lunes, 23 de agosto de 2010

Paco de Lucía - FUENTE Y CAUDAL


1. Entre dos aguas (rumba) (6:03)
4. Solera (bulerías por soleá) (3:46)
6. Cepa andaluza (bulerías) (5:50)
7. Los pinares (tangos) (3:37)
8. Plaza de San Juan (alegrías) (3:10)

Parecía mentira que, siendo yo andaluz, no hubiese tenido tiempo todavía para comentar alguna obra perteneciente al mundo del flamenco. Quizá sea por ser de la Andalucía oriental, la menos "castiza" en comparación con las provincias de Córdoba, Málaga, Cádiz, Sevilla y Huelva, que ni yo ni demasiada gente en mi entorno se ha sentido especialmente atraída por lo que se suele disfrutar en los tablaos. Sin embargo, Es una obviedad que el flamenco es a estas alturas una de las músicas étnicas más populares a nivel mundial, rivalizando con él en difusión tan solo la música celta, y no se si acabo de decir un disparate. El caso es que, puestos a meternos en faena, nada mejor que ir directamente a una de las obras claves del flamenco en lo que a su edición fonográfica se refiere: Fuente y caudal, obra de Paco de Lucía de 1973.

Paco de Lucía

Sobre Paco de Lucía no hace falta decir mucho, salvo que es la mayor figura actual del flamenco y uno de los guitarristas más importantes que ha dado esta tradición artística, heredero directo de colosos de las cuerdas como Andrés Segovia. Francisco Sánchez, que así se llama realmente el músico nacido en Algeciras (Cádiz), ha sido reconocido internacionalmente con distinciones como el premio Príncipe de Asturias de las Artes, en 2004. Su estilo combina el respeto a los palos tradicionales del flamenco de siempre con algunos elementos experimentales añadidos en varios de sus trabajos, teniendo en ello sin duda un gran peso sus numerosas colaboraciones con Camarón de la Isla, el legendario cantaor y renovador del género. Y no hablemos de lo difícil que es triunfar en el panorama musical español siendo un instrumentista.

Entre dos aguas, en TVE (1976)

Cepa andaluza.

Este Fuente y caudal proviene precisamente de aquellos años de eclosión creativa, convirtiéndose en una de las obras fundamentales de su trayectoria tanto por lo inspirado como por lo influyente de cara a la posteridad. Es curioso conocer que, en el momento de su grabación, Paco estaba obligado por razones contractuales y tenía bastante prisa por terminar el álbum, y es casi milagroso que su tema más conocido, Entre dos aguas, fuese prácticamente improvisado. Fuente y caudal fue una de las primeras grabaciones de flamenco que sobrepasaron las cotas del género y llegaron a un público amplio, y ahí está su mayor mérito: lograr que cualquier aficionado a la música se dé cuenta al instante de la asombrosa habilidad de Paco de Lucía a nivel técnico, deleitándose al mismo tiempo con una serie de melodías hermosas, sencillas y accesibles para cuyo disfrute no es necesario tener ni idea de en qué se diferencia un fandango de una bulería.

Portada alternativa del álbum en una edición posterior.

Entre dos aguas, tema estrella del álbum que además lo abre, es un notable ejemplo de investigación sonora, ya que la guitarra española se ve acompañada por el sonido del bajo y el de un bongo para crear una de las rumbas más famosas jamás concebidas, desde entonces arraigada al inconsciente colectivo de Andalucía y España, e incluso de lo que supone nuestra imagen como pueblo en el extranjero. No podemos hacernos una idea de lo que supondría el experimento en el flamenco posterior, ya que incluso el ultramoderno flamenco-chill sigue nutriéndose de aquel concepto espontáneo. En los temas, Paco de Lucía es acompañado por su hermano, Ramón de Algeciras, y no necesitan a nadie más para dar consistencia al conjunto de cortes del álbum. Los arreglos son sencillísimos, y salvo por la perfección interpretativa del algecireño que nos recuerda la excelencia de la grabación, no dejamos de imaginar cualquier clase de humilde rincón del mundo rural andaluz, seguramente una sombra bajo una parra en un patio encalado, mientras vemos el atardecer sentados en sillas de enea. Un mundo de placeres sencillos al que cualquier español puede acceder con sólo voltear un par de veces los expositores de cassettes de las gasolineras patrias.

