos coyunturalmente, pero se nota bastante la ausencia de Williams incluso en el tema inicial, al que unas simples pinceladas mal dadas en la producción le restan bastante épica.

Superman IV está disponible en una nueva edición de La La Land Records.

Con Superman IV: en busca de la paz (1987) se complicaron las cosas. La producción corrió a cargo de Golan y Globus, los cerebros de la Cannon, y pese a contar con el competente Sidney J. Furie como director, los constantes recortes de producción y la pésima calidad de la cinta dieron al traste con la franquicia. El músico elegido, Alexander Courage (autor de la sintonía de la serie Star Trek), contó, esta vez sí podemos confirmarlo, con tres nuevos temas de Williams: uno para la nueva "chica" de la película, otra para el niño que pide a Superman que acabe con las armas atómicas, y la tercera para el supervillano de turno, el Hombre nuclear. Pudieron quedarse en nada al tener Courage que recomponer y regrabar varias veces la partitura para ajustarla a una película con un guión y montaje siempre cambiantes. Creo que, pese a todo, el resultado final no suena mal.

Una suite que alguien ha montado con fragmentos seleccionados de Superman IV.

El Superman cinematográfico iba a estar dormitando en la Fortaleza de la soledad durante dos décadas. Sus émulos de la televisión (Superboy, Lois y Clark) seguirían utilizando sintonías derivadas del tema de Williams. La excepción fue Smallville, en la que sonaba un tema pop. No obstante, se utilizaron temas originales de 1978 tanto en momentos puntuales del tramo final de la serie como en la aparición estelar de Christopher Reeve, a modo de homenaje.

Las portadas del CD de Superman Returns y de su versión expandida.

El director Bryan Singer, en la cima de su carrera tras las dos primeras entregas de los X-Men, fue el elegido para dar forma a Superman Returns (2006), una ambiciosa continuación tardía que enlazaba directamente con la película original de Donner, ignorando las secuelas. John Williams fue la primera opción de Singer, aunque los problemas de agenda del primero llevaron al segundo a contar con la ayuda de John Ottman. Éste había trabajado en X-Men 2 con excelentes resultados y era también montador de las películas de Singer.

La espectacular intro de Superman Returns.

Un ejemplo de cómo hacer algo maravillosamente fresco con algo que, en esencia, ya existía.

Francamente, la banda sonora de Superman Returns podría ser la que mejor revive el espíritu de la original. Las orquestaciones son magníficas (el tema de los créditos iniciales suena brutal) y el material de Williams ha sido de verdad reelaborado en el mejor sentido del término, dotado de nueva y genuina personalidad, manteniendo a la vez el profundo sinfonismo y el sonido atemporal de la obra primigenia. La relativa mala fama actual de la película, que pese a sus virtudes se quedó en un quiero y no puedo (parece un "remake" encubierto de la original lleno de enormes agujeros argumentales) resta popularidad a una obra musical brillante y a reivindicar.

La portada es tan fría como la música allí contenida.

Con la franquicia todavía en cuarentena, llegó en 2013 El hombre de acero (Man of Steel), dirigida por el entonces muy loado Zack Snyder, responsable de 300 y Watchmen. El filme reiniciaba la mitología del personaje y se buscó adrede un nuevo enfoque narrativo y estético que, teóricamente al menos, mantuviese cierta coherencia con la insigne trilogía de Batman de Christopher Nolan a fin de reunir a ambos héroes en un futuro proyecto conjunto. Pero creo que Man of Steel, pese a tener sus defensores, no mantiene la coherencia ni consigo misma.

Zimmer interpreta su Man of Steel en vivo, en su DVD Live in Prague.

En cualquier caso, el músico elegido esta vez fue nada menos que Hans Zimmer, que por los motivos antes mencionados se decanta por crear un nuevo tema para Superman que recuerda al minimalista leitmotiv de su propio Batman. Si para Batman había sólo dos notas amenazadoras, para Superman hay también dos, en este caso repetidas, in crescendo y con un carácter francamente heroico, como incidiendo en el reverso luminoso que es el kriptoniano para el atormentado justiciero de Gotham. Creo que es un tema fresco e innovador, digno del personaje, aunque el conjunto de la BSO de Man of Steel (que se lanzó incluso en un CD doble) carece de la fuerza ambiental y expresiva de las partituras del nuevo Batman. Es un Hans Zimmer no del todo inspirado, más centrado en potenciar escenas de acción que en crear un corpus musical sólido. Salvo por el buen tema central, el resto de la música suena, en general, fría y gris, como el Superman hierático y sin chispa de la película.

Portada de Batman v Superman: Dawn of Justice.

