1. El patio (4:53)
2. El profesor de danza (4:04)
3. El waltz de los locos (4:23)
4. El país de los cementos (3:12)
5. El patio (piano) (0:54)
6. Un mundo separado por el mismo dios (5:48)
7. El dolor del agua (3:11)
8. El piano, el violín y la guitarra (4:03)
9. El profesor de danza (versión) (0:32)
10. La batalla (11:56)
11. Vaikuntha (3:10)
12. La batalla (versión piano) (1:18)
13. La batalla (versión orquesta) (1:10)
14. Un mundo separado por el mismo dios (radio edit) (3:30)
No fui seguidor de Mecano. Sus años de apogeo me cogieron en la infancia, y para cuando tuve algo más de edad, aquel mítico trío de la Movida tampoco terminaba de encajar con lo que yo todavía buscaba infructuosamente en la música popular. No obstante, tanto entonces como ahora soy consciente de que había algo en ellos que los hacía grandes, quizá su gran capacidad para crear melodías hermosas y pegadizas, quizá porque ofrecían un producto pop de alta calidad que lograba calar en cualquier clase de público. Sí que recuerdo bien la separación de Ana, Jose y Nacho como un momento traumático para la música española de los ochenta; y también tengo algún recuerdo de aquel primer trabajo en solitario de Nacho Cano que un primo mío, fan del grupo, compró un poco por inercia, seguramente arrinconándolo por tener muy poco o nada que ver con sus bonitas canciones de siempre. Se tituló Un mundo separado por el mismo dios (1994) y tuvo cierto éxito, pese a que los años -y la deriva de la carrera del músico- se han encargado de relegar prácticamente al olvido.
Contraportada del CD.
Tal como comentó el crítico musical Julián Ruíz, Nacho Cano siempre anduvo interesado por la trayectoria de un músico que a partir de este primer trabajo como solista se reveló como su ídolo de siempre: Mike Oldfield. Cano parecía -nadie ha dicho que lo hiciese- imitar a Oldfield tanto en la vestimenta y los peinados como en la imagen que quería proyectar de sí mismo, la de un artista básicamente instrumental, algo soñador y un tanto alejado del marketing radical. En Un mundo separado por el mismo dios, ciertamente no intenta crear un Tubular Bells u Ommadawn, pero sí que se recrea en el carácter impredecible, picassiano, de la música del británico. Y ese es tal vez el mayor problema de este trabajo, que Cano le pone tantas ganas que está sobre-trabajado hasta hacerse a ratos empachoso. Son tantas las ideas que se cruzan por la mente de Nacho Cano, y casi todas tan buenas, que en lugar de administrarlas reflexivamente, el músico parece querer dar salida a todas ellas en este único disco, hasta saturarlo. Algunas soluciones instrumentales, como un bajo eléctrico que suena insistentemente aquí y allá, no me suenan del todo bien; y también hay inevitables ramalazos a lo Mecano. Pero no seamos crueles, porque Un mundo separado... es un álbum estupendo, magistral a ratos, sin duda posible uno de los dos o tres mejores trabajos instrumentales que ha dado la música popular española en su historia reciente.
Imagen del interior del estuche del CD.
El título no es una apología atea o anticlerical. Más bien es una queja contra el hecho indiscutible de que la mayoría de grandes conflictos que sacuden el planeta tienen un origen religioso, siendo otra verdad flagrante el hecho de que las religiones mayoritarias, las que se mantienen en armas aquí y allá, rezan a un mismo dios a sabiendas de que son solamente los ritos y poco más los que separan a unos de otros. El dios musulmán, el cristiano y el judío, salvo por los matices que mantienen cargados los fusiles, son uno solo, y todos nosotros lo sabemos perfectamente. Nacho Cano realiza en este álbum difusamente conceptual un retrato de cada una de estas culturas, entrecruzándolas y acercándolas a la vida diaria y corriente del oyente. El primer single, El patio, no deja de ser una recreación de la vida sencilla alrededor de un patio andaluz, con todo el colorido andalusí y mediterráneo imaginable. Y también hay cánticos religiosos y otros no tanto, como en el tema que da título al disco, en el que escuchamos desde voces sacras hasta algún ladrido de los que emitía Hitler en sus discursos. Mi tema favorito es, sin embargo, La batalla. Lo escuché por primera vez en el recopilatorio Universos (hoy inencontrable, me temo) y me sedujo por su capacidad de evocación y su larga duración.