sábado, 14 de agosto de 2010

Hans Zimmer - INCEPTION


3. Dream Is Collapsing (2:24)
4. Radical Notion (3:43)
5. Old Souls (7:44)
6. 528491 (2:24)
7. Mombasa (4:54)
8. One Simple Idea (2:28)
10. Waiting for a Train (9:30)
11. Paradox (3:25)
12. Time (4:36)

Me decanto en esta entrada por una novedad, la banda sonora original de la película Origen (2010), a cargo de ese compositor que va en un auge enorme llamado Hans Zimmer. Por una parte, la entrada me servirá para analizar el disco en particular, y por otra, para comentar de forma general la trayectoria de este señor.

Hans Zimmer

Hans Florian Zimmer, nacido en Alemania, comenzó como sintesista a principios de los ochenta, casi como si fuese a hacerles la competencia a Harold Faltermeyer o Jan Hammer (¿son todos alemanes o solamente lo parecen por sus nombres?), trabajando con diversos grupos e intérpretes del momento, incluso con los españoles Mecano (Wikipedia, qué grande eres). Su gran salto al ruedo de Hollywood le llegó con Rain Man, cuya melodía es hoy en día muy conocida, y junto a sus trabajos para Black Rain y Paseando a Miss Daisy fue plenamente abrazado por la industria. También había trabajado, por ejemplo, en la magnífica banda sonora de El último emperador, que comenté hace tiempo en este blog. Ya desde el principio sus propuestas se inclinaban por una mezcla entre música para sintetizador y música clásica orquestal, si bien al principio era el primero el que se imponía, en un estilo que, si bien funcionaba en aquella época, hoy podría resultar bastante tosco. No obstante, Zimmer siguió creciendo hasta que logró el Oscar en 1994 por la música incidental de El rey león.


Los protagonistas de Origen, en dos pósteres promocionales.

Y aquí comienza la época que menos me gusta de Zimmer, casi siempre involucrado en películas gigantescas y con escaso valor artístico -La Roca, Pearl Harbor o El Rey Arturo, por poner unas cuantas-, cuyas bandas sonoras me resultan ruidosas, extraordinariamente pretenciosas y fanfarronas. Sobresalen demasiado por encima de las escenas de los filmes, y eso es casi un pecado. Podría referirme a su sonido habitual como "tatachán tatachán tatatachachán", y curiosamente ha reunido en torno a Zimmer a otros músicos de cine, discípulos suyos por seguir claramente esta tendencia, que van haciéndose un hueco en el panorama actual. Unos se han quitado de encima estos vicios, como el estupendo Harry Gregson-Williams de El Reino de los Cielos; y otros se han recreado en la peor versión posible, como Klaus Badelt y su horrible melodía para Piratas del Caribe: La maldición de la Perla Negra, que hoy en día suena interminablemente en televisión cada vez que anuncian el fútbol o alguna película de aventuras. Para desgracia de mis tímpanos.

Sin embargo, creo que fue a partir de lo realizado en La delgada línea roja (1998) y Gladiator (2000) cuando Zimmer ha ido evolucionando hacia unas claves compositivas que hoy en día admiro plenamente. Me quedo sobre todo con los temas más íntimos de Gladiator -los menos íntimos son parte de su "tatatachán tachán" de siempre- como base de las maravillas que realizaría el alemán para El código Da Vinci y Piratas del Caribe: en el fin del mundo, ambas empequeñecidas por la tibia acogida de la crítica hacia las respectivas películas.

