lunes, 28 de julio de 2025

El poder del "Triunvirato" (II)

Pienso que la primera dificultad para tratar de encontrar a artistas que "sucedan" (esto es, que lleguen a tener roles similares en la cultura popular) a los tres grandes es que no es fácil saber dónde buscar, más que nada porque el mundillo de la música digital autoeditada es tan vasto y carente de asideros como el océano mismo, y porque la industria musical convencional ha compartimentado muchísimo los géneros y subgéneros. 

En última instancia, la forma de hacer llegar la música al público es mediante estrategias de mercado, y hoy tenemos un montón de etiquetas bajo las que se ofrecen productos en lugares como Spotify. En el caso de la música instrumental de ámbito popular, el etiquetado múltiple viene desde finales de los años ochenta y primeros de los noventa, cuando esa música que nos gustaba empezó a llamarse de maneras diversas según matices no siempre tan claros: ambient, minimalismo, new age, electronic music/electrónica, chill out, drone, world music, downtempo, jazz fusión, folk fusión, soft jazz, neoclásica, neorromántica, etc. Yo mismo utilizo muchos de estos términos como etiquetas en las entradas, por hacer más fáciles las búsquedas.

Pasamos de la dificultad de definir estilos de música que son previos a la diversificación del panorama, y mucho más libres (como los del Triunvirato), a otro contexto en el que la inmensa mayoría de los músicos que beben del Triunvirato deciden conscientemente adherirse a los subgéneros, a uno o dos a lo sumo. Hace tiempo que acabó el ecumenismo.

Es más, dos de los miembros del propio trío de ases, a partir de cierto momento de sus trayectorias, empezaron a sentirse cómodos también bajo el paraguas de esos subgéneros que en sus mejores años les habrían quedado estrechos. Aunque sólo fuese momentáneamente. Jarre entró de lleno en el eurodance mientras que Oldfield publicó álbumes autoproclamados como chill out. Para muchos seguidores de ambos, además, esto supuso una decepción, teniendo en cuenta que en nuestra mente habían representado lo contrario de todo aquello, casi desde una perspectiva moral.

Nada impide que de repente aparezca un renovador (¡O renovadora!) ecléctico de talla internacional que vuelva a difuminar las barreras entre etiquetas, pero no parece la tendencia natural, imitadores confesos aparte. En realidad, muchos artistas hoy en auge que admiten de algún modo seguir los pasos del Triunvirato parecen estar mucho más influidos por la etapa de -digamos- decadencia de sus ídolos que por aquella otra que los aupó al estrellato. 

Me resultaría difícil identificar como sucesor a alguien que siga los pasos del Jarre DJ, del Oldfield ibicenco o hasta del Vangelis sinfonista con soprano. Eran (son) artistas muy completos con un rango compositivo amplio, virtuosos en la ejecución con sus instrumentos, sorprendentes en la producción, rupturistas en las formas pero siempre comprensibles para el no iniciado, impactantes en lo visual, capaces de equilibrar lo electrónico y lo acústico... Demasiadas cosas a la vez.

La última cuestión que se me ocurre es también fundamental: ¿Para qué queremos sucesores para el Triunvirato? Nadie nos va a quitar sus discos, que además van adquiriendo una vigencia renovada con los años como clásicos, por no mencionar que los tres poseen discografías muy largas a las que puede añadirse todavía una cantidad respetable de material hoy inédito. 

Creo que la aparición de sucesores me resultaría ilusionante más por lo que ello tendría de sintomático respecto a la música actual que porque de verdad necesite nuevos ídolos a los que seguir. La cantidad de prejuicios sobre la música instrumental (hoy marginal para el público masivo si exceptuamos la de baile y algunas BSOs de cine) que caerían hechos añicos si emergiese una figura de esa talla haría que valiese la pena la espera, incluso a sabiendas de que difícilmente este nuevo -o nueva- gurú pueda hacernos olvidar a los tres grandes.

jueves, 24 de julio de 2025

El poder del "Triunvirato" (I)

A raíz del reciente concierto de Jean-Michel Jarre en Sevilla, pude leer un interesante artículo enlazado en una entrada de los fans del músico en Facebook. Está aquí. Se trata de una crítica del concierto y al mismo tiempo de una reflexión sobre el estado de las cosas en este tipo de música. Lo de "este tipo de música" que conste que lo digo yo, porque echar en el mismo saco a Jarre, a Mike Oldfield y a Vangelis (el "Triunvirato") es arriesgado. 

