sábado, 4 de noviembre de 2017

Tangerine Dream - HYPERBOREA


1. No Man's Land (9:03)
2. Hyperborea (8:31)
3. Cinnamon Road (3:54)
4. Sphinx Lightning (19:56)

Siempre es un placer retomar uno de aquellos trabajos electrónicos señeros de los ochenta, y los Tangerine Dream -al menos entonces- no solían fallar. Los álbumes más míticos de sus "años Virgin", los que van desde Phaedra hasta... digamos Cyclone, resisten probablemente muchas más escuchas que sus obras posteriores, pero todos los trabajos con la productora de Richard Branson tienen una calidad indiscutible. Fuera de la etapa antes mencionada, mi álbum favorito de TD es Hyperborea (1983).

 Contraportada de su edición en CD.

Tener un poco clara la temática del disco, y en este caso me gusta fiarme del título, ayuda a adentrarse en la música. Para quien no esté enterado, bueno es recordar que Hiperbórea era, para los antiguos griegos, un territorio situado al norte de Tracia. Por ser una zona poco explorada y estar fuera de lo que consideraban el mundo civilizado, su geografía y su población (bárbaros y gigantes, decían) se revestían de leyenda. Con los años, la Hiperbórea de las leyendas pasó de ser una región balcánica a convertirse en todo un continente perdido como la Atlántida o Lemuria que se encontraría cerca del Polo Norte, tal vez oculta bajo sus hielos desde tiempos remotos. El sol allí no se pondría nunca y sus habitantes serían inmortales. Los misterios sobre estas tierras  inspiraron no pocas historias fantásticas de la mano de autores como Clark Ashton Smith o Robert E. Howard.

Diseño surrealista para la portada de la regrabación de 2008.

El álbum fue regrabado en 2008, y en el librillo de este CD se explica, además, que en Hiperbórea tuvo lugar el paso al segundo escalón del desarrollo de la humanidad, aquel en el que los grupos humanos se empezaron a organizar por etnias. Todo esto según el pensamiento teosófico de Helena Blavatsky, y en palabras de la entonces esposa de Edgar Froese, Bianca Acquaye.

Edgar Froese, Christopher Franke y Johannes Schmoelling nos llevan de paseo por este lugar mítico con un álbum de factura sencilla pero muy inspirada. Su sonido no es tan denso como el que tenían unos años antes, pero al buen gusto general contribuye la elaboración de ritmos y melodías efectivos, alcanzando el álbum su punto más alto en su tema inicial, No Man's Land ("Tierra de nadie"). Introducen aquí los TD el sitar como contrapunto orgánico y exótico a los más modernos sintetizadores del momento, logrando transmitir una sensación como de viaje, de dinámica aventura. Al parecer, el tema se inspira en la banda sonora de la película Gandhi (1982), en la que participó Ravi Shankar.

No Man's Land

Hyperborea

El tema homónimo es pausado, envolvente, y tiene resonancias cósmicas. Está dividido en dos secciones, la primera algo más siniestra y la segunda más luminosa. En la antes mencionada regrabación de 2008, cada una de estas "mitades" de Hyperborea se presentó como un corte independiente. Mucho más melódica y resultona es Cinnamon Road ("Ruta de la canela"), breve pero hermosa y disfrutable. Es la clase de pieza radiable que los TD de entonces componían para competir con los grandes éxitos del synth-pop ochentero. Con acierto, al menos esta vez, pese a que dudo del recorrido comercial del tema fuera del propio álbum.

Cinnamon Road


Sphinx Lightning

El disco concluye con la extensa Sphinx Lightning ("Relámpago de la esfinge"), la clásica pieza progresiva de TD de desarrollo épico y lánguido a base de superposiciones de texturas con atmósfera enigmática. Música cósmica con el mejor sabor de la década anterior para cerrar un disco con el que Tangerine Dream concluía su etapa de mayor esplendor. Vendrían más álbumes con éxito y de renombre, aunque con el fin de los años Virgin terminó lo que hasta entonces había sido una virtud para Froese y los suyos: la regularidad. Volveremos con ellos más pronto que tarde.

10 comentarios:

José Ramón dijo...

El último disco para Virgin, para mi gusto algo irregular. Hace poco lo conseguí en vinilo en bastante buen estado. Tengo además la edición en CD que muestras y no encuentro en el librillo la explicación que comentas. ¿Donde está?

El conde dijo...

Buena pregunta... En realidad, lo he leído en algún sitio mientras me documentaba, pero no sé exactamente en qué edición incluyen ese texto. En cuanto lo averigüe actualizo la entrada.

El conde dijo...