Ejemplo del poderío visual de Origen.

Y llegamos a sus colaboraciones con el director Christopher Nolan, para el que recicló favorablemente sus características fanfarrias en la estupenda partitura de Batman Begins y El caballero oscuro, ambas junto al efectivo y más ambiental James Newton Howard. Es el Zimmer de siempre, pero más adulto, mejor ajustado a las exigencias de la propia película, con más gana de experimentar... en definitiva, mejor. Hoy en día está en la sopa, trabajando para series de televisión como The Pacific, y hasta en videojuegos de éxito como Call of Duty: Modern Warfare 2.

Imagen promocional de la película.

Inception (Origen), puede entenderse en la misma línea que las dos entregas de Batman dirigidas por Nolan: temas grandiosos en su oscurantismo, propios de fantasías tecnológicas un tanto retorcidas. El universo musical de Zimmer coincide en este caso plenamente con el de Nolan, sobre todo en su sofisticada frialdad y su búsqueda de una tensión dramática muy bien sostenida y sin fisuras. Utilizó algún sonido de guitarra eléctrica en El caballero oscuro, y en Origen lo hace con algo más de empeño, realizando verdaderos homenajes al cine de espías a lo James Bond -recordemos que Origen es, bajo toda su tramoya filosófica, una película de espías-, en temas como Dream Is Collapsing y Dream Within a Dream, claves en el filme. El leitmotiv de Inception es una sucesión de notas que parecen emanadas de un cuerno vikingo sintetizado, que no hacen sino ahondar en la grandiosidad de la película y la espectacularidad de sus escenas de acción. Pero nada de cuernos vikingos, porque estas notas son nada más y nada menos que los primeros compases, ralentizados, del tema de Edith Piaf No, Je Ne Regrette Rien, que tiene una gran importancia en la trama de Origen, creando Zimmer algo parecido a los sueños dentro de sueños que pueblan la película de Nolan. No falta al final un buen tema épico de corte clásico, casi un adagio en la línea del genial Chevaliers de Sangreal de El código Da Vinci; ni unos cuantos temas de acción pura y dura que nada tienen que ver con sus fanfarrias de antaño, como Mombasa.

Mombasa.

Waiting for a Train.

Según yo lo veo, la gran sorpresa de Inception se halla en temas como Old Souls y Waiting for a Train, en las que vuelve el primer Zimmer, el de los sintetizadores, casi en una línea ambient y new age enormemente elegante, con melodías hermosas, evocadoras y melancólicas. Me reafirmo, escuchando el modo en que Hans Zimmer trata en el estudio los fragmentos orquestales de sus temas, en mi opinión de que el alemán cuenta entre sus principales influencias al Vangelis de los '90 (1492: la conquista del paraíso, por ejemplo). El resultado global es aplastante, un álbum musical que se sostiene por sí mismo y que es todo un triunfo para uno de los nombres más importantes del cine actual, un músico que sigue creciendo y creciendo.

Mientras esto no pare de girar, seguimos soñando. A ver... pues no, no se para...

lunes, 9 de agosto de 2010

Brian Eno - MUSIC FOR FILMS


1. Aragon (1:37)
3. Inland Sea (1:25)
5. Slow Water (3:17)
6. Sparrowfall (1) (1:11)
7. Sparrowfall (2) (1:44)
8. Sparrowfall (3) (1:24)
9. Alternative 3 (3:15)
10. Quartz (2:03)
11. Events in Dense Fog (3:44)
12. There Is Nobody (1:43)
14. A Measured Room (1:06)
15. Task Force (1:23)
16. M386 (2:50)
17. Strange Light (2:10)
18. Final Sunset (4:14)

No se partió el lomo Brian Eno diseñando la portada de Music for Films. Se comprende que para el "Lorenzo de Medici" del Ambient, lo que cuenta es la música y no tanto su presentación. De todos modos, a vanguardista no le gana nadie.