Son hombres y europeos los tres, artistas generalmente instrumentales y superdotados para la melodía, calificados a menudo como genios por lo innovadoras y a la vez accesibles que fueron en su momento sus propuestas musicales, y por supuesto un poco "raras avis" al no casar sus obras con lo habitual en la cultura pop. No sé si son tantas cosas en común.

Lo que se dice echarlos al mismo saco, me temo que sí, que los echamos. Y somos nosotros, los seguidores de estos artistas, los que lo hacemos, porque en realidad lo que los une es algo que ha estado siempre más en nuestra cabeza que en la realidad objetiva: hacen unas músicas que nos gustan, que tocan una fibra muy especial. No sé si los aficionados a algún género musical muy alejado también harán "paquetes" de artistas parecidos a los que tener como referencia.

Jean-Michel Jarre

Llevo escuchando al Triunvirato desde los primeros años noventa, y posteriormente 16 años indagando para aportar información a este blog. Puedo aplicarme aquello de que más sabe el diablo por viejo que por diablo, aunque no voy de erudito por la vida, y he tenido tiempo de reflexionar largo y tendido sobre el porqué de la adoración que sentimos muchos hacia la música de estos señores.

No vale decir que "nos hemos criado" con ellos, ya que algunos (yo mismo) los conocimos ya creciditos y en etapas tardías de sus carreras. No vale tampoco lo que alguna vez he leído, que son artistas de rock progresivo, porque dudo mucho que lo sean salvo muy ocasionalmente. En realidad, ni siquiera los fans del progresivo tienen del todo clara una definición del género. ¿Y por qué ellos y no otros? Nos encantan Tangerine Dream, Alan Parsons, Enya, Klaus Schulze y demás, pero casi siempre los ponemos un escalón o dos por debajo.

Me he planteado si es alguna clase de condición peculiar nuestra, que a lo mejor tenemos algo de inadaptados, de frikis solitarios, de soñadores, de culturetas. Y después he conocido a otros fans que describen sus experiencias musicales con las mismas palabras que usaría yo, y que no tienen ninguno de estos "problemas" que, en mi hipocondría, he creído sufrir. Personas totalmente diferentes entre sí y distintas a mí en casi todo.

Mike Oldfield (Fin Costello - ©Redferns)

He llegado a pensar, y pido perdón por adelantado, que igual es música para simplones, que tal como se etiqueta hoy en día en muchos ámbitos sólo es música ligera ("light music"), de ascensor, relajante, intrascendente, pomposa cuando creo que es grandiosa, sensiblera cuando la juzgo sensible, melodías sin más valor que un jingle publicitario o un tono para móvil, que apenas destacan por tener un alto nivel de producción que me cautiva porque no tengo la capacidad suficiente para apreciar lo que haría un sesudo poeta cantautor de los de voz y guitarra, o un virtuoso del jazz más sibarita.

Me libro de estos pensamientos oscuros escuchando música pop convencional y comprobando cómo, acostumbrado a la riqueza y complejidad artísticas de la clase de música que comentamos aquí, puedo verle las hechuras de cartón y plastiquillo a casi cualquier producto de moda, incluso si goza de cierto prestigio. No pretendo traspasar el carnet de tonto al aficionado a otra música (en realidad, hay muy pocos estilos que me generen verdadero rechazo), pero tampoco creo que los seguidores del Triunvirato lo merezcamos.

Y para terminar esta primera reflexión, mencionaré que hay algo preocupante en esta fidelidad acérrima al Triunvirato: que tras 50 años largos de carrera, ninguno de los tres parece tener sucesores a la vista, al menos sucesores que hayan brillado más allá de un destello puntual previo al olvido. O peor todavía, que a lo mejor esos sucesores son tan buenos como nos gustaría pero llevan ya tiempo ahí afuera y no sabemos encontrarlos. O el colmo de lo terrible, que sí que los tenemos delante pero nos falta el valor de darles esa oportunidad que tanto ellos como nosotros necesitamos.

