2. Which Way the Wind Blows (5:51)
Sin menoscabo de los estupendos éxitos pop de la encarnación de Genesis como trío, está claro que hoy resulta bastante más atractivo, sobre todo si eres aficionado a la clase de músicas que traemos por este blog, la primera etapa de la banda, aquella en la que tocaba gente tan emblemática como el guitarrista Steve Hackett y el cantante y letrista Peter Gabriel. No obstante, a veces se nos olvida que existe una formación anterior a la que podríamos referirnos como "proto-Genesis", que llegó a grabar dos álbumes: From Genesis to Revelation (1969) y Trespass (1970). El primero es un extraño álbum entre el pop y una especie de sinfónico muy melódico a lo Moody Blues, y el segundo se trata ya de un disco en el que reconocemos lo que nos gustará de los álbumes inmediatamente posteriores.
En aquellos álbumes iniciáticos se encargaba de la guitarra principal Anthony Phillips. Estamos hablando de chavales con apenas la edad propia de ingresar en la universidad, y Phillips, totalmente autodidacta y con una concepción amateur de lo que hacía, se encontró arrastrado por el éxito de Trespass al mundo de las giras y los medios. Comenzó a sufrir una enfermedad glandular unida a un creciente miedo escénico que le obligaron a dejar Genesis antes de que la banda llegase a grabar alguno de sus álbumes de plenitud. Al parecer, sí que llegó a forjar unos lazos de amistad muy fuertes con varios miembros de la banda, y a pesar de su marcha nunca perdieron el contacto. Incluso se llegaron a utilizar piezas compuestas parcialmente por Phillips en Nursery Cryme (1971).
En un giro de los acontecimientos que muy raras veces tiene lugar en el mundillo del pop-rock, Phillips decidió nada más y nada menos que dejarlo todo y ponerse a estudiar. No solamente afianzó su dominio de la guitarra, sino que además aprendió a tocar debidamente el piano (en su momento le avergonzaba tocarlo delante de Tony Banks) y a utilizar la notación musical con rigor académico. Llegó a trabajar como profesor, pero su aspiración era tan justa como honrosa: tener su propia carrera como músico solista.
Ya manejaba algunas composiciones propias desde su etapa en Genesis y contaba con la promesa de ayuda de Mike Rutherford para terminarlas antes de plasmarlas él mismo en un estudio. Tristemente, el auge de Genesis en los setenta no dejaba mucho tiempo a este último para reunirse con su amigo Anthony (Ant) y avanzar en su proyecto común. Un poco a ratos, sacando tiempo de descansos, contando con amigos comunes y ganando experiencia Phillips gracias a sus estudios y a trabajos esporádicos como instrumentista de sesión, se fue configurando The Geese and the Ghost (1977), un álbum que estuvo en desarrollo durante siete años. "Los gansos y el fantasma" tuvo la mala suerte de publicarse en un año demasiado tardío, cuando el progresivo ya no estaba de moda y el establishment ya había girado hacia otros géneros como el punk. Y aun así, el tiempo ha diluido las impresiones de aquel momento y se lo considera clásico.
En realidad, el álbum que nos ocupa ya habría sonado antiguo mucho antes, ya que parece salido de aquellos primeros hornos del progresivo que dieron lugar a los propios Genesis. Aunque gracias a él notamos cuánto de Anthony Phillips había en Trespass (y se diría que es mucho), The Geese and the Ghost es un álbum mucho más tranquilo y pastoral. Salvo por algún toque sutil de sintetizador y escasos punteos de guitarra eléctrica, es un trabajo predominantemente acústico a base de guitarra, flautas e instrumentos de orquesta clásica, sobre todo de viento. También es casi en su totalidad instrumental, salvo por un par de dulcísimas canciones en las que interviene nada menos que Phil Collins: Which Way the Wind Blows y God If I Saw Her Now (en la segunda, acompañado de la voz de Vivienne McAuliffe) y alguna otra cantada por el propio Phillips (Collections).