Music for Films, pese a aparecer en 1978, recoge temas grabados esporádicamente desde varios años atrás. La idea de Eno era la de crear una serie de melodías que pudiesen ser utilizadas en películas de todo tipo, y en efecto estamos hablando de un álbum con sonidos polivalentes. Alguien que no conozca la trayectoria de Brian Peter George St John Le Baptiste De La Salle Eno podría pensar en fanfarrias a lo John Williams, pero la música aquí contenida se decanta por lo incidental. Es decir, que la música para películas de Eno aparecería, en cualquier caso, en escenas muy concretas de cada filme, y no tanto en los créditos. Es un trabajo ambient plenamente inscrito en la época más ambient de su autor, y emparentado incluso por su título con trabajos como Music for Airports.

Contraportada

Resulta que Music for Films se vendió en principio en una edición muy limitada de 500 copias, algunas de las cuales fueron enviadas a varios directores de renombre para que las considerasen de cara a futuras películas. Con el tiempo, y teniendo en cuenta que se trata de un trabajo más que notable -hoy en día es de los tres o cuatro más conocidos del músico-, terminó por editarse a gran escala para que todo el mundo pudiera hacerse con su copia. No se si le habrá gustado a Eno, por cierto, que un director tan prosaico como suele ser John Woo haya sido uno de los pocos en utilizar un tema del álbum en una de sus cintas de matanzas mafiosas orientales.

Brian Eno

Si hay que definir la personalidad de Music for Films más allá de los propósitos de su autor, lo cierto que se trata de un disco bastante variado, con temas bastante cortos y que vienen a ser casi un catálogo de emociones y paisajes sonoros, algo así como una carta de vinos musical. Eno utiliza una amplia variedad de instrumentos -amplia, si tenemos en cuenta lo minimalista de sus piezas ambientales más ortodoxas-, dejando espacio para colaboradores tan ilustres como Robert Fripp, Phil Collins y John Cale, entre otros. No obstante, y dado el hermetismo del trabajo, no resulta precisamente fácil distinguir el estilo de guitarra de Fripp en Slow Water, y ni siquiera las percusiones de Collins (¿dónde se supone que están?).

Portada de una edición reciente en digipack.

Sinceramente, se trata de un trabajo bonito y asequible, aunque quizá le falte algo de profundidad para terminar de calar en los iniciados más exigentes. En cualquier caso, y tal como Eno concibe el disco, quizá de lo que se trata es de una serie de temas para películas imaginarias, no necesariamente reales, quizá precisamente las que cada uno se vaya montando en su cabeza mientras escucha el álbum.

P. D. ¿Alternativa 3 no era el nombre de un especial de la televisión británica de tintes alarmistas y conspiranoicos que emitió en España, con gran polémica, el Dr. Jiménez del Oso?

Alternative 3.

sábado, 7 de agosto de 2010

Henryk Górecki - SINFONÍA Nº 3, "DE LAS LAMENTACIONES"


1. I. Lento - Sostenuto Tranquillo Ma Catabile
2. II. Lento e Largo - Tranquillissimo
3. III. Lento - Cantabile-Semplice

Descubrí esta obra de Henryk Górecki en una de aquellas antologías que hace años vendían saldada en una tienda de discos por correo. Se llamaba Adagios del siglo XX1, y contenía una pequeña introducción de Ramón Trecet que no era sino toda una declaración de intenciones. Allí estaban el Powaqqatsi de Philip Glass y el Adagio para cuerdas de Samuel Barber, entre otras piezas del catálogo imprescindible de la música clásica contemporánea. Si mal no recuerdo, la pieza de esta Sinfonía nº3 de Górecki que se incluía en el CD era el segundo movimiento, el más conocido, y que describiré más adelante. Admito que en su momento no era mi corte favorito del CD, aunque hace unos días pude escuchar la sinfonía completa, y las cosas para mí han cambiado.

