1. A Kiss on the Window (1:45)*
2. Blue Zoon (2:46)
3. One Day on the Mekong (3:32)
4. One Step Dance (2:10)
5. Promenade (3:34)
6. A Man from Cholon (1:26)
7. Helene (2:37)
8. Valse a L'Etage (1:50)
9. The Problems of Life (2:26)
10. Foxtrot Dance (2:27)
11. The Lover (3:12)
12. Habanera (1:47)
13. The Barricades (0:58)
14. Nocturne (3:50)
15. La Marseillaise (1:13)
16. The Departure (3:44)
*He preferido incluir la lista de títulos en inglés para mejor comprensión.
Cuando comento una banda sonora en este blog siempre lo hago por dos posibles razones: 1) que haya sido tan importante e influyente en su momento como para, de algún modo, repercutir visiblemente en trabajos posteriores; y 2) que sea obra de un artista o grupo vinculado a los géneros musicales que tratamos por aquí. Creo que L'Amant (1992), banda sonora de la película del mismo título, no cumple ninguno de los dos requisitos. Sencillamente vi la película y me gustó mucho su música, pero no la consideraría ni un clásico ni una obra especialmente relevante. Me apetecía comentarla y basta.
Gabriel Yared
Gabriel Yared, el autor de esta partitura, no era un novato ni en la composición clásica ni en el mundillo del sintetizador, aunque se puede decir que esta fue su primera grabación que logró una cierta repercusión internacional, cosechando varios premios. El franco-libanés Yared, desde entonces -y seguramente a raíz de esta obra- ha sido contratado en varias ocasiones para embellecer películas de ambientación exótica o sentimental a las que ha otorgado partituras delicadas y sensuales, nada ruidosas, siendo el mejor ejemplo su oscarizado trabajo para El paciente inglés (1996). También es bastante conocida su banda sonora para la megaproducción Troya (2004), de Wolfgang Petersen, que fue rechazada en favor de un muy inferior trabajo de James Horner.
El amante es una película que en su momento, en parte por una mala comprensión por parte de los críticos norteamericanos, en parte por una promoción equivocada que la vendía como el no va más del erotismo explícito, se ha quedado un poco en ese cajón de sastre del que quizá se la rescate con los años como obra de culto. Su director, el generalmente estupendo Jean Jacques Annaud (El nombre de la rosa, El oso, Enemigo a las puertas...), se afanó por contar una historia mucho más definida por un sentimiento de melancolía y desarraigo que por sus dos o tres escenas de cama, contenido todo ello en un envoltorio tan cuidado estéticamente que resulta arrebatador, aunque se lo pone muy fácil a quien quiera criticarla como una película superficial y maniquea. Gabriel Yared tuvo mucho que ver en este sentimiento de deleite sensorial con un tema central que está entre los mejores de su carrera, y que se repite en múltiples variaciones a lo largo de todo el disco. En realidad, este álbum contiene básicamente eso, variaciones sobre el tema principal de la película y música de época -no original- de la que aparece en escenas de baile y similares.
Otra edición en CD, con los títulos en inglés.
El tema principal es el primero que escuchamos en el CD, en el corte titulado A Kiss on the Window, aunque su aparición más representativa está en la pista 11, The Lover. Para entender un poco la naturaleza de este tema, pienso yo que hay que retrotraerse al contenido de la película. El amante cuenta la historia de una joven francesa afincada pobremente en el sureste asiático cuyo nombre no conocemos, que conoce a un adinerado hombre chino también anónimo. Con él, iniciación sexual aparte, entabla una relación en principio aséptica que finalmente acaba marcando toda su vida con los ecos de la nostalgia de aquellos días de juventud y desengaños. La autora de la novela, Marguerite Duras, admitió que la chica era ella y la historia fue real.
Escena cumbre de la película, también en lo musical.
El caso es que el tema de Gabriel Yared contiene tres sonidos, tres colores primarios que vienen a representar los tres sentimientos descritos: el sintetizador, que personifica el exotismo asiático; el clarinete, encarnación de infancia e inocencia; y el piano, un toque de erotismo y picardía. Yared consigue fusionar los tres elementos para crear una melodía que, por sí misma e incluso en las variaciones que no utilizan la misma instrumentación (pongamos la alucinante Promenade), tiene exactamente el mismo efecto nostálgico, y en su parte final recuerda lejanamente al tono que utilizó Francis Lai en películas como Bilitis. Es un tema magistral que justifica la escucha completa del disco, y si me apuras, el visionado de esta menospreciada película. Búsquese en Spotify.
El tema principal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario