Ahora que acabamos de acercarnos a la primera colaboración de Jerry Goldsmith con el director de cine Ridley Scott, es el mejor momento para hablar de la segunda (¿o tercera?): Legend, de 1985. Un auténtico desparrame en lo fílmico que afectó directamente a lo musical. De paso, realizaremos una -espero- interesante comparativa a la que me encantaría que os sumaseis con vuestros comentarios.
Cartel de la película.
Bastante escaldado tras las mutilaciones de su banda sonora para Alien, Goldsmith y Scott debieron mantenerse -sorprendentemente- en buenas relaciones. Cuando se acercaba la fecha de estreno de Blade Runner (1982) y el encargado de su banda sonora se retrasaba mucho más de lo deseable, Scott y su equipo pensaron en seguida en el veterano compositor de Hollywood para realizar un trabajo "de emergencia" que solucionase la papeleta. Al final, aquella mítica obra electrónica de Vangelis llegó a tiempo, y lo que llegase a realizar Jerry Goldsmith seguramente criará un moho de exquisita calidad en algún húmedo cajón. El caso es que Ridley Scott, que siempre se ha preocupado mucho de los aspectos musicales de su cine, volvió a llamar a Goldsmith para la que teóricamente iba a ser una película distinta, más tierna y comercial que su anteriores cintas de ciencia-ficción distópicas.
Ridley Scott y Jerry Goldsmith.
La idea era hacer de Legend un buen producto de cine fantástico con una orientación familiar, quizá una mezcla equilibrada entre los cuentos clásicos de Walt Disney y los universos de espada y brujería que J. R. R. Tolkien elevase a las nubes de la fama en El Señor de los Anillos. Sin embargo, se unió el arrebatador barroquismo visual de Scott con una tremenda indecisión por parte de la productora sobre la orientación comercial de la película, para desbaratar cualquier atisbo de éxito en taquilla. Un tal S. J. Sheinberg, ejecutivo de la MCA, dueña de la Universal, decidió que la presencia del joven Tom Cruise como protagonista podía explotarse de cara al público adolescente, convirtiendo la película en un vehículo romántico para su lucimiento. Como tantas veces sucede, Ridley Scott perdió el control sobre su obra y le aplicaron un corta-pega criminal en la sala de montaje, dejando Legend hecha unos zorros. Oscura, confusa, bizarra y empalagosa a ratos, se llegó a tomar la incomprensible decisión de estrenar dos versiones, una para EEUU y otra para Europa. ¿La diferencia? Que yo sepa, solamente su música.
Cuatro de las muchas portadas de los álbumes oficiales con las B.S.O.s de Legend.
En EEUU se contrató a los Tangerine Dream, que no llevaban mucho tiempo haciendo las américas, para dar un toque juvenil (¿electrónico=juvenil?) a Legend, partiendo de la estúpida premisa de que la anterior y exitosa película de Tom Cruise, Risky Business, había tenido música de los alemanes. Alguien quería convertir a Tangerine Dream en alter ego musical de Cruise. Para su versión de Legend, la banda de Edgar Froese realizó una composición bastante meritoria, mucho más inspirada que otros trabajos suyos para películas, pero la mezcla de aquellas imágenes con aquella música no funcionaba del todo bien.
La alineación de Tangerine Dream en Legend: Johannes Schmoelling, Christopher Franke y Edgar Froese.
Sí que lo hacía a las mil maravillas la música orquestal de Jerry Goldsmith, colorista y evocadora a más no poder, siendo con toda seguridad no solamente una de las mejores obras de su carrera, sino además la banda sonora más injustamente maltratada de todos los tiempos. Las sucesivas versiones de la película, como su montaje para la emisión televisiva o "director's cut", dejaron hecha pedazos la integridad de la partitura de Goldsmith, haciendo que las sucesivas ediciones discográficas de esta composición hayan resultado un trabajo de chinos.