Henryk Górecki

La conocida como Sinfonía de las lamentaciones, o de las canciones tristes fue compuesta en 1976, siendo el opus 36 de la obra de Górecki, y supone una importantísima vuelta de tuerca en lo que se refiere a la evolución de la música académica vanguardista. Si en años precedentes los grandes músicos se habían decantado por la abstracción absoluta o por la búsqueda de un lenguaje musical que imitase los sonidos -ruidos las más veces- del mundo real, tirando por tierra conceptos como el ritmo o la melodía, Górecki encauzó su obra hacia algo más tangible que la mera experimentación cuasi-nihilista, realizando una partitura que algunos han definido como "minimalismo sacro".

Otra edición.

En efecto, las barreras entre lo que hacían Boulez y Stockhausen (influencias del polaco Górecki junto al músico-ornitólogo Messiaen) y la corriente minimalista propiamente dicha de Reich o Glass, que no todo el mundo consideraba como clásica en sentido estricto, quedan fundidas en la Sinfonía nº3. En ella encontramos la complejidad tonal de los primeros y el gusto por el bucle y el impresionismo austero y nada virtuosista de los segundos, consiguiendo como hiciese Picasso en pintura con su Guernica un acercamiento poderosísimo entre los sentimientos humanos más universales y una forma de arte que parecía estar alejándose cada vez más de los gustos de la gente de a pie.

Y otra más.

La Sinfonía nº3 nos propone tres movimientos unidos por un sentimiento común: el dolor y la pérdida. En el primer movimiento, se trata del dolor de la Virgen María ante la muerte de Cristo plasmado en un escrito del siglo XV; en el segundo, el de una muchacha arrestada por la Gestapo durante la 2ª Guerra Mundial que invoca a la Virgen en una carta a su madre escrita en la pared de su celda; y en el tercero, el de una madre que busca a su hijo fallecido durante la insurrección de Silesia en 1919. Todas son madres que lloran por sus hijos, y la inclusión tanto de la mismísima Virgen como del horror nazi contribuyen a otorgar a la obra de Górecki dimensiones colosales. Tenemos que considerar también que algunos críticos se han empeñado en relacionar esta obra directamente con el Holocausto. Como sabemos, la barbarie racista se cebó con la población polaca, y muchos de los familiares de Górecki fueron ejecutados en Auschwitz. El compositor, sin embargo, reconoce que nunca pudo realizar una obra específica sobre el Holocausto, y aunque esta Sinfonía de las lamentaciones puede incluir referencias directas al mismo, no se trata en absoluto de su tributo personal a las víctimas. Ser polaco le valió también a Górecki el que los mandamases de la ocupación soviética de Polonia desestimasen este trabajo al considerarlo conformista y poco constructivo de cara a su revolución comunista.

Segundo movimiento.

Tercer movimiento.

Musicalmente hablando, destaca la presencia de una soprano que reproduce los textos aludidos arriba, acompañada por flautas, fagots, piano, clarinetes y una potente sección de cuerda. El efecto logrado tiene reminiscencias -según apunta la Wikipedia, de la que suelo fiarme para estas cosas- de la música medieval. No sé si tengo mucho más que decir de esta fabulosa composición, sobre todo teniendo en cuenta que en la Wikipedia, donde he encontrado la mayor parte de la información para los detalles históricos de esta crítica, puede encontrarse un detallado y exhaustivo análisis de la obra. Iré directamente a lo que me toca como oyente, a mis impresiones. Pienso que esta Sinfonía nº3 es una pieza magistral, tal conmovedora que no querrá uno disfrutarla demasiado a menudo, porque su amargura es muy intensa y llama a las lágrimas. Es un título imprescindible que todos deberíamos escuchar por lo menos una vez.

miércoles, 4 de agosto de 2010

Neuronium / Vangelis - IN LONDON


1. In London (The Psychotronic Mix) (20:00)
2. In London (The After Hours Mix) (12:56)
3. In London (The Radio Mix) (3:03)