Ya publicamos una reseña -medio en broma- de la posterior partitura de Batman v Superman: Dawn of Justice (2016) firmada por Zimmer y Junkie XL, que es interesante pero difícil de digerir por su abundancia de ruidismo. Hay en ella un nuevo tratamiento para Batman (Snyder no es Nolan, Ben Affleck no es Christian Bale) y escuchamos un novedoso tema para la recién llegada Wonder Woman.

Portada de Justice League

Por ser exhaustivos, terminaremos con Liga de la justicia (Justice League, 2017), que fue realizada de nuevo por Snyder, aunque un problema familiar hizo que el proyecto fuese pulido por Josh Whedon. El producto final, quizá no tan nefasto como se empeñó en decir la crítica, sí que es endeble y da la impresión de haber sido víctima de un montaje feroz guiado más por razones económicas que por criterios artísticos. Hans Zimmer afirmó que Batman v Superman sería su ultima partitura superheroica, y aquí estaría al mando, teóricamente hablando, Junkie XL en solitario. No obstante, con los vaivenes de la producción se acabó contratando a Danny Elfman, autor de la BSO de Batman (1989) que acababa de trabajar con Whedon en Los Vengadores: la era de Ultrón. Su trabajo atestigua de manera singular el prematuro agotamiento del universo fílmico de DC al retomar con muy poca gracia, en una pura maniobra desesperada de fanservice, los temas originales de Batman (el compuesto por el propio Elfman) y Superman (el de John Williams) en varias escenas. Se cerraba el círculo de un modo agridulce.

El tema central de Justice League

viernes, 14 de junio de 2019

John Williams - SUPERMAN. THE MOVIE


1. Theme from Superman (Main Title) (4:24)
2. The Planet Krypton (4:45)
3. Destruction of Krypton (5:58)
4. The Trip to Earth (2:23)
5. Growing Up (1:53)
6. Love Theme from Superman (5:00)
7. Leaving Home (4:48)
8. The Fortress of Solitude (8:29)
9. The Flying Sequence & Can You Read my Mind (8:08)
10. Super Rescues (3:24)
11. Lex Luthor's Lair (3:23)
12. Superfeats (5:00)
13. The March of the Villains (3:33)
14. Chasing Rockets (7:33)
15. Turning Back the World (2:01)
16. End Title (6:24)

Cuando pensamos en aquellas películas que redefinieron el cine comercial entre la segunda mitad de los años setenta y la primera mitad de los ochenta, seguramente mencionaremos en primer lugar los grandes éxitos de Lucas y Spielberg. Es inevitable que alguna otra gran película de la época quede en segundo plano, y creo que ese es el injustísimo caso de Superman (1978), una película de enorme éxito en su momento que vino a ser, en más de un sentido, un antecedente directo del actual cine de superhéoes. Siguen copiando su estructura argumental básica (que pertenece mucho más al guión de la película que al cómic original de Siegel y Shuster para DC), sobre todo en lo que se refiere a narrar los orígenes del personaje, y sus claves para integrar sus obvios elementos fantásticos en un contexto realista y actual siguen siendo modélicos. Quizá Superman tenga el principal defecto de que algunos elementos estéticos del momento se han quedado un poco viejos, mientras que los años 30 de Indiana Jones y la galaxia de Star Wars no acusan el cambio de las modas.

El tráiler original.

La inclusión inesperada de John Williams en el proyecto de Superman fue una de las mejores cosas que podían pasarle a una película así. El director, Richard Donner, contaba con Jerry Goldsmith para la BSO, cosa lógica al haber logrado un Oscar (el único de Goldsmith) por La profecía, el anterior filme de ambos. Pero Goldsmith andaba mal de agenda y resultó que, oh sorpresa, Williams estaba momentáneamente libre y alguien coincidió con él por ahí. Recordemos que Williams ya había puesto ambos pies en el Olimpo del cine con Tiburón y Star Wars, la segunda de las cuales poseía la banda sonora de más exito popular y crítico de todos los tiempos. Estrenada el año anterior, por cierto, mientras se ultimaba Superman. Indudablemente, la BSO que nos ocupa posee uno de los temas principales más conocidos del músico, e inevitablemente, hay quien sigue proclamando que se parece demasiado al de Star Wars y que Williams se confirmó como fabricante en cadena de fanfarrias.

Los créditos iniciales.

Dejando a un lado bocachanclas e impresiones superficiales, lo cierto es que Superman y otras obras del Williams de la época sólo tienen en común su manera de enfocar las orquestaciones, su gusto por dar peso a los metales (durante los ochenta se movería lentamente hacia las cuerdas) y su personal variedad cromática, asombrosa en aquella época. También sigue ahí la London Symphony Orchestra, lo que también contribuye. Pero Superman no se sustenta en el uso de leitmotivs del mismo modo exhaustivo que lo hacía Star Wars, y mientras que Star Wars se inclinaba por ciertos motivos musicales del romanticismo decimonónico europeo, Superman tiene un sonido más actual, marcial, heroico y genuinamente americano.