Vídeo oficial de El patio.
El correspondiente a Un mundo separado...
Y el de El waltz de los locos.
El álbum fue compuesto en Nueva York y grabado en Londres, Amsterdam y Madrid. Suponemos que a Nacho Cano le dio por viajar en busca de ideas para su debut. Colaboran con él algunos artistas de renombre como el guitarrista Vicente Amigo, la cantaora Chonchi Heredia y la cantante Mercedes Ferrer. En los agradecimientos, Cano se acuerda de Dios (sin rencores) y de su novia de entonces, Penélope Cruz, por ser su inspiración.
Y poco más que decir, solamente recomendar su escucha relajada, quizá en dos sesiones más que en una sola. Por lo menos, nos quedará la satisfacción agridulce de saber que este actual empresario del musical comercial más acomodaticio un día tuvo las agallas de hacer algo verdaderamente novedoso. En Spotify.
7 comentarios:
Hace tiempo que quiero hablar de este disco pero lo voy dejando. Yo sí que seguía a Mecano cuando era pequeño, y me fascinaba el desparpajo y presumible pasotismo del pequeño de los Cano, que cuando se decidió a hacer algo distinto no dejó a nadie indiferente. Aconsejable su escucha a pesar de las críticas, y en cuanto a la influencia de Oldfield, yo particularmente escucho "Amarok" en "El patio", ¿me estaré volviendo loco?.
No sé si te refieres a la composición o más bien a la impresión general que te deja el tema, como oyente, en referencia a lo de El patio y Amarok. Está claro que ese afán por romper de pronto con una melodía o un ritmo, para retomarlo después con alguna variación y crear claroscuros contrastando tramos musicales casi opuestos... pues sí, eso está tanto aquí como en Amarok. Personalmente, creo que no es fácil señalar con el dedo dónde está o deja de estar Mike Oldfield, pero es evidente que el disco de Nacho Cano está impregnado "conceptualmente" (qué culto me ha quedado).
Gracias como siempre, Pepe.
Hola, es un disco bastante bueno, y yo diría que magnífico de Nacho, viendo lo que nos entregó después.
A mí me gustaba Mecano, pero a partír del cuarto disco fui perdiendo bastante el interés, pues me recordaba a los juegos Educa, vaídos de 8 a 80 años, y sin ánimo de ser radical y salvo raras escepciones, le gusta al niño y a la abuela, algo pasa.
En fin Nacho tuvo valor al hacer esto. Podía haber hecho algo más acomodaticio, pero no.
Es verdad que tuvo cierto éxito pero, como tú bien apuntas, unos miles de copias seguro que fueron de gente esperando algo similar a Mecano.
Curiosamente yo no, y por tanto este fue un gran descubrimiento.
Da la sensación de que Nacho tenía un cierto desasosiego interior.
Perdón por liarme.
Saludos eléctricos.
Lo que a todos nos gustaría es que Nacho Cano hubiese sido capaz de continuar una carrera coherente a partir de este álbum, pero luego se inclinó hacia el pop, y ahora está en una línea "triunfitos-bailarines-de-musicales" que por lo menos a mi no me interesa nada. A lo mejor de deshizo de ese "desasosiego" que comentas con su primer disco, y el hombre se vació.
Agradecimientos eléctricos!
solo comentar que has puesto un listado de 14 canciones, y en la contraportada aparecen 13. Segun me he enterado parece que hay 2 ediciones diferentes del mismo disco y año, segun lo acabo de actualizar en http://es.wikipedia.org/wiki/Un_mundo_separado_por_el_mismo_Dios#Temas
Pues tienes razón. Muchas gracias por el apunte, Álvaro.
Pues yo me compré este CD cuando salió a la venta en los 90 y, aunque no me disgustó, me dejó un poco frío al principio, sin embargo, es de esos discos que ganan con cada escucha y reconozco que tiene mucha calidad. Por desgracia, trabajos posteriores del madrileño abandonaron la senda instrumental de este disco, por lo que perdí el interés por seguir su discografía.
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