Un listillo Michel Huygen... Bien, tal y como dije en la primera entrada que escribí sobre Neuronium, aquí tenemos aquella famosa colaboración de aquel grupo electrónico catalán con el barbas Vangelis. Tras haberme documentado un poco, debo prevenir a los defensores a ultranza de Huygen que a lo mejor no les gusta alguno de mis comentarios, y en tal caso estaré más que encantado de leer sus réplicas en los comentarios. Para empezar, y vaya por delante que esto no es una crítica negativa, In London (1992) es para Neuronium su trabajo de mayor trascendencia internacional, y para Vangelis, solamente una de las rarezas de su discografía que todo fan completista debe poseer.

Vangelis y Michel Huygen en Nemo Studios.


¿Pero qué es esto? No conozco los motivos, pero en esta foto 
(la original, a todas luces) aparece Carlos Guirao. 
En la otra (la oficial) ha sido eliminado vía trucaje fotográfico.

En 1982, el belga afincado en España Michel Huygen y su compañero de grupo, Carlos Guirao, visitaron a Vangelis, que por entonces se encontraba en plena etapa londinense. Este último acababa de ganar el Oscar por Chariots of Fire y Blade Runner estaba al caer, así que podemos hacernos una idea del estado de gracia en que se encontraba. En sus estudios Nemo, tal y como sabemos gracias a algunas entrevistas, por ejemplo, con Jon Anderson, no era raro que Vangelis realizase encuentros con otros músicos que, o bien por invitación suya o bien porque se acercaran -y con mucha razón- a curiosear, terminaban en alguna clase de sesión musical improvisada. Ese fue el caso de lo que pasó entre Neuronium y Vangelis, que realizaron un miniconcierto para el programa de TV español Musical Express (el mismo espacio de TVE que incluí en la última entrada de Mike Oldfield).

Portada de la edición de 1996.

La pieza interpretada, que se conoce desde entonces como In London (el título es una obviedad), debe seguramente mucho más al estilo de Neuronium que al de Vangelis, ya que es un tema bastante atmosférico y ambiental, nada parecido a la línea extremadamente melódica que venía cultivando el griego, con puntuales excepciones, desde álbumes como Spiral, China y Opera Sauvage. Vangelis se dedica sobre todo a integrar su característico sonido de sintetizador entre las capas de sonido superpuestas que dejaban caer los de Neuronium, no interfiriendo demasiado sino más bien "redondeando". De haberse tratado de músicos vocales, se podría decir que Vangelis hizo los coros. El vídeo casi al completo, afortunadamente, está disponible en YouTube y también aquí:


Pues bien, el caso es que Huygen y Girao se volvieron a España tan contentos, con la grabación del encuentro en la maleta, y el primero de ellos la guardó bajo siete candados. Vendría entonces el desmembramiento de Neuronium, que terminaría por convertirse en el seudónimo de Huygen en solitario. Probablemente con la necesidad de lanzar una obra al mercado que le abriera definitivamente las puertas internacionales (tengamos en cuenta que, si bien ni Neuronium ni Huygen pasaron nunca "hambre", no se puede decir que rivalizaran en popularidad con Vangelis, y ni siquiera con Tangerine Dream), se decidió en 1992 a lanzar aquel In London en un single. Es evidente que contaba con el consentimiento de Vangelis, y a nadie le cabe duda de que la obra es digna de una edición oficial, en condiciones.

Y la portada de la edición de 2002.