Vangelis Papathanassiou

Seguiremos con la reflexión, a ver dónde nos lleva.

lunes, 30 de junio de 2025

Jean Michel Jarre - HONG KONG

CD 1

1. Countdown (1:37)
2. Chronologie 2 (6:37)
3. Chronologie 3 (5:46)
4. How Old Are You? (1:17)
5. Equinoxe 4 (4:46)
6. Souvenir of China (4:43)
7. Que'st-ce-que l'amour? (0:52)
8. Chronologie 6 (5:10)
9. Chronologie 8 (4:49)
10. Where Are You Going? (0:52)
11. Oxygène 4 (4:32)

CD 2

1. Hong Kong Hostess (0:35)
2. Fishing Junks at Sunset - Part 1 (6:09)
3. Fishing Junks at Sunset - Part 2 (5:31)
4. Sale of the Century (1:18)
5. Digi Sequencer (6:07)
6. Magnetic Fields 2 (6:31)
7. Band in the Rain (Unplugged) (2:26)
8. Rendez-Vous 4 (6:23)
9. Chronologie 4 (6:35)

Ni siquiera tenían que poner el nombre completo en la portada; te plantaban un JARRE bien grande, unas letras chinas potentes y unos rayos láser rojos y ya sentías un hormigueo en el escroto. Hong Kong (1994) es de cuando Jean-Michel Jarre era sinónimo de buena música y espectáculo garantizado, un álbum que, si bien no era el colmo de la innovación dentro de la trayectoria de su autor, querías tener en tu colección sí o sí.

 
Jean Michel Jarre en el libretillo del CD desplegado, a modo de póster.

Y el caso es que ya desde el título te estaban engañando, porque la inmensa mayoría del doble CD corresponde a música que ni siquiera se grabó en dicha ciudad. El evento que inspira el título al álbum fue la inauguración del Estadio de Hong Kong en 11 de marzo de 1994, para la que Jarre fue invitado a ofrecer uno de sus shows megalómanos. No obstante, aquellos fastos estuvieron enmarcados en las numerosas celebraciones mediáticas que señalaban el inminente traspaso de poderes de las autoridades británicas hongkonesas a las de la República Popular de China en 1997, dejando atrás la ciudad su régimen especial -más democrático, más cosmopolita- dentro del aparato económico y político del régimen fundado por Mao. Imagino que gran parte de la población no estaría por la labor de celebrarlo, pero si Jarre venía a tocar a tu ciudad había que ir a verlo. Las entradas se agotaron en menos de 48 horas.

Despliegue del libreto tipo póster, por el otro lado.

En la elección del título del álbum, seguramente se quiso jugar con el hecho de que aquellos conciertos en China de 1981 formaban ya parte de la mitología de la música electrónica, y alguien supuso que un álbum que sugería el regreso de Jarre a China debía vender un trillón de ejemplares. La verdad desnuda es que casi todos los temas que componen el doble trabajo se grabaron durante la gira Europe in Concert, la primera de Jean-Michel en toda su carrera. Uno de los conciertos, el de Barcelona, fue editado para su venta en VHS, y quizá por no repetir título se acudió al evento de China, en el que el repertorio fue parecido, para editar el que, a fin de cuentas, fue el álbum que reflejó aquella gira.

Portada del VHS de la gira, con el diseño del póster original.

Europe in Concert, que comenzó con un espectacular concierto en el Mont Saint Michel de la costa francesa, recorrió Europa -creo que no pasó por los países escandinavos- con el reciente éxito del álbum Chronologie (1993) como columna vertebral de los espectáculos de luz y sonido que todos habremos visto alguna vez. Hasta entonces, Jarre había ofrecido muchos conciertos en lugares emblemáticos, normalmente para celebrar efemérides, y esta fue la primera vez que repetía un formato "portátil", repetible. Creo que el formato de los shows se diseñó con buen criterio, ya que la espectacularidad de la gira fue evidente.