The Geese and the Ghost está construido alrededor de dos suites instrumentales, una a cada lado del vinilo y divididas en pequeños movimientos. La primera es Henry: Portraits of Tudor Times ("Henry: retratos de los tiempos de los Tudor"), un pintoresco relato caballeresco medieval; y la segunda, algo más cercana al concepto de poema sinfónico que al de narración musical, es la que da título al álbum. Por cierto, lo de los gansos y el fantasma viene a cuento de dos breves efectos sonoros de sintetizador que escuchamos aquí, que a Anthony Phillips le sugerían el sonido de ambas cosas. E insisto: poca electrónica vamos a encontrar entre sus temas, porque el álbum parece emanar de aquel mundo de leyendas y cuentos de la vieja Inglaterra, de bardos errantes, iglesias musgosas y prados verdes invadidos por la niebla.
Es posible que, llegados a este punto, te estés planteando si Anthony Phillips y The Geese and the Ghost pueden tener algo en común con Mike Oldfield y sus primeros álbumes. Pues sí que hay varias cosas, aparte del carácter rural y campestre que hay tanto en el álbum que nos ocupa como en buena parte de Tubular Bells, Hergest Ridge y Ommadawn. La primera es que Phillips reconoce la influencia de Jean Sibelius en su etapa de aprendizaje musical formal; la segunda, que el músico principal trabaja de hombre-orquesta salvo por unas cuantas ayudas puntuales de otros; y la tercera, que el álbum contó con apoyo de Tom Newman y Simon Heyworth en la producción. Las propias discográficas le echaron en cara estos parecidos a Anthony Phillips, pese a que el espíritu del álbum no tiene absolutamente nada que ver con el carácter enérgico y a veces cubista del Oldfield temprano, y pese a que su aproximación instrumental es totalmente distinta y personal. Pero fue publicado y supuso un éxito discreto, al menos lo suficientemente grande como para que su autor continuase viviendo de su música hasta la actualidad. Y no cualquier música, ya que Anthony Phillips podría ser el más interesante artista instrumental de cuantos nunca te han recomendado antes.
Junto con Voyage of the Acolyte de Steve Hackett, The Geese and the Ghost es considerado hoy en día como un álbum inconfeso de Genesis. Es cierto que, muy grosso modo, el álbum que nos ocupa podría ser un trabajo realizado por la banda en una realidad paralela en la que nunca llegaron a abrazar del todo el rock, pero esta clase de etiquetas populares no hacen justicia a un trabajo fascinante, un pedazo de campiña inglesa de cuento de hadas en el que perderse un rato. Una joya de obligada escucha que ha sido objeto de numerosas reediciones con material adicional abundante.
3 comentarios:
Tal como estoy escribiendo este comentario estoy volviendolo a escuchar.
Compré este vinilo hace ya 30 años, sobretodo para ver qeu hacia Anthony Pillips en solitario y por la maravillosa portada. Y lo que escuché en el interior me dejó enganchao total. Como bien has comentado, esa musica me hacia evocar campos verdes, nieblas, castillos.. todo muy medieval además.
Aparte que parecia un disco encubierto de los 1ºs Genesis. Fue la compra perfecta. Quizas en su epoca pasó desapercibido (ni comparacion con el exito de los discos en solitario de Collins, Gabriel o incluso Hackett) pero con el paso del tiempo y las etiqutas musicales, este disco es uno de los clasicos "de culto" (como las pelis:-).
Aprovecho para volver a darte las gracias por seguir manteniendo un blog de tan excelente. Montón de informacion desconocida y de calidad escrito de forma clara y elegante. Removiendonos los recuerdos. Un aplausooooo
¡Gracias! Aquí seguimos, más que nada porque me sigue encantando compartir impresiones. Y hasta que se pueda, que ojalá sea mucho tiempo.
Fantástico disco. Es cierto que recuerda mucho a los primeros Genesis, aunque mucho más acústicos y sin la grandilocuencia de Peter Gabriel.
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