Sin embargo, Michel Huygen ha lanzado ya al mercado por lo menos otras dos versiones de In London que incluyen remixes y ediciones alargadas y acortadas del tema, convirtiendo lo que fuese un single en una especie de EP, casi un álbum. La primera de ellas se tituló A Separate Affair (1996), y la segunda, In London, Platinum Edition (2002), a la que pertenece la lista de temas que he incluido arriba. Nada de malo tiene reeditar la pieza, ni remezclarla, pero da un poco la sensación de que Huygen ha procurado exprimir a tope aquella gallina de los huevos de oro, y los diez minutejos escasos de In London no creo que realmente diesen para tanto. Es un poco como quien una vez apareció en una foto del periódico cerca del presidente, y la tiene colgada sobre la chimenea en mayor tamaño que las fotos de comunión de sus hijos. Pero bueno, In London está ahí, y no deja de ser una grabación obtenida en el mejor momento tanto de Neuronium como de Vangelis, así que se comprende en buena medida el hecho de que Huygen la haya convertido en su buque insignia.

Las páginas Vangelis Movements y Elsewhere han sido visitadas y consultadas para obtener información e imágenes.

ACTUALIZACIÓN: La fotografía añadida posteriormente se encuentra en carlosguirao.blogspot.com; si los administradores del blog están en contra de que aparezca en esta entrada, les ruego que me lo comuniquen y la retiraré sin dilación. Ha sido incluida por su enorme interés documental.

domingo, 1 de agosto de 2010

Sin cobertura en Santiago.

¿Será simplemente que, como admirador que soy de la música de Jean Michel Jarre, tenía la equivocada impresión de que el de anoche iba a ser uno de los conciertos más importantes del año en España? ¿Será quizá porque -manejando cifras que lo demuestran- los conciertos del francés han sido los más multitudinarios y espectaculares de la historia de la música popular? Pues no sé muy bien los motivos, pero desde luego tengo claro que ningún medio de comunicación nacional del que yo tenga noticia ha hecho ni la más mínima mención al evento de anoche en Santiago de Compostela.

Jarre pudo tocar directamente desde el rellano frente al Pórtico de la Gloria de la catedral, cosa que al parecer casi nunca se había hecho antes (suelen montar escenarios delante para no estropear el monumento), iluminando toda la fachada del templo espectacularmente, utilizando todos los edificios alrededor de la plaza como pantallas donde proyectar imágenes alusivas a los temas que se movían a su ritmo. El aforo máximo se completó, y encima hubo que llevarse a muchísima gente a la plaza de A Quintana para que por lo menos viesen el concierto en una pantalla grande. Los de A Quintana lo disfrutaron algo menos, en diferido por problemas técnicos de conexión vía satélite, y chapuceramente a causa de la emisión ratera de la TVG -que hizo incluso cortes publicitarios, jajajaja-. Pero lo del Obradoiro, tal como señalan la agencia EFE y los medios gallegos, fue colosal. Perfecto en todos los sentidos posibles. Pero ni yo ni casi nadie lo vimos, unos porque no se enteraron, otros porque no tuvimos forma de verlo -imagino que en alguna parte de Internet se emitió online-, así que no puedo ofreceros la crítica que os prometí hace unas semanas. Sí que quiero incidir en lo que dije al principio.

Los informativos tanto públicos como privados de la televisión han ignorado completamente el concierto del Obradoiro, dedicando sus ya tristemente escasos minutos de información cultural desde el momento en que se anunció el acto (hará casi un mes) a cosas de relevancia mucho menor, como festivales electrónicos de verano y similares. Tan solo los medios gallegos han cubierto el espectáculo, anunciándolo previamente de forma amplia, y publicando esta misma mañana sus impresiones sobre lo visto, que al parecer han sido óptimas.

Véase este vídeo amateur de Fourth Rendez-Vous.

Es decir, que el hombre que colapsó París en varias ocasiones, que convirtió toda la ciudad de Houston -literalmente- en una pantalla donde proyectar sus rayos láser, que dio la bienvenida al milenio en las Pirámides de Egipto en un concierto que se emitió en el mundo entero aquella nochevieja, que toca en Dinamarca, Moscú, Gdansk, Pekín, Atenas y el desierto de Marruecos y se emite en las principales emisoras de TV... viene a España a tocar a lo grande en la Plaza del Obradoiro, uno de los centros espirituales más conocidos del mundo, donde termina el Camino de Santiago y en pleno Año Xacobeo, y solamente si eres gallego o buscas en Internet te enteras de que Jarre da uno de sus megaconciertos al aire libre, y gratis. En general, se puede afirmar que los medios nacionales han puesto el concierto de Jean Michel Jarre a la misma altura que un revival de Manu Tenorio en las fiestas patronales de Villanueva del Trabuco.