Edición definitiva de la música de Jerry Goldsmith.
La música de Jerry Goldsmith para Legend puede enmarcarse dentro de la mejor línea clásica del cine de fantasía. En ese selecto club, cuyos miembros generalmente son de alta calidad, entrarían, por ejemplo, The Dark Crystal de Trevor Jones, Willow de James Horner, la trilogía de Howard Shore e incluso el Hook de John Williams, The Neverending Story de Klaus Doldinger y Edward Scissorhands de Danny Elfman. Entiendo que es un grupo muy heterodoxo, pero a todas estas obras musicales las une su profundo entendimiento de las emociones ligadas a lo fantástico, entre las reminiscencias de la inocencia infantil y el sentido de la maravilla, pasando necesariamente por la construcción casi geográfica de universos musicales que se integren con los universos de ficción que recorren los personajes de cada historia.
Contraportada del álbum de Tangerine Dream.
En este sentido, mientras que otros músicos de los mencionados sustentan sus mapeados musicales en sonoridades pseudo-étnicas y/o medievalistas, Goldsmith elige una tercera vía: la electrónica. No es que los sintetizadores sean definitorios de su Legend, pero sí que hacen acto de aparición en varios puntos, quizá del mismo modo en que lo hacen la magia y lo inexplicable en un entorno cotidiano. Goldsmith da un protagonismo no habitual en él a las cuerdas, enfatizando la calidez evocadora, "legendaria" de sus piezas, por encima de las resonancias épicas de otros trabajos del género. El tema cantado My True Love's Eyes es, por añadidura, un bonito elemento lírico que añade colorido y feminidad al trabajo, integrándose muy bien en él como contrapunto luminoso a la profunda oscuridad con que Jerry Goldsmith describe a las fuerzas del mal (que suelen plasmarse mediante notas estridentes de sintetizador). Literalmente:
No sucede lo mismo con los añadidos vocales del Legend de Tangerine Dream. La canción Is Your Love Strong Enough cuenta nada menos que con la voz de Bryan Ferry y la guitarra de David Gilmour (el de Pink Floyd), y no es que esté mal, pero no solamente no se integra ni por asomo con el sonido de TD, sino que su inclusión como primer corte del álbum parece indicar que el resto del mismo es tan flojo que necesitaba un gancho para venderse. Mal asunto si se pretendía seducir al melómano auténtico.
El vídeo oficial, con Bryan Ferry a lo ochentero.
El tema de Jon Anderson, sobre imágenes de la película.
No obstante, el Loved by the Sun que canta Jon Anderson (sí, ese Jon Anderson) a la mitad del disco sí que responde bien al conjunto, entre otras cosas gracias a que son los propios Tangerine Dream quienes le arropan instrumentalmente con la melodía principal de su partitura. La música incidental de TD suena muy bien, pero, como siempre ha sucedido con las bandas sonoras de esta formación electrónica, pecan de timidez y superficialidad si las comparamos con las densas atmósferas de sus otros álbumes. No obstante, se nota que fue un trabajo bien enfocado y muy inspirado, como demuestra el excelente Unicorn Theme:
¿Que ha quedado para el recuerdo de Legend, tantos años después? Cinematográficamente, una película fallida pero bastante mona, más o menos "de culto" al ser el último título de la época más deslumbrante de Ridley Scott; y musicalmente, unos cuantos álbumes con su música (sus dos músicas), con muy diversas portadas según las fechas o los contenidos, que encima se han multiplicado como conejos gracias a las versiones expandidas piratas de los aficionados de Internet. Dada la temática de este blog, recomiendo tanto el trabajo de Tangerine Dream como el de Jerry Goldsmith; no obstante, y pese a que la presencia habitual de TD entre mis entradas podría indicar lo contrario, creo que el trabajo de Goldsmith es notoriamente superior.
La banda sonora de Tangerine Dream al completo.