martes, 24 de junio de 2014

Daniel Minimalia - CUENTOS SONOROS


1. Páramos lejanos (3:29)
2. Sonata para un día cualquiera (1:43)
3. La vida nunca dura lo suficiente (2:48)
4. Akainik (4:09)
5. Raíces (4:07)
6. El vals del trapecista (2:39)
7. En calma (3:29)
8. El eco de un sueño (5:52)
9. Interferencias (2:36)
10. Un extraño viaje (3:21)
11. La piel de una gota (4:10)
12. Al decir adiós (3:45)

Recomendación tras recomendación, he terminado por escuchar el álbum de debut en solitario del instrumentista  y compositor Daniel Minimalia (Daniel Llorente, en realidad), natural de Vitoria. En el blog siempre hemos procurado reservar un rincón importante para nuestros artistas patrios, y en el caso de Minimalia me ha podido el morbo de que se le haya calificado como "el Mike Oldfield español". Detesto esta clase de etiquetas, y es bastante probable que, halagos aparte, Minimalia tampoco querrá ser reconocido como un sucedáneo de andar por casa.

Akainik

Cuentos sonoros (2012) fue una potente carta de presentación para el músico, precedida por el EP Akainik que adelantaba varios de sus temas. Suelo referirme a estos primeros trabajos de compositores instrumentales como "muestrarios de moquetas", ya que raramente encontramos en obras primerizas un verdadero sentido cohesivo, y si lo tienen, suelen pecar de pretenciosas. De algún modo, esta clase de álbumes se conciben como una forma de tantear al público para ver qué clase de planteamiento musical funciona mejor, de cara a explorarlo más a fondo en futuros trabajos. En las formas, Cuentos sonoros es -efectivamente- un muestrario de moquetas, una colección de temas no demasiado parecidos entre sí, pero que tienen en común la clara personalidad artística de su autor, con lo que se logra un equilibrio que ni está demasiado dirigido a sondear al aficionado ni empalaga por sus ínfulas de grandeza.

Al decir adiós, uno de los temas más celebrados del disco.

Lo que mejor caracteriza la música de Daniel Minimalia es su combinación de guitarras y algunos teclados, unas veces moviéndose por una especie de sofisticada new age a la europea no excesivamente melosa, otras por un elegante rock instrumental, y dejando el sitio justo para alguna que otra leve influencia de world music. No se abusa de los arreglos de laboratorio, sino que se pone el acento en la efectiva sencillez de las melodías, que duran lo justo para no saber a poco y, al mismo tiempo, no cansar. En cualquier caso, y aunque al escuchar todo el disco de un tirón hay varios momentos algo insulsos (hay algún corte un tanto aséptico para mi gusto), el conjunto es una colección de temas de muy alta calidad según cualquier vara de medir. 

El clip oficial de Páramos lejanos.

¿Se parece la música de Daniel Minimalia a la de Oldfield? No sé si será voluntario o no, pero es verdad que sobre todo el tema inicial Páramos lejanos suena como sacado de algún álbum tipo GuitarsTres Lunas o Light + Shade. En cualquier caso, los parecidos se diluyen tema tras tema. Yo no iría por ahí vendiendo Cuentos sonoros a los fans acérrimos del señor Mike, pero sí que se lo recomiendo muy mucho a quienes quieran descubrir a un inspiradísimo músico con un gran futuro por delante. Parece que Minimalia ya ha grabado un nuevo álbum que saldrá a la venta este año, y confieso que, después de escuchar Cuentos sonoros, tengo muy altas las expectativas.

jueves, 12 de junio de 2014

Emerson, Lake & Palmer - BRAIN SALAD SURGERY


1. Jerusalem (2:44)
2. Toccata (7:21)
3. Still... You Turn Me On (2:53)
4. Benny the Bouncer (2:21)
5. Karn Evil 9: 1st Impression, Part 1 (8:36)
6. Karn Evil 9: 1st Impression, Part 2 (4:46)
7. Karn Evil 9: 2nd Impression (7:07)
8. Karn Evil 9: 3rd Impression (9:13)

El trabajo más "de culto" en la discografía de ELP es seguramente este Brain Salad Surgery (1973), un álbum bastante duro, no especialmente accesible -para mi gusto, al menos- pero sí muy agradecido para quien tenga la paciencia de dedicarle una segunda y una tercera escuchas. Ya he comentado en otras ocasiones que, dentro de los mitos absolutos del rock progresivo setentero, el sonido de ELP es uno de los que peor han envejecido; y aun así, obras como esta no dejan de dar testimonio de la gran creatividad y las ambiciones deliciosamente desmedidas de la época.

Desmedido es comenzar un álbum con una versión del himno religioso, tradicional y patriótico inglés Jerusalem, original de William Blake, lo que viene a ser como cuando el cura de tu pueblo bendice el pan y la banda toca en la plaza el himno de España. Los músicos salen increíblemente bien parados del invento gracias a que saben darle la pompa exacta que necesita la versión rockera de un tema de tal calado cultural. Como sucede en otros trabajos de la banda, tanto este tema inicial como el resto de temas tiene un sonido muy curioso, como si la banda estuviese realizando la grabación del máster en directo, en un auditorio vacío.

