2. Learning to Fly (4:52)
Con la reciente publicación de su edición remasterizada y revisada, he vuelto a prestar atención a uno de los álbumes de Pink Floyd que menos me habían llamado la atención la primera vez. Ojo, porque no estoy hablando de que esté personalmente en contra de que la banda siguiese adelante sin Roger Waters en los años ochenta, sino que me refiero a que me pareció un disco con poca "miga", con poca consistencia interna, que incluso al lado del también muy polémico The Division Bell (1994) me pareció un poco flojo.
A Momentary Lapse of Reason ("Un lapso momentáneo de la razón", 1987) fue el primer álbum de Pink Floyd publicado tras The Final Cut (1983), que hasta en el título sonaba a despedida. Algunos pormenores contractuales estuvieron cerca de impedir que el nombre de Pink Floyd pudiese ser utilizado por el resto de la banda tras la salida de Waters, que en realidad nunca quiso separarse de los demás sino directamente disolver la formación y echar el cierre. A David Gilmour y Nick Mason, secundados desde un rincón discreto por Richard Wright, simplemente les picaba el gusanillo de continuar con la marca de la casa, a sabiendas de que sus álbumes en solitario (algunos de los cuales eran más que respetables) nunca tendrían el mismo sex-appeal para el gran público. Mientras resolvían a trancas y barrancas la cuestión legal con Waters, y contando con colaboradores como Bob Ezrin, Anthony Moore o Phil Manzanera, se dispusieron a crear nueva música de la manera en que solían hacerlo: reuniéndose para improvisar y seleccionando después alguna de las melodías que surgían espontáneamente para desarrollarlas como temas completos.
Si bien nunca asumió un liderazgo oficial de la banda como sí llegó a hacer de forma explícita Waters, David Gilmour llevaba la iniciativa con una cierta cantidad de material más o menos ya preparado, y Mason y Wright en realidad no aportaron gran cosa al sonido final del álbum. Está mal decirlo, pero salvo por el interés compartido de que el álbum llevase el nombre de Pink Floyd, podría haber sido perfectamente un disco de Gilmour con los míticos batería y teclista como colaboradores. La versión original de A Momentary Lapse of Reason contiene una gran cantidad de arreglos electrónicos y sampleados, incluyendo secuencias de batería pregrabadas, que camuflan en buena medida las aportaciones de Mason y Wright y restan algo de fuerza al álbum.
El contenido del disco, tal como explica Nick Mason en el estupendo libro Inside Out (2004), solamente buscaba ofrecer un abanico de sonidos variado y refrescante, huyendo de la relativa monotonía sonora que Roger Waters había ido imponiendo poco a poco desde hacía una década, y que al fin y al cabo ponía la música al servicio de la voz principal y de las letras con compromiso social. No es que David Gilmour renunciase a escribir buenas letras, pero se aprecia que lo importante del álbum que nos ocupa es su paleta sonora. Ni siquiera estamos ante un álbum conceptual, por mucho que los temas estén enlazados unos con otros en la línea clásica de la discografía del grupo. La portada, obra del habitual Storm Thorgerson, recoge varios elementos en referencia a los títulos de los temas.
Prestando la debida antención, he podido apreciar que en realidad no hay mucho material de relleno en A Momentary Lapse of Reason. Learning to Fly ("Aprendiendo a volar"), inspirada en las lecciones de vuelo que recibían entonces Gilmour y Mason, es un poco superficial pero tiene un nosequé que suena como se supone que debía hacerlo Pink Floyd en la radio de los ochenta. On the Turning Away ("En el rechazo"), por su parte, es una balada rock grandilocuente cuya melodía tiene cierto sabor a himno celta. Y Sorrow ("Pesar"), que no es precisamente una maravilla por su complejidad compositiva, sí que tiene una factura épica muy potente que, sin lugar a dudas, funciona. Los instrumentales también son estupendos, tanto el introductorio Signs of Life ("Señales de vida") como Terminal Frost ("Escarcha terminal"). No son desdeñables ni The Dogs of War ("Los perros de la guerra") ni One Slip ("Un resbalón"), aunque a mí se me hacen un poco cansinas. Y los temas que quedan por mencionar tienen más una función aglutinante que otra cosa, sin desmerecer.
Hay que decir que A Momentary Lapse of Reason fue como poco en un 50% una excusa para salir de gira. Fue en esta serie de conciertos alrededor del mundo (incluyendo algunos lugares con cierta carga histórica y monumental como el Palacio de Versalles o el Gran Canal de Venecia) donde sí se pudo disfrutar de los tres miembros de Pink Floyd dándolo todo y sin grandes aderezos artificiales. Para muestra, pueden escucharse (y verse) los estupendos conciertos recogidos en los álbumes Delicate Sound of Thunder y Live at Knebworth 1990, también reeditados y restaurados recientemente. La nueva edición de A Momentary Lapse of Reason, que estaba ya incluída en el cofre de precio absurdo The Later Years 1987-2019, rebaja medianamente esta capa de barniz electrónico que mencionábamos para dar un poco más de protagonismo a los instrumentos de Mason y Wright, y por eso sospecho que en adelante terminará por convertirse en la versión del álbum que quede establecida como la oficial. Ya veremos. De momento, este reencuentro con Pink Floyd me ha gustado.