 
Rendez-Vous 4, en Barcelona.

Por supuesto, este álbum recoge, estando el concepto centrado en China, una estupenda versión del clásico Fishing Junks at Sunset que sí se grabó en Hong Kong, y otra de Souvenir of China, también grabada allí, pero que se mezcla con grabaciones del mismo tema en el concierto de Paris-La Défense de 1990. Lo demás es todo de la gira europea, incluyendo un único tema que no ha aparecido en ningún disco de estudio, Digi Sequencer. El álbum contiene varios cortes con grabaciones de voz y efectos sonoros, supongo que del evento de Hong Kong, aunque es difícil considerarlos como verdaderas piezas musicales. El orden de las pistas en el disco no se corresponde ni con el repertorio de la gira ni con el del concierto hongkonés en particular, por lo que entendemos que se buscó la experiencia musical doméstica más que la fidelidad a los conciertos.

 
Digi Sequencer

Sobre la calidad del sonido hay poco que objetar: es excelente, bastante mejor que la del -en comparación- modesto Destination Docklands (1989), su anterior obra en directo. Y la selección de temas convierte Hong Kong en prácticamente un recopilatorio de lo más popular de Jarre hasta aquel momento. Por eso mismo es difícil destacar qué temas me gustan más, porque hay muchísimo donde elegir. Me quedaría, por no eludir la cuestión, con la versión de Rendez-Vous 4, por su tratamiento rítmico muy pop en el mejor sentido de la expresión, y porque la aportación que hace aquí a la guitarra eléctrica Patrick Rondat es estupenda. De hecho, Rondat añade un elemento nuevo, fresco, a gran parte de los temas sin resultar invasivo, subrayando sólo los momentos que tiene que subrayar (fijémonos por ejemplo en el tramo final de Chronologie 2) y sin que la esencia electrónica y cósmica del Jarre clásico quede adulterada. También hay un magnífico trabajo de percusiones en la intro expandida de Chronologie 4, un fin de fiesta por todo lo alto con el último gran éxito de Jarre.

 
Chronologie 4

La especulación sobre qué temas son un puro playback o cuáles interpretó allí de verdad (en Hong Kong o donde fuese) me temo que es café para los muy cafeteros. Si alguien lo sabe con certeza, que lo ponga en los comentarios y lo añado con gusto a esta reseña para que quede constancia. Después de haberlo escuchado últimamente, creo que las melodías principales de los temas -casi todas, al menos- sí que se interpretaron en directo de verdad, como lo fueron por supuesto la mencionada guitarra eléctrica, el bajo, las percusiones acústicas y las voces corales. Junto a Jarre, intervienen en los temas otros tres teclistas (incluyendo el habitual Francis Rimbert), por lo que no debió ser necesario tirar de pregrabaciones. Pero quién sabe.

 
Contraportada del CD doble.

El álbum fue publicado nuevamente en 1997 en un solo CD, recortando el Fishing Junks at Sunset, y alguno de los temas de transición, y por ahora creo que es el único disco oficial de Jarre que no ha sido objeto de reedición en los últimos años. Tanto la edición en 1 CD como en 2 CDs son fáciles de encontrar en eBay y similares, normalmente de segunda mano, pero no los busques en tiendas normales.

jueves, 26 de junio de 2025

1492 de Vangelis se reedita este verano con material extra.

El 29 de agosto se publicará la BSO de la película de Ridley Scott, a cargo de Vangelis, en un doble vinilo de color amarillo. También se reeditará la versión en CD, en este caso con dos temas extras que no estarán -parece- en la versión en vinilo: Line Open y Landscape, que en su momento se publicaron en el CD single de Conquest of Paradise. Line Open estuvo en un recopilatorio posterior, pero Landscape sigue siendo relativamente desconocida. Por el momento no conocemos otros detalles de la edición, pero prestaremos atención porque estamos ante uno de nuestros discos favoritos del griego inmortal.

 
Line Open y Landscape.

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