1. Noonday Sun (4:59)
2. Green and Blue (4:53)
3. Madazulu (3:23)
4. 1716 (1:03)
5. Deep Weather (4:54)
6. Comparsa (4:58)
7. Earthquake (Transition 1) (0:48)
8. Tres Marias (4:53)
9. Radio Belize (3:58)
10. Ekue Ekue (5:20)
11. La Lune Se Bat Avec Les Étoiles (Transition 2) (2:27)
12. Forest Power (2:47)
13. Media Luna (4:32)
Escuchar música de Deep Forest no es fácil. O puede ser demasiado fácil y me estoy complicando la vida, no lo he decidido todavía. Ya hemos comentado por aquí sus anteriores trabajos Deep Forest (1992) y Boheme (1995), por lo que los seguidores habituales del blog saben de qué clase de música estamos hablando: electrónica, no de baile pero casi, con ritmos complejos y cuajados de sampleados étnicos. Lo que sucede con Comparsa (1998) es que estas características se acentúan, se multiplican por mil, hasta el punto de que uno no sabe si estamos escuchando música esencialmente tribal con una envoltura electrónica, o -más bien- todo lo contrario.
Si en los temas más conocidos hasta entonces del dúo francés, Sweet Lullaby y Marta's Song, encontrábamos un tratamiento melódico sutil con, digámoslo así, uno o dos samples básicos que aportasen consistencia a las canciones, en Comparsa hay tal cantidad de sampleados, tal maraña de sonidos vocales (cantados o no) brotando como nubes de insectos de nuestros auriculares que estamos obligados a dar dos o tres pasos atrás si queremos ver el cuadro completo. Musicalmente hablando, Comparsa necesita ser escuchado al menos dos veces antes de hacernos una opinión sobre él.
Contraportada.
En una primera audición, el álbum recuerda -al menos en mi caso- a varias partes de Zoolook (1984) de Jean Michel Jarre. Parece construido a base de voces sampleadas (esto es, pregrabadas de diversas fuentes y archivos sonoros) usadas a discreción hasta formar un mosaico abigarrado de cuyas junturas no escapa nada. La primera vez se hace difícil incluso seguir las melodías, y la atmósfera es un pelín agobiante. Después, empezamos a ver la luz y apreciamos Comparsa con plena conciencia. Pero insisto: a mi me ha costado trabajo, y mientras redacto estas líneas sigo pensando que necesito otro intento.
Describir cada álbum de Deep Forest no es tan sencillo como hablar de discos conceptuales. Es cierto que cada uno parece centrarse en un tipo de sonido étnico, pero desde luego en este trabajo que nos ocupa, los límites no son demasiado precisos. Tras las selvas vírgenes de Deep Forest y la Europa del este de Boheme, Michel Sanchez y Eric Mouquet viajan en esta ocasión a Centroamérica para conjugar ciertos ritmos con sabor afrocubano y voces de indígenas, tanto en español como en sus lenguas aborígenes. Y no solamente voces, sino también sonidos guturales y murmullos varios. El resultado es una interesante fusión entre lo selvático y lo criollo, reconociblemente "americano", si bien el resultado final no está lejos de lo puramente tribal del primer álbum del dúo. En el fondo, esta podría ser la mejor prueba del grado de perfección que la World Music estaba alcanzando en manos de los franceses.
Portada del single Media Luna, en el que canta Ana Torroja.
Estando ante un trabajo bastante indescriptible, prefiero destacar unos cuantos temas en lugar de repasarlos uno a uno. Noonday Sun es un buen comienzo, luminoso, optimista y muy animado. Otros cortes como el homónimo Comparsa van en una línea parecida. Otros temas aportan un necesario contrapunto relajado, como 1716 o La Lune Se Bat Avec Les Étoiles; y no podemos olvidar Forest Power, marca obvia de la casa, y Media Luna, con la voz de Ana Torroja cantando en español sobre ritmos arábicos. El resto de temas, que son la mayoría, posee su propio encanto y se mueve entre ritmos chill out y experimentos atmosféricos vagamente melódicos. Cada vez que los escucho, incluso los que me parecen menos interesantes, encuentro un toque más acusado (y agradable) de naïf electro-pop europeo de los 80-90 que le va muy bienal sonido Deep Forest, y que no había notado de manera tan acusada en sus álbumes previos.
En resumen, un buen tercer álbum que quizá sufre un poco por la indeterminación de sus objetivos, y que requiere -a mi juicio- de la escucha de los trabajos previos del dúo. Saltárselo sería una mala idea, pero empezar por él sería todavía peor. En Spotify.
Noonday Sun.