10 comentarios:
Recuerdo que cuando salió el disco me pilló en Londrés y me lo compré inmediatamente. Puedo presumir de tener una primera edición inglesa. A mi si que me gustó bastante y me sigue gustando. Y me compré la nueva reedición pero reconozco que no he notado diferencia entre la versión original y esta. Volveré a escucharlo con más atención. Estupendo análisis. A veces creo que mantengo el blog para poder seguirte.
Gracias, hombre.
A mí ya te digo que me ha gustado más al escucharlo un par de veces estos días. Por cierto, si te gustan las anécdotas, te recomiendo el libro de Nick Mason "Dentro de Pink Floyd". Lo he estado leyendo estos días en paralelo al disco y merece mucho la pena.
El libro lo leí cuando salió (lo tengo) y de eso hace algunos años. Tendré que volver a leerlo.
Hola, Juan Pini.
Como tantas cosas, la calidad de cada disco de Pink Floyd es perfectamente discutible y está sujeta a los gustos de quien opine. Personalmente, y mirando la trayectoria del grupo con perspectiva, creo que en realidad nunca ha habido un Pink Floyd "perfecto" o una sola época que sirva como vara de medir para todo lo demás.
Primero estuvo la etapa de Syd Barrett, puramente psicodélica y con canciones ingenuas. Luego se pusieron underground, con instrumentales largos y experimentación radical. Después vendría su época prog rock, de mayor calado popular, desde Dark Side of the Moon hasta The Final Cut, y finalmente los ochenta y noventa, con una producción más sofisticada y una vocación más comercial. Barrett, luego Waters, después Gilmour... Francamente, esta historia de que "Pink Floyd murió cuando bla bla bla" me parece que al final es hablar por hablar, al ser un grupo que se reinventó doscientas veces, incluso en etapas de las que hoy nadie discute. Quiero decir, ¿Es "más Pink Floyd" The Piper at The Gates of Dawn que The Endless River, al margen de que uno sea un hito de la música popular y el otro una ocurrencia mercantil? ¿Cuál es la referencia?
Por poner un ejemplo, y aun admitiendo que The Division Bell no es del gusto de todo el mundo, al menos a mí me parece que contiene una canción (Wearing the Inside Out) que suena "más Pink Floyd" que Animals, The Wall, The Final Cut y A Momentary Lapse of Reason juntos.
He leído hace poco el libro de Nick Mason, "Dentro de Pink Floyd", y parece que en la etapa post-Waters, en realidad David Gilmour nunca impuso nada. Más bien se puede deducir, por lo que escribe Mason, que Gilmour era el único de los tres miembros que seguía teniendo un verdadero impulso por seguir con Pink Floyd. Como él ya tenía material más o menos adaptable, se puso a saco con A Momentary Lapse of Reason mientras Mason y Wright se desperezaban, grababan su parte en el último momento y poco más.
Curiosamente, The Division Bell (y coincido en que en su conjunto suena menos Pink Floyd que el álbum anterior) fue mucho más democrático, ya que todos se implicaron al 100% en el día a día de las grabaciones y hasta votaron qué material debía formar parte del disco y cuál se quedaría fuera. Y son ellos los que tocan, por mucho que la producción contenga mucha electrónica. Por cierto, lo que se quedó fuera era un montón de música "ambient" que al final constituye la práctica totalidad de The Endless River.
En resumen, que a pesar de todo, The Division Bell es mucho más un esfuerzo conjunto, de grupo, que A Momentary Lapse of Reason. Y francamente, sin quitarte la razón en nada de lo que has escrito, sigo pensando que cualquiera de estos dos álbumes cabe perfectamente, gustos aparte, en una discografía muy dispar y (en gran parte) carente de un sonido o un estilo unitario y/o constante, en la que caben grabaciones con enfoques tan distintos como los de, qué sé yo, el segundo disco de Ummagumma, la suite de Atom Heart Mother y el último tramo tan teatral de The Wall. En un maremagnum así cabría hasta un disco de música celta, si se les hubiese ocurrido. Y a punto estuvieron, por cierto, de grabar un álbum de música concreta pura con objetos de uso doméstico.
Hi Conde can you add my blog to your bloglist? Thanks in advance.
My blog: https://fiftiesbeat.blogspot.com
Por favor, diganme que no soy el unico que cree que "Sorrow" tiene todo el tinte de "Metallic Rain"
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