domingo, 27 de septiembre de 2020

Geinoh Yamashirogumi - YAMATO GENSHO


1. Gassho Kariboshi- Kiriuta (4:00)
2. Warabauta-Sho (2:16)
3. Shudarahigyo (15:54)
4. Yamashiro-Bushi: Yanagi No Ame (3:53)
5. Yamashiro-Bushi: Tanuki (16:31)

Buscando algo especial para después del jaleo de la vuelta al cole, me encontré con este interesante álbum de 1979 que llevaba tiempo llamándome la atención. En realidad hablamos de un reencuentro, ya que en su momento quedé fascinado por lo que Geinoh Yamashirogumi aportó a la película Akira (1988), cuya peculiar banda sonora conforma, paralelamente a la película, algo así como la poderosa respuesta japonesa a Blade Runner.

Una actuación de Geinoh Yamashirogumi.

Geinoh Yamashirogumi es sin duda una de las formaciones musicales más grandes del mundo por cantidad de miembros. Estamos hablando de un proyecto colectivo integrado por cientos de personas, muchas de ellas no profesionales de la música, que se unen para confeccionar estas obras de sonido colosalista difíciles de definir. Es una mezcla de música tradicional japonesa con cantos corales mixtos, arreglos sutiles de sintetizador y muchos instrumentos de percusión, a menudo empleando recursos del sureste asiático como el gamelán. El líder de la formación, encargado de componer los temas, es Tsutomu Ōhashi. Su seudónimo Shoji Yamashiro da nombre al conjunto, que podemos traducir como "Colectivo de intérpretes de Yamashiro". Gracias por esto último, Wikipedia.

Tsutomu Ōhashi

Este álbum en concreto se publicó en 1977, tres años después de la fundación del grupo, siendo el tercero de su discografía. Superficialmente, y aunque contiene alguna rara sorpresa, Yamato Gensho es en un 90% lo que podríamos escuchar en una película de samuráis rodada para occidentales: profundos cánticos femeninos arropados por coros, ambiente ritualista, instrumentos de cuerda muy simples, minimalismo zen aplicado a la música...

Gassho Kariboshi- Kiriut

Pero esta no es una banda folclórica al uso, y ya desde el segundo tema se cede protagonismo a una secuencia electrónica hipnótica. Recordemos que estamos en 1977 y que todavía conserva mucha fuerza la gran oleada del rock progresivo, por lo que no es de extrañar que se recurra a experimentos cósmicos incluso en un álbum con vocación (repito: superficialmente) tradicional. 

Más extrañeza todavía causa la irrupción de bajo, batería y guitarra pop en el último y largo tema Yamashiro-Bushi: Tanuki. Seguramente estemos aquí ante un Japón más real y contemporáneo al lanzamiento del álbum, no recreándonos en una bonita postal como la que parece haberse utilizado para la portada. Hay un indudable toque cómico en las voces del último tercio de la pieza, como si fuesen conscientes del carácter muy místico, muy meditativo, de la mayor parte del álbum y quisieran aportar algo de desenfado. 

Yamashiro-Bushi: Tanuki

De todos modos es difícil conocer las verdaderas intenciones artísticas de Ōhashi, quizá por algo tan sencillo como que la cultura japonesa es extremadamente distinta de la nuestra y también lo es su sentido de lo estético, que se mueve con misterioso equilibrio entre el tradicionalismo a ultranza y la más colorida posmodernidad tecnológica. Todo el álbum, por no decir gran parte de la discografía de Geinoh Yamashirogumi, es tan sorprendente como "alienígena" para quien no esté habituado a estas cosas, aun a sabiendas de que la formación ha realizado muchas actuaciones internacionales y que su mencionada música para Akira está en el imaginario colectivo de muchos cinéfilos y aficionados al anime de todo el mundo.
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