Vale, ya lo tengo. En la página especializada Voices in the Net (http://www.voices-in-the-net.de/hyperborea.htm), explican que esta información aparece en el libreto del CD de la edición regrabada de 2008, escrita concretamente por Blanca Froese-Acquaye, viuda de Edgar. Corrijo la entrada, y te agradezco que estés tan atento.

José Ramón dijo...

Miraré esa edición que desconozco. Solo tengo esta y jamás he visto una posterior. Un abrazo

José Ramón dijo...

Vale, acabo de ver esa edición. No se como será esta pero conozco la que se hizo con los discos de Froese en solitario, cambiando y reinterpretando algunos temas. Miedo me da esta. Me quedo con la de los 90s

Asrock77 dijo...

Hola Conde, un gusto poder visitar tu blog. Te sigo desde hace casi 1 año. Soy fanático de Tangerine Dream y no podía hacer otra cosa que comentar este disco de los Alemanes, para mí, uno de los mejores de su etapa "Virgin". Además concuerdo con cada una de tus apreciaciones de esta gran obra. También soy fanático de Vangelis, Kitaro, Oldfield, Jarré, Dead Can Dance, Cocteau Twins y largo etcétera... Saludos desde Chile !!!!!

parsick dijo...

Soberbio este disco de la (para mí) época dorada de los alemanes. Este trabajo fue de los primeros que adquirí en CD, cuando este formato empezaba a ponerse de moda. Ya eran muchos los discos que tenía en vinilo y, aunque los CD's eran más pequeñitos y no sonaban igual (de hecho yo soy de los que opinan que incluso sonaban peor), por lo menos no "chisporroteaban" como lo hacían los vinilos. Ese chisporroteo ahora suena nostálgico y hasta gusta, pero entonces era desagradable, sobre todo con música eléctronica, como es el caso. Yendo al album, me parece un disco casi de 10, TD en plena forma, con su formación más acertada y dejando para la historia cuatro temazos como cuatro soles, a cual más bueno. Tras "Hyperborea" todavía vendrían algunos discos buenos (pocos más), después la calidad del grupo entraría en una senda descendente de la que nunca más se recuperaría; como se suele decir en estos casos..."fue bonito mientras duró" (¡¡vaya que lo fue!!).

Unknown dijo...

Concuerdo totalmente con los comentarios..no lo hubiese podido hacer mejor,excepto que a mi parecer el peak del disco se lo lleva sphinyx lightning.un temazo redondito de principio a fin.apesar de sus 19:51 min.se me hace cortisimo..bueno en fin solo queria agregar que es muy grato para mi leer a gente que sabe apreciar la buena musica..gracias por existir!!!

El conde dijo...

Gracias a ti por leernos y comentar!

Juanjo dijo...

Hola. Gracias por esta crítica y presentación de uno de los últimos grandes discos ochenteros de los TD. Creo que ahora, con la (las) formación (es) post-Froese recuperan algo del estilo "Virgin years".

Lo que quisiera es contestar, aunque tarde, el comentario de más arriba de parsick:
La diferencia entre la escucha de cd´s frente a LP´s tiene q ver con el concepto de "rango dinámico" y la llamada "guerra del volumen" . Más abajo enlazo un artículo, técnico pero entendible, de Francis emulenews que lo explica mucho mejor de lo que pueda hacerlo yo.

Yo donde más lo noté fue en el "Leftoverture" de Kansas: jamás conseguí entender como aquel CD sonaba peor que el LP y que incluso la copia en cassette desde el LP que me hice para llevar en el coche. Sonaba como apagado, sin fuerza, estaban todas las notas, si, pero era como escucharlo poniéndote un velo en los oídos, si fuera un color sería un color mate, sin brillo. Sin embargo, en la remasterización del 2001 y 2008, en la que obviamente le dieron mayor rango dinámico, si que se oye con toda la fuerza y los detalles del LP original, por fin.

Sorprende también como esto no es tan evidente en algunas remasterizaciones de los TD, lo que a mi parecer indica que ellos si que cuidaban bastante este aspecto. Ejemplo de ello son "Logos" y "Ricochet". En este último, por ejemplo, no existe tanta diferencia, en mi opinión, entre la versión cd de 1988 y la remasterizada por Richard Wilson en 2018. Se nota, si, pero no tanto.
Gracias ( Y perdón por el ladrillo de comentario que me ha salido).


https://francis.naukas.com/2011/01/03/que-suena-mejor-al-oido-un-vinilo-un-cd-o-un-dvd-de-audio/#:~:text=Un%20disco%20de%20vinilo%20tiene,entre%20100-120%20dB).

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