jueves, 16 de agosto de 2012

Vangelis - CHARIOTS OF FIRE. THE PLAY


1. Chariots of Fire (3:29)
2. Physical Energy (3:13)
3. Home in the Glen (3:53)
4. Eric's Theme (4:06)
5. Abraham's Theme (3:03)
6. Harold's Despair (2:25)
7. Belief (4:12)
8. Ballard (3:11)
9. Aspiration (8:09)
10. Eric's Pleasure (5:07)
11. Lord Lindsay (1:37)
12. At the Starting Blocks (3:57)
13. Epilogue (4:26)
14. After the Race (4:37)
15. Jerusalem (3:05)

"Es muy gratificante para mí saber que a través de los años esta música parece haber dado, y todavía da, tanto placer y tantos sentimientos optimistas a tantas personas de todo el mundo. Como siempre, estoy agradecido por su amor y su aprecio."

Vangelis, en el libreto del CD.

El nuevo álbum de Vangelis, lanzado hace menos de un mes, se titula Chariots of Fire. The Play, y es la banda sonora del nuevo montaje teatral londinense sobre la famosa película deportiva del mismo título. Ojo, porque no se trata de una versión musical típica del West End, sino de una obra de teatro más o menos clásica en sus formas, en la que me gustaría mucho saber cómo reproducen la famosa carrera a cámara lenta en el escenario. La música de la película es hoy en día tan famosa que habría sido un error estrenar esta obra sin contar con ella, aunque lo de contar con nueva música compuesta por el mismo Vangelis es todo un lujo.

Vangelis, en una fotografía incluida en el libreto del disco.

Y sí, insisto en que es "nueva" música, ya que el 75% de este álbum ha sido concebido para la ocasión, y el otro 25% tampoco se mantiene tal cual lo escuchamos en la banda sonora original del filme de los ochenta. Para empezar, el tema principal, el que escuchamos con los títulos iniciales (Titles, en el álbum original), ha sido sutilmente retocado con alguna nueva cortinilla electrónica, si bien la inmensa mayoría del mismo es la de siempre. También nos encontramos con una versión retocada del triunfal Eric's Theme, aquí con el sonido computerizado de una especie de gaita, que subraya el carácter británico de la pieza, enlazando a su vez con la muy céltica Home in the Glen. Abraham's Theme permanece (hasta donde yo he notado) inalterada, así como Jerusalem, pieza no compuesta por el griego. No están aquí ni Five Circles ni 100 Metres, a no ser que en mi todavía poco profunda escucha del álbum me las haya saltado. Y por supuesto, tampoco está incluido el largo tema Chariots of Fire, que era un batiburrillo de piezas pequeñas en la B.S.O. original, y que Vangelis ensambló a modo de suite para su publicación en disco. 

Imagen de la obra teatral (de bloomberg.com).

Lo que contiene Chariots of Fire. The Play se acerca mucho más a lo que podríamos llamar una "banda sonora convencional" que aquella estructura tan rara del anterior trabajo. Aunque los temas están enlazados unos con otros como en casi cualquier disco del músico griego, la impresión general es que se ha mantenido el orden narrativo de la obra teatral, lo que la convierte en un álbum un poco más simple que su hermano mayor, más supeditado a su función ambiental que a la mayor gloria de Vangelis. 

Trailer de la obra teatral.

La nueva música es harto interesante sobre todo por un motivo: el compositor realiza en muchos casos un afortunado acercamiento a aquella época pasada de su carrera, la de las primeras colaboraciones con Jon Anderson, la de Opera Sauvage o China, la del álbum del que es heredera. El Vangelis ultrasinfónico y coral queda aquí al margen, en favor de unos sonidos de sintetizador más a palo seco, menos tratados, menos fáciles de confundir con un sonido orquestal genuino. Por ejemplo, el tratamiento que hace del tema Physical Energy recuerda fuertemente al Curious Electric de Short Stories (1980). En general, y salvo por algún fuerte golpe de platillos, este Vangelis es mucho más modesto y contenido que el de sus últimas grandes obras, pongamos Mythodea o Alexander. Esto podría incluso deberse al carácter minimalista de la puesta en escena de la obra teatral, ante la que podría resultar chocante una música demasiado recargada.

Imagen de la obra teatral (de bloomberg.com).

No obstante, las piezas más intimistas sí que recuerdan más directamente al Vangelis de los últimos años, de los noventa incluso. Temas como Harold's DespairBallard o At the Starting Blocks poseen la sutileza de los momentos más sosegados de Voices o El Greco. A medio camino entre la grandiosidad de los temas potentes y la sutileza de los íntimos se encuentra el que, en mi modesta opinión, podría ser el nuevo gran tema del álbum: Lord Lindsay, cortito pero con mucho carácter, y otra vez con unos arreglos rítmicos muy del Vangelis de los ochenta. Otra pequeña sorpresa es After the Race, una versión juguetona del tema principal de los títulos.

Como creo que no hay mucho más que decir en cuanto a los temas del álbum, podemos terminar afirmando que Chariots of Fire. The Play es una excelente forma de regresar a aquel disco tan mítico y que tantas alegrías (y beneficios) otorgó al músico. No es el primero dentro de los grandes músicos instrumentales contemporáneos que se ha homenajeado a sí mismo, y tampoco el primero que retoma uno de sus álbumes clásicos y lo "reinventa", pero en este álbum Vangelis sale bastante bien parado. En plenos Juegos Olímpicos de Londres, con estas melodías sonando en las entregas de medallas, el griego ha saltado de nuevo a la palestra para autoafirmarse con un disco que, si bien no satisfará del todo a quienes esperábamos un nuevo paso en la evolución de su estilo (lleva unos años estancado), sí que supone un más que digno nuevo título que añadir a su excelsa discografía. Quizá la próxima vez... 

En Spotify.

Aspiration, uno de los poquitos cortes del CD que hay colgados en YouTube.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Vangelis es un músico bestial. Con frecuencia se le simplifica como autor de himnos electrónicos o de bandas sonoras. Es mucho más que eso. Hay muchos Vangelis. Tiene una discografía descomunal, tanto la pequeña fracción editada, como esa gran cantidad de música inédita y grabada que en alguna ocasión ha mencionado el griego. En el especial Musiques au coeur de 1992 pueden verse alguno de los detalles del gran músico. Yo he visto a muchos virtuosos con los teclados, como a Rick Wakeman, pero nunca he visto a uno tan virtuoso componiendo e interpretando a la vez con teclados,sintetizadores y pedales. Esto se aprecia en Musiques au coeur. Saludos

El conde dijo...

Yo mismo tengo una relación tempestuosa con la música de Rick Wakeman. Con todos mis respetos a su virtuosismo dentro del progresivo, creo que no resistiría una comparación con un monstruo como Vangelis.

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