Marcial, heroico y genuinamente americano. Christopher Reeve como Superman.

Como decíamos, Superman no posee una urdimbre especialmente compleja en lo que respecta a temas conductores en el sentido wagneriano. Más bien se sustenta en el uso de unos pocos temas para sus personajes principales (no tanto en piezas para sentimientos o conceptos) y en una estructura con tres partes bien diferenciadas que precisamente corresponden a los tres tramos básicos del argumento de la película: Krypton, con el juicio a los tres malhechores y la posterior explosión del planeta; la infancia y juventud del protagonista en Kansas, seguidas del viaje de Clark Kent al norte, el descubrimiento de sus orígenes y la construcción de la Fortaleza de la soledad; y finalmente, las aventuras de Superman (el inolvidable e inigualado Christopher Reeve) en Metrópolis, su idilio con Lois Lane y su lucha final por frustrar los planes de Lex Luthor.

A John Williams se le pidió que compusiera algo solemne, espectacular, para acompañar las imágenes del planeta Krypton. Por encargo de Richard Donner pero con mucho acierto, Williams realiza lo que es una especie de versión "no tan minimalista" del Así hablaba Zarathustra, popular por su uso en 2001. La breve trama en este planeta lejano posee un planteamiento musical lento y con notas largas, amén de una atmósfera grave y alguna pincelada electrónica.

The Planet Krypton

El segmento de Kansas posee, por contraste, tintes de nostalgia, con la orquesta irradiando belleza y calidez. No en vano, estas escenas poseen una factura visual de cine clásico (escenas en exteriores, vastos horizontes), prácticamente propia de algún western de John Ford. 

Leaving Home

Y una vez que el protagonista llega a Metrópolis, una idealizada Nueva York a finales de los años setenta, se da algo menos de importancia a la suntuosidad de la música para elaborar con más empeño las piezas incidentales, mezcla de acción y sutil comedia. Es aquí donde nos topamos con dos de los fragmentos más emblemáticos de la obra. Está la pieza para la escena del vuelo nocturno con Lois Lane (The Flying Sequence), de la que ya escuchamos una versión breve en el archiconocido tema de los créditos iniciales, y que aquí resplandece con toda su sencilla belleza contemporánea, casi pop. La actriz Margot Kidder habla, voz en off, durante la escena, y alguien incluso tuvo la idea de publicar el tema con su voz como single, con unos arreglos disco más bien reguleros. Está incluido en ediciones extendidas del álbum.

La escena del vuelo.

Y el otro gran tema de este último y más largo segmento de la película es el de los malos (March of the Villains), una pieza para concierto divertida, caricaturesca, como lo son Luthor y sus dos esbirros. Puede ser un ancestro del posterior tema de los Ewoks de Return of the Jedi

The March of the Villains

El tema principal de la película es bastante más complejo de lo que parece. Comienza con una fanfarria en sentido estricto, prácticamente unos toques de corneta que anuncian la llegada del héroe, seguidos de un ostinato que va in crescendo y la explosión orquestal de la melodía más conocida. No faltan algunas notas sueltas aquí y allá que transmiten la sensación de "vuelo". Tal como hemos mencionado antes, el tema de amor se inserta con perfecta adecuación rítmica a toda esta potente marcha superheroica, antecediendo a lo que ocurriría posteriormente, con resultados incluso más elegantes, con la inserción del tema de Marion en The Raiders March, el tema principal de En busca del arca perdida que todos identificamos con Indiana Jones. El tema inicial vuelve a sonar en los créditos finales, y para cuando Christopher Reeve y su sonrisa salen de plano en su vuelo atmosférico, hemos pasado otra vez a la historia del cine.

El tema de Superman, dirigido por John Williams.

La banda sonora original de Superman se publicó inicialmente en una versión muy recortada, en un vinilo doble que se vio a su vez reducido para su primera edición en CD en 1987. La compañía Rhino publicó una edición remasterizada y ampliamente extendida en un doble CD en el año 2000, y el pasado 2018, tras el inesperado hallazgo de los másteres originales en un almacén, se público una edición definitiva, expandida, requetemasterizada y en triple CD que suena asombrosamente bien, como grabada ayer mismo. Es cosa de La La Land Records, la empresa más concienzuda del gremio, y de su artesano habitual, Mike Matessino, que ya había logrado resultados sobresalientes en la versión del 2000. Lógicamente, y aunque he escogido la portada y la lista de temas originales para encabezar esta entrada, es la versión de 2018 la que más recomiendo para disfrutar de este clasicazo. Una pasada.

La edición definitiva.
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