Jerusalem

Lo cierto es que Brain Salad Surgery respondía a las intenciones de los miembros de la banda de publicar un álbum que pudiese ser interpretado en directo sin que hubiese diferencias apreciables respecto a la versión del LP. Los múltiples teclados y parafernalia electrónica de Keith Emerson, la voz y las guitarras de Greg Lake y las percusiones de Carl Palmer mantienen en todo momento la tensión del directo, el enfrentamiento propio de los instrumentos que dialogan y echan un pulso en manos de virtuosos alimentando con ello -para nuestro disfrute- sus grandes egos. Participó también, como letrista, el compañero de Lake en King Crimson, Peter Sinfield.

Para el segundo tema, el instrumental Toccata, se fueron a ver al compositor argentino Alberto Ginastera, que los recibió en Ginebra. El argentino dio su visto bueno a la visión reelaborada de ELP de su Concierto para piano nº1, con lo que la banda tuvo el raro privilegio de contar con una versión "autorizada" de una obra clásica en un trabajo de rock. También les salió redondo el siguiente corte, Still... You Turn Me On ("Todavía... me pones"), uno de los temas cantados más exitosos del grupo, quizá no tan pegadizo como aquel maravilloso Lucky Man, pero bastante resultón. Y en cuanto a Benny the Bouncer, es necesario mencionar que ELP venía publicando en distintos álbumes unos cuantos temas inspirados en el lejano oeste, y este es el último de la saga. Es como una canción de taberna, solo le falta el banjo y la armónica, por lo que su inclusión desentonaría un pelín en el conjunto del álbum si no fuese porque en el tema anterior también se entreveía alguna melodía muy de western.

Toccata, en vivo.

El resto del álbum sirve para dar rienda suelta, si es que todavía se echaba esto de menos, todo el poderío progresivo de Emerson, Lake y Palmer. De la inconexa serie de temas titulados Karn Evil 9 se decidió situar su primer movimiento en la cara A del vinilo, pese a que el resto de la composición seguiría ocupando al completo toda la cara B. No termino de entender el porqué de separar ese fragmento, ya que forma un todo musicalmente indivisible con el siguiente. Encontraremos, después de estos dos enérgicos temas cantados, un montón de cosas mezcladas, desde referencias jazzísticas y de blues por doquier a (me informa la wiki) un fragmento de un vals de Franz Liszt con unos interesantísimos desarrollos de piano, en el tercer movimiento. En el último, por cierto, se narra una batalla un tanto "kitsch" entre hombre y máquina, lo que debería retrotraernos a los fascinantes diseños biomecánicos para la funda del vinilo, a cargo del ilustrador recientemente fallecido H. R. Giger (diseñador, por ejemplo, del monstruo de la película Alien).

La portada secundaria podía verse al desplegar la cubierta principal del LP.

Como creo que todo lo importante está dicho y solo queda que cada cual le dedique el tiempo que prefiera (insisto en que necesita 2 o 3 oportunidades antes de calar del todo), solamente me queda advertir que el título del álbum no tiene nada que ver ni con ensaladas, ni con cerebros ni con cirugías. ¿O sí? El disco tuvo su correspondiente edición "Deluxe" hace poco tiempo, y en ella se incluyeron, entre otras rarezas, tres temas que en su momento quedaron descartados para el álbum. Pueden escucharse en Spotify:

miércoles, 4 de junio de 2014

Un nuevo ítem para coleccionistas de Pink Floyd.

El 20 de junio sale a la venta una golosa edición para coleccionistas del álbum de Pink Floyd The Division Bell, de cuya publicación en 1994 se cumplen veinte años. Este trabajo es -diría yo que definitivamente- el último trabajo de estudio de la mitológica banda, y el segundo de la etapa en la que David Gilmour tomó las riendas de lo que se había convertido ya más en una franquicia mediática que en un simple grupo de rock. Nunca se bajó del carro el batería Nick Mason, y volvió a la carga como miembro de pleno derecho el añorado Rick Wright.

Portada de la nueva edición.

The Division Bell llegó al número 1 tanto en Gran Bretaña como en Estados Unidos, y aunque Roger Waters lo calificó de basura y sinsentido, es un trabajo tan absolutamente exquisito en todos sus aspectos técnicos y en su riqueza melódica que muchos admiradores de Pink Floyd lo miramos con buenos ojos, aun teniendo de abstraernos de cualquier recuerdo de tiempos mejores y más creativos.

Lo que va dentro.

Esta nueva edición contendrá seis discos: vinilos varios, un blu-ray con un nuevo videoclip grabado para el tema instrumental Marooned (ganador de un Grammy en su momento) y el álbum remasterizado y remezclado en formato 5.1, en CD.

El nuevo vídeo de Marooned...

...y un tráiler.
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