1. Shhh / Peaceful (18:16)
2. In a Silent Way / It's About That Time (19:52)
Quienes seáis aficionados al jazz (yo no lo soy demasiado) seguramente contéis entre los dos o tres músicos más importantes del género al trompetista Miles Davis. Este señor no solamente creaba ramas del jazz prácticamente con cada disco que publicaba, sino que solía reunirse con troupes completas de músicos cuyos nombres forman también parte de la constelación de estrellas de este estilo musical.
No voy a entretenerme con datos biográficos a los que cualquiera puede acceder tirando de Wikipedia, sino que prefiero centrarme en el disco que nos ocupa, y que para muchos se trata nada más y nada menos que del más decisivo intento de un músico serio y "ortodoxo" por realizar una fusión con otros géneros ajenos al suyo. Fue en 1969 cuando, seguramente preocupado por el decreciente interés del público mayoritario por el jazz, cosa que se veía en los clubes especializados cada vez más vacíos, Davis se decidió a fusionar aquel género que él defendía a capa y espada con el rock tan de moda. Se considera que In a Silent Way fue el primer disco de su período "eléctrico".
En la trasera del CD puede verse qué músico interpreta cada instrumento.
No creo que In a Silent Way pueda realmente considerarse como una obra que fusione jazz y rock, sino que Miles Davis y sus acompañantes -John McLaughlin, Chick Corea, Herbie Hancock y Joe Zawinul, entre otros muchos- realizaron algo completamente nuevo, no sé si por casualidad, del mismo modo en que Colón se topó con América mientras buscaba Japón. In a Silent Way es, visto hoy en día y considerado de forma no histórica, un álbum ambient con reminiscencias jazzísticas. Davis introduce ritmos más propios del pop que del jazz, y hay ya elementos electrónicos de por medio, aunque al final todo resulta un ejercicio atmosférico con una estructura muy sencilla, y casi transmitiendo la sensación de que Miles se pasa el rato llevándose el índice a los labios para que a ninguno de sus músicos se le vaya a ocurrir tocar con demasiado entusiasmo o destacar. No hay florituras ni virtuosismos accesorios en In a Silent Way.
It's About That Time en vivo, con Joe Zawinul (su compositor).
El álbum está construido de forma muy esquemática y simple, con dos largas piezas compuestas cada una por tres movimientos: una exposición que introduce la pieza y nos pone en situación, un desarrollo de la melodía más o menos exhaustivo, y una recapitulación que retoma casi exactamente la introducción, para redondear. Todo ello sigue las formas de las sonatas clásicas, y eso se debe bastante más a la labor de edición -recorte, para entendernos- del productor Teo Macero que a lo que Davis y compañía tocaron en aquellas sesiones en la CBS de Nueva York.
Portada original del álbum.
¿Qué convierte a In a Silent Way en un álbum imprescindible? Sobre todo su influencia posterior, que abarca desde el propio jazz hasta la new age, la clásica contemporánea y diversas tendencias de la electrónica como el chill out. Además, se cuenta entre los trabajos más populares y exitosos de Miles Davis, no muy por detrás de su archiconocido Kind of Blue (si bien las críticas fueron muy diversas) y, en cualquier caso, perteneciente a aquellos prodigiosos años entre finales de los '60 y principios de los '70 en los que, al menos culturalmente hablando, cualquier cosa estaba permitida y todo parecía posible.
3 comentarios:
Efecto curiosísimo del señor Davis: ninguno de los discos que conozco de él entra en mi categoría de favoritos. Y sin embargo, tengo más discos suyos que de ningún otro jazzero individualmente. Misterio...
Yo tengo éste, un par de Pat Metheny y... creo que esa es prácticamente toda mi discoteca jazzística.
Buena crítica, enhorabuena.
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