Tuve el gusto de decirle a Constantino Martínez-Orts, director titular de la Film Symphony Orchestra (FSO) que su último espectáculo es impresionante. Fue el sábado pasado en el Teatro Auditorio Roquetas de Mar, en Almería. No era la primera vez que asistía a uno de sus conciertos, ya que estuve en la doble sesión, dos días distintos, de su monográfico sobre John Williams de hace un par de años. Aquello no tuvo desperdicio, pero lo cierto es que esta nueva gira Henko también merece muchísimo la pena.
Para quien no sepa de qué hablo, la FSO es una formación española especializada en interpretar un amplio abanico de bandas sonoras de películas y series, tanto clásicas como totalmente actuales. Yo les sigo encontrando el defectillo de no contar con un coro clásico que les permita ampliar su repertorio, pero lo cierto es que el sonido de esta orquesta es magnífico, impecable, y los arreglos que hacen de temas muy conocidos -a veces suites completas- son más que acertados. Esta vez han contado con una estupenda cantante, por cierto. Su espectáculo es muy didáctico y está pensado para toda la familia, pero no decepcionará al aficionado un poco más curtido, al incluir siempre algunas piezas poco o nada conocidas, interpretadas con fidelidad y respeto. En este caso, sorprenden los temas iniciales de El capitán Blood (E. W. Korngold, 1935) y Las normas de la casa de la sidra (Rachel Portman, 1999), además del tema de amor de Espartaco (Alex North, 1960).
Como explica Martínez Orts en su charla inicial (va explicando pormenorizadamente el contexto de cada pieza antes de interpretarla), "henko" es una palabra japonesa que se refiere a la transformación espiritual que experimentamos algunas veces en la vida al adaptarnos y sobreponernos a las circunstancias, en busca de nuestro destino. Se supone que el nexo de unión entre los distintos temas del espectáculo es la transformación que sufren los personajes de las películas correspondientes (El Padrino II, Mulán, Siete años en el Tibet, Apolo 13, etc.), aunque creo que la inclusión de algunas piezas (007 Skyfall, Desayuno con diamantes, el medley de Star Trek, La Roca, Harry Potter y el cáliz de fuego...) se justifica para añadir variedad y colorido al show, y no tanto por la presencia clara de ese "henko" en la trama.
Me he animado a escribir esta nota -no es una verdadera reseña- sobre la actual gira de la FSO porque en la recta final del concierto experimenté uno de esos pocos instantes de la vida en los que uno siente que está exactamente donde quiere estar, justo en una situación momentánea que no cambiaría por ninguna otra. No quise leer antes el programa de mano por no estropearme posibles sorpresas, y efectivamente Martínez-Orts y los suyos reservaban para el final nada menos que los créditos finales completos de Indiana Jones y el templo maldito, interpretados durante esta gira por primera vez en España. Simplemente magnífico. Temblaron los cimientos del auditorio con el aplauso posterior y yo ayudé bastante.
La web oficial de la FSO, aquí.
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