No sé qué pasa en este país, pero a mí me saca de quicio. Ahí está La 2, un supuesto canal cultural que programa anoche alegremente uno de sus conciertillos de músicos jóvenes alternativos que nadie ve, no se si imbuido de un espíritu perroflautil que concede su atención únicamente a lo pequeño y barato. Se podrá argumentar que a lo mejor TVG (la televisión gallega) tenía alguna clase de contrato de exclusividad con los organizadores del concierto que convirtió algo tan importante en un mero localismo "sin interés", o incluso que Jarre no quería emitir el concierto a gran escala para luego vender más dvd's (se prevé que sea editado próximamente para su venta), pero aun así debía haber recibido cobertura informativa en los demás medios, por lo menos para decir que se iba a celebrar, y comentar qué tal fue la cosa una vez celebrado. También compran en exclusiva unos canales el fútbol, y en cualquiera de los demás te enteras igualmente de quién ganó el partido. Pero de eso nada en absoluto. Sí he visto que hablaban hoy en los telediarios de El Cigala, de Amaral, de un par de dj's que actúan en Canarias y que ni en su casa conocen, de un sufrido gallego con una malformación en los dedos que toca la guitarra y -menos mal- del concierto que dio anoche el gran Mark Knopfler en la Sierra de Gredos. Pero ni la más mínima mención a lo de Jarre, ni siquiera teniendo en cuenta que al recital del ex-líder de Dire Straits acudieron 10.000 personas y al del francés autor de Oxygene asistieron 13.000, 8.000 de ellos en la propia plaza y 5.000 en A Quintana en plan "menos da una piedra". No me caben en la cabeza los motivos de un rechazo así.

Cuando comencé con este blog, como ya sabéis quienes os pasáis por aquí de vez en cuando, mi intención era la de poner mi granito de arena en la difusión de todas estas formas de hacer música un tanto inusuales, un tanto ignoradas por los medios de masas, pensando que en el fondo éramos muchos los aficionados y comprobando tanto en Internet como en la afluencia al concierto de anoche, que seguimos siendo muchos. Pero no esperaba algo como lo de estos días, una situación tan penosa que me hace plantearme si hay alguna esperanza de que músicos que no canten el éxito de moda puedan llegar a un público para que éste, libremente, decida si les ha gustado o no. Es un cierre en banda, un tapón hermético, y eso que Jarre no es precisamente un tipo complicado que haga música para curtidos expertos de lo etéreo y lo sublime, con muchos más de 50 millones de discos vendidos a estas alturas de su carrera y un montón de hits en el nº1. Así que esta es la demostración de que, aun siendo muchos, estamos solos y en una isla; de que ser aficionado a algo que no se escuche en las discotecas de barrio o en los chiringuitos de playa nos condena hoy en día irremisiblemente al ostracismo hasta un punto que no imaginaba. ¿Habrá tenido algo que ver el hecho de que la elegida en un principio para lo de anoche era la estrella-de-moda Shakira? De haber sido así, a estas horas ya sabríamos hasta cuántas veces movió el trasero de izquierda a derecha, arriba y abajo, la colombiana. Pero con Jarre no existe el morbo de la megaestrella de portada de revista, así que o se hablaba de música o no había nada de qué hablar. Se ha terminado optando por lo segundo.

Igual se me está escapando algún motivo importante para explicar este vacío informativo, y si alguien quiere recordármelo o apuntar algo en contra de mis impresiones, que lo haga cuanto antes, porque estoy indignado. Opinad, por favor.
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...