martes, 20 de agosto de 2024

Jon and Vangelis - PAGE OF LIFE


1. Wisdom Chain (5:22)
2. Page of Life (3:16)
3. Money (3:07)
4. Jazzy Box (3:14)
5. Garden of Senses (6:24)
6. Is It Love (4:27)
7. Anyone Can Light a Candle (3:44)
8. Be a Good Friend of Mine (4:13)
9. Shine for Me (4:10)
10. Genevieve (3:48)
11. Journey to Itxlan (5:50)
12. Little Guitar (1:43)
 
A veces pasa que a un disco le coges un poco de manía y tienes un mal recuerdo de él incluso cuando sabes que no lo has escuchado lo suficiente como para hacerte una opinión más meditada. A mí me ha pasado esto con Page of Life (1991), el cuarto trabajo del dúo que formaron para regocijo nuestro el cantante y letrista Jon Anderson y el teclista, percusionista y compositor Vangelis Papathanassiou.
 
 
Jon Anderson y Vangelis
 
Por una parte está el hecho objetivo de que se trata de un álbum tardío (8 años después del anterior), en el que se aprecia un cambio importante en el sonido de los instrumentos, la producción y los arreglos del griego. A mediados de los ochenta se deshizo de su estudio Nemo londinense y -creo- estuvo viviendo a caballo entre Atenas y Roma, renovando de paso su arsenal electrónico y dejando atrás el sonido inconfundible de Chariots of Fire, Blade Runner y los primeros álbumes con Anderson. Vinieron los tiempos de Direct (1988), y aunque Page of Life es posterior a The City (1990), todavía no había dado Vangelis el salto de estilo definitivo hacia su versión musical más duradera, la que certificaría con el éxito de Conquest of Paradise y que seguiría perfeccionando, si acaso con sutiles variaciones, hasta el final de su vida. Page of Life es un álbum fresco y agradable de principio a fin, pero este sonido "de transición" de Vangelis no logra ser totalmente reconocible.
 
El single en CD de Wisdom Chain.

Por otra parte, lo maravilloso que es el previo Private Collection (1983) y su tema final Horizon tenían que pesar como una losa sobre cualquier trabajo posterior. Parte de esa perfección -y he escuchado tantas veces Private Collection que podría escribir una tesis- radica en que hay un equilibrio magnífico entre lo que aporta Jon Anderson y lo que aporta Vangelis. Page of Life, por ese sonido de la parte instrumental un poco indefinido, seguramente sea un álbum más disfrutón para los seguidores de Anderson que para los de Vangelis.
 
Wisdom Chain, en la versión larga con intro de 1998.

Page of Life es una colección de canciones variadas, con muchos estilos y temáticas diversas. Desprende un colorido muy especial, y aunque (para mi gusto) no contiene ninguno de esos temazos que hacen trascender a los clásicos, su evidente vocación comercial bien encauzada -muy dulce, muy pop, muy new age, dice alguien que con un puntillo de jazz- sí que nos deja unas cuantas melodías para el recuerdo. Me falla un poco el tema inicial Wisdom Chain, algo machacón, y tampoco me entusiasman otros como Money o Anyone Can Light a Candle, pero me encantan el tema homónimo Page of Life,  Garden of Senses, Is it Love, Genevieve y Shine for Me. Esta última, en versión instrumental, había sonado antes en la prestigiosa película Francesco (Liliana Cavani, 1989), con Mickey Rourke como San Francisco de Asís. Es otra de las BSOs oficialmente inéditas de Vangelis.

Shine for Me

Lo que no sé si en algún momento ha quedado documentado es el porqué de la extraña decisión de no publicar Page of Life en Estados Unidos y abrir así la puerta para que Jon Anderson "cocinase" su propia versión yanqui del disco. Eliminó cuatro temas, remezcló o cambió los arreglos de otras tantos, les alteró el orden y añadió uno más, Change We Must, suponemos que descartado de la edición antigua e inspirado por el libro del mismo título de la gurú new age hawaiiana Nana Veary. A Jon Anderson siempre le han gustado el rollo espiritual y la autoayuda. Por cierto, leo por ahí que la vocalista que hace los coros en Change We Must es Mary Hopkin, que canta también en Rachel's Song de Blade Runner.

