1. J'y suis jamais allé (1:34)
2. Les jours tristes (Instrumental) (3:03)
3. La valse d'Amélie (Original version) (2:15)
4. Comptine d'un autre été: l'après-midi (2:20)
5. La noyée (2:03)
6. L'autre valse d'Amélie (1:33)
7. Guilty (Al Bowlly) (3:13)
8. À quai (3:32)
9. Le moulin (4:27)
10. Pas si simple (1:52)
11. La valse d'Amélie (Orchestral version) (2:00)
12. La valse des vieux os (2:20)
13. La dispute (4:15)
14. Si tu n'étais pas là (Fréhel) (3:29)
15. Soir de fête (2:55)
16. La redécouverte (1:13)
17. Sur le fil (4:23)
18. Le banquet (1:31)
19. La valse d'Amélie (Piano version) (2:38)
20. La valse des monstres (3:39)
Cojamos todos los tópicos que conocemos sobre Francia, la Francia turística e internacional, con su colorismo, sus comidas, su sensualidad. Metámolos todo en una batidora y mezclémoslo con una atmósfera de cuento de hadas un tanto naïf, un tanto oscurantista incluso. El resultado bien podría ser una película de Jean Pierre Jeunet. Quizá Amélie.
La banda sonora de Amélie (2001), tristemente olvidada a la hora de dar premios en Hollywood, es una de las obras más memorables de la reciente historia de la música de cine en Europa; una colección de pequeñas gemas agrupadas alrededor de un tema principal y unos cuantos geniales temas secundarios sobre los que se llevan a cabo múltiples variaciones, cada una más preciosista que la anterior, unas que suenan a tiovivo, otras a día de lluvia, a vieja canción de cuna la mayoría. Todo el álbum es una especie de sinfonía casi infantil, ingenua y melancólica, aunque profundamente divertida.
Yann Tiersen dándole al acordeón.
El compositor bretón Yann Tiersen, músico polifacético que lo mismo explora las posibilidades del piano de juguete que le pega al rock de vanguardia, se encargó de poner música a esta extraña y cautivadora historia: la de la muchacha Amélie Poulain, que se desvive por alegrar la vida a los demás mientras es incapaz de completar la suya. Tiersen comprendió perfectamente lo que Jean Pierre Jeunet quería transmitir con su minúscula fábula parisina, y se inspiró -muy seguramente- en el minimalismo de Michael Nyman y Wim Mertens, y también tal vez en algunos ambientes de Debussy y de Satie, todo ello con un fuerte sabor francés propio de la chanson y del uso abundante del acordeón.
Debe señalarse, no obstante, que pese a la apariencia de unidad que transmite toda la música de este álbum, una buena parte de ella pertenece a obras anteriores de Tiersen. Aun así, muy buena banda sonora.
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