lunes, 18 de septiembre de 2017

Genesis - NURSERY CRYME


1. The Musical Box (10:27)
2. For Absent Friends (1:48)
3. The Return of the Giant Hogweed (8:12)
4. Seven Stones (5:09)
5. Harold the Barrel (3:01)
6. Harlequin (2:55)
7. The Fountain of Salmacis (7:56)

Este verano he hecho algo que no hacía desde mucho tiempo atrás. He comprado buena parte de la discografía de un grupo que tenía parcialmente pendiente, y lo que antes era para mí un sonido interesante pero que no lograba interiorizar del todo se ha convertido en uno de mis favoritos absolutos. Me declaro fan de Genesis.

Y aun así, Nursery Cryme (1971) es uno de los álbumes que más me ha costado comprender, si es que realmente los trabajos de Genesis en esta primera etapa están hechos para ser comprendidos. Hay algo inquietante, casi esotérico, en aquellos Genesis de culto que se constituyeron en cumbre máxima del progresivo antes del salto al estrellato pop de varios de sus miembros. Parte del misterio se encuentra en las letras de Peter Gabriel, cargadas de simbolismo y tan surrealistas que parecen fruto de una sesión de escritura automática. Y también hay algo alquímico en el perfecto equilibrio entre los instrumentos (y los egos de los músicos) que hace de álbumes como este algo muy alejado de los desvaríos excesivos con los que suele identificarse el género.

Despliegue de portada y contraportada, obra de Paul Whitehead.

Tras el estupendo Trespass (1970), se formalizó la que sería la alineación clásica de Génesis, todo un "dream team". En su corazón estaba el talento para la melodía de Mike Rutherford y Tony Banks; en la mente, los altos conceptos literarios y mitológicos de Gabriel, así como su dominio del escenario; y las manos diestras eran las de Phil Collins y Steve Hackett, virtuosos de sus instrumentos. Colaboró también en el álbum un tal Mick Barnard, antes de que Hackett se hiciese cargo de la guitarra principal. El resultado es un álbum más complejo que el pastoral Trespass, con un sonido más rock, más vanguardista. 

De izquierda a derecha: Hackett, Rutherford, Gabriel, Collins y Banks (de Crooks and Liars).

De los temas que componen el álbum, el que más destaca es The Musical Box, una pieza larga en cuyas letras (aquí traducciones) aparecen varios elementos de la característica y daliniana portada. Destaca por su lento y fascinante desarrollo in crescendo, primero como una canción suave y evocadora en la línea folk de Trespass y después como una potente pieza rock con tremendos solos de guitarra. Los demás temas explotan la vena juguetona y barroca del grupo, sobre todo por parte de su histriónico cantante Gabriel, que pronto empezaría a usar en los conciertos su peculiar maquillaje de mimo y sus disfraces. Ya contaba historias chocantes entre canción y canción para deleite del público. También merece la pena mencionar que el dulce tema For Absent Friends fue la primera canción de Genesis cantada por la futura megaestrella Phil Collins.

The Musical Box.

For Absent Friends.

No es una música de fácil acceso, todo hay que decirlo. Personalmente, recomendaría afrontar su escucha con paciencia, poniendo atención a la delicadeza de los instrumentos y al exquisito toque imperfecto de la grabación, que no fue necesariamente puntera para la época. Es una forma peculiar de entender el rock que por su gran imaginación y por los muchos años transcurridos supone una experiencia musical muy singular. Al final, el álbum termina por abrirse a nosotros como en una epifanía. Merece la pena.

4 comentarios:

José Ramón dijo...

Uno de mis grandes discos de todos los tiempos. The musical box, imprescindible

Unknown dijo...

Para mi se encuentra entre los 4 mejores álbumes de Genesis, y talves sea el mejor de la era de Peter Gabriel

parsick dijo...

Fantásticos Genesis. Una banda fundamental del panorama progresivo. Yo me enamoré primero de su etapa "Duke" y "Abacab", a partir de ahí empecé a echar hacia atrás. Me encantaban los discos de la época post-Gabriel, pero los anteriores costaban más pillarles el gustillo. Con el tiempo te das cuenta de que los primeros discos de la formación tenían un gran valor musical y eran auténticas joyas que necesitaban ser saboreadas en su justa medida. Por cierto que nunca he sido muy fan de ver vídeos de música, supongo que por ese afán de no sentirse decepcionado por el sentido de la vista cuando lo que realmente me importaba era la música, pero...vaya melenitas; también me ha sorprendido ver a Tony Banks tocando la guitarra. En fin, un álbum impresionante de principio a fin. Qué pena que en aquella época los discos sólo durasen 40 minutos.

Unknown dijo...

Un álbum sin duda imperdible entre los fanáticos del progresivo. Un

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