 
La edición estadounidense de 1998.

Curiosamente, hay quien dice que esta versión americana de 1998 es la mezcla original, primigenia, del álbum, entre otras cosas porque contiene un largo fragmento instrumental en Wisdom Chain que habría sido recortado en 1991, y porque tres de los cuatro temas suprimidos en 1998 sólo aparecían en el formato CD -y no en el vinilo- en 1991, quién sabe si a modo de "relleno". Nunca pareció querer volcarse del todo en el proyecto, hasta el punto de que en algún tema se recurrió a músicos de sesión, pero Vangelis no dio su visto bueno a este segundo lanzamiento y muchas fuentes apuntan a que ese pudiera ser el motivo por el que nunca más hubo -ni habrá, lógicamente- un nuevo trabajo de Jon and Vangelis en el mercado.  

 Portada de la reedición de 2013.

No sabemos si se pelearon o si sólo fue el final natural de un experimento agotado, pero me consta que al menos Jon Anderson siempre ha tenido palabras de cariño y agradecimiento hacia el añorado Vangelis, al que sigue reconociendo como su mentor. Terminamos con Sing with Your Eyes, tema contenido en el CD single Wisdom Chain que no se recuperó para el álbum oficial hasta su edición remasterizada de 2013.
 
Sing with Your Eyes

5 comentarios:

Álvaro Ruiz dijo...

Un buen disco que sin embargo pasó sin pena ni gloria por los motivos que has explicado perfectamente: salió una década después de los grandes discos de Jon & Vangelis, el sonido es diferente y sobre todo nada podía superar "Horizon", una auténtica maravilla. Me gusta Vangelis hasta la saciedad en todas sus etapas, desde la lisérgica de principios de los 70 hasta la sinfónico-orquestal del 2000 en adelante, pero mi sonido favorito es el de la primera mitad de los 80, con sintetizadores masivos. "Blade Runner", "Antarctica", "Private Collection", "Mask", "Soil Festivities" y muchas otras obras que nunca se publicaron en disco.

Hay que guardar como oro en paño y revisitar de vez en cuando todo lo que hizo el maestro, aunque sean obras menores como esta que nos ocupa (que ya quisieran muchos artistas tener en su haber discos como éste).

Un saludo y gracias por el blog.

Guillermo (Atreus) dijo...

Una pena que no continuasen con más proyectos, pero es cierto que este último trabajo se nota más deslucido. No sé si habrían casado bien Anderson con el estilo sinfonista posterior del griego. Quién sabe.
Eso sí, también me da muchísima rabia que nunca hayan editado en condiciones las canciones nunca acabadas, como "The arms of love", que me parece una pasada de canción.

DANI dijo...

Descubrí esta rareza ya en este siglo gracias a la publicación periódica de un catálogo de discos (y más...), Discoplay, ya desaparecido, y no me podía creer que existiera cuando me había quedado en Private Collection, en los 80. Ni que decir tiene que me lo compré sin pensármelo, ya que estaba ahí mi adorado Vangelis, pero el tiempo y las pocas escuchas pusieron esta obra en su sitio: posiblemente como la peor (para mi gusto) de las que hicieron este dúo en su carrera. Ahora mismo la vuelvo a escuchar y espero seguir dándole oportunidades, pero es muy cierto lo que dices, Conde: está hecho en una época un poco imprecisa en el sonido del griego y además advierto cierta desgana general en el acabado formal de la obra, o al menos es la impresión que me da.
En fin, seguiré escuchándolo. Gracias, Conde, una vez más!

Asrock77 dijo...

Si bien este disco es una obra "menor" en la discografía del maestro, en lo personal lo disfruto por igual (soy un acérrimo fan del griego). Si bien todo el conjunto no logra estar tan cohesionado como las obras anteriores, la magia sigue estando ahí. Resulta menos que imposible mantener la altísima calidad teniendo presente sus trabajos anteriores, además de la excesiva tardanza en su publicación y la poca repercusión mediática de este trabajo, por lo menos en mi país. Sin embargo le guardo un especial cariño, considerando que es la última colaboración de este fantástico dúo. Saludos desde Chile !!!!!

José Ramón dijo...

Este disco llego tarde a casa y me pilló en otras cosas. Le daré un repaso porque apenas recuerdo nada.

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