martes, 25 de enero de 2022

Neuronium - VUELO QUÍMICO


1. Abismos de terciopelo (19:55)
I. El regreso de Ganímedes
II. La llamada del vacío
III. Abismos de terciopelo
2. Viento solar (2:43)
3. Vuelo químico (14:45)

Si entendemos literalmente la etiqueta "Escuela de Berlín", seguramente nos resultará extraño que uno de los mejores trabajos que podemos encontrar en esta rama de la música electrónica sea español. Sobre la discografía completa de Neuronium no puedo hacer valoraciones generales, pero Vuelo químico (1978), que he escuchado a propósito para esta entrada, es sencillamente impresionante. Se trata del segundo trabajo de Neuronium, la banda mítica de la electronic music que fundó Michel Huygen y que se consolidó en su época clásica gracias a Carlos Guirao y Albert Giménez. El anterior Quasar 2C361 (1977) ya fue más que meritorio y tuvo ambiciones internacionales al ser publicado por la discográfica EMI/Harvest, pero este segundo trabajo supone para muchos entendidos la cumbre de Neuronium.

Despliegue de la funda del vinilo. (de Discogs)

No sé muy bien si Huygen, que después de este período con tintes progresivos se movió hacia unos planteamientos más cercanos a la new age, ya consideraba que Vuelo químico contenía esa "música psicotrónica" de la que ha hablado varias veces, y que es un tipo de música aplicada a lograr la armonía de cuerpo y mente. Este álbum se sumerge de lleno, más bien, en la música cósmica (kosmische musik), textural, horizontal, planeadora, sugerente de espacios de la ciencia ficción en la línea de Tangerine Dream o Klaus Schulze pero con su propio enfoque un pelín más orgánico. La riqueza de la producción y la instrumentación de Vuelo químico no están por debajo de la mejor época de estos artistas de renombre, y eso que debió tener su mérito conseguir algunos instrumentos propios del género en nuestro país, donde seguramente no existía ni oferta ni demanda. 

En este sentido, para la grabación del álbum contaron con varios instrumentos diseñados por el luthier electrónico Rafael Duyos, que nutría de aparatos electrónicos personalizados a los músicos vanguardistas de Barcelona que no podían permitirse un sintetizador de marca. Inspirado por su asombro de adolescente ante las proezas de Keith Emerson, enfocó su inventiva autodidacta al diseño de instrumentos con un sonido cercano al Korg y al Moog que llevaban la marca DUY, llegando con el tiempo a surtir a Mecano y hasta a situar uno de sus aparatos en el diseño sonoro de la película Blade Runner 2049. Este hombre merece todo un monográfico, porque lo que he encontrado en fuentes como el libro Loops 1: Una historia de la música electrónica en el siglo XX (J. Blánquez y O. León, de 2018) es fascinante.

Despliegue de portada y contraportada.

Decíamos que Vuelo químico posee un elemento orgánico más claro que la mayoría de trabajos berlineses, y es que a los teclados de Huygen y Girao se añadía la guitarra de Giménez, un poco a lo Robert Fripp en sus trabajos junto a Brian Eno, además de las percusiones orientales de José Amado y algunas voces: un coro completo, la voz del propio Carlos Guirao en el tercer segmento de la suite Abismos de terciopelo, y también la de Nico, legendaria participante en aquel álbum de The Velvet Underground con el plátano de Andy Warhol en la portada. En el tema que da título al disco que nos ocupa, Nico recita el poema Ulalume de Edgar Allan Poe.

Abismos de terciopelo.

Toda la primera cara está ocupada por los tres movimientos, no muy claramente diferenciados, de Abismos de terciopelo. Más o menos la primera mitad del tema es atmosférica, muy untuosa y evocadora, y después se introduce un ritmo muy marcado que conduce hasta el último tercio con ese toque étnico de la percusión y Guirao cantando en cingalés, y con un epílogo de nuevo atmosférico, aunque más austero. En la segunda cara está para empezar Viento solar, quizá un intento de single radiable cuya sencilla melodía guarda un parecido con la segunda mitad del Oxygene 5 de Jarre. Más interesante es la homónima Vuelo químico, que se mueve, por compararla con algo más popular, entre los vapores nebulosos de Phaedra (Tangerine Deam) al comienzo y algo más grandioso tipo Heaven and Hell (Vangelis) al final. La voz de Nico, hacia la última parte, no destaca demasiado sobre el fondo instrumental. Escuchado hoy en día, este trabajo tiene un aura mágica de electrónica primitiva que es cautivador, realmente hipnótico. Debería ser un imprescindible si eres aficionado al género.

Vuelo químico.

Por último, mencionar que la llamativa portada es del artista plástico multimedia Tomás Corral Gilsanz (1931-2016), muy conocido sobre todo por ilustrar las cubiertas de la colección Biblioteca de ciencia ficción de Orbis (aquellos libritos azules en tapa blanda). Hay quien lo conocía como "el pintor cósmico", nada menos. Ilustraría muchas más portadas para Neuronium en años posteriores.

miércoles, 12 de enero de 2022

Michael Giacchino and his Nouvelle Modernica Orchestra - TRAVELOGUE VOLUME 1


1. Exoplanet Data Archive (1:15)
2. Sidereal Day: 1 (6:23)
3. Sidereal Day: 2 (5:04)
4. Sidereal Day: 3 (3:29)
5. Sidereal Day: 6 (4:04)
6. Sidereal Day: 8 (5:37)
7. Sidereal Day: 15 (6:02)
8. Sidereal Day: 23 (5:41)
9. Sidereal Day: 35 (5:41)
10. Sidereal Day: 39 (5:54)
11. Remembrance (5:01)

Tan inesperado como sorprendente para mí ha sido el hallazgo de este álbum de 2020, que es obra de uno de los compositores de bandas sonoras más prolíficos y solicitados de los últimos años. Parece que Michael Giacchino (ganador del Oscar por Up y habitual tanto en las producciones de Disney-Pixar como en el universo Marvel) se animó a componer y grabar su propio álbum conceptual durante ese horrible 2020 en el que tanto tuvimos que recurrir a la belleza de las artes para sentirnos más o menos vivos. No es una banda sonora sino su primer álbum de estudio.

Michael Giacchino (2016 Getty Images, de la web Vulture)

Travelogue Volume 1 es un disco de música tanto orquestal como electrónica, en el que Giacchino nos cuenta la historia de una viajera estraterrestre/interdimensional procedente de un planeta en decadencia que viaja a la Tierra para encontrar un nuevo hogar. Aquí se encuentra con una situación (aunque no sé hasta qué punto hay una mención explícita a la pandemia en el álbum) que no es muy distinta a la de su planeta, más o menos con los mismos problemas sociales y ecológicos. Como en un episodio clásico de Star Trek, la viajera realiza pequeñas intervenciones a modo de cuaderno de bitácora durante su exploración de la Tierra, aunque más allá de eso el álbum es instrumental.

Imagen desplegada en el interior del doble vinilo.

Lo más interesante de Travelogue Volume 1 es el estilo que adopta Giacchino para esta peculiar trama de ciencia ficción: una especie de swing clásico de salón estilo años cincuenta, con un toque de lo que se conoce como "exotica", que viene a ser lo que en el mundo de las orquestas de décadas pasadas era imitar determinados ambientes étnicos de manera un tanto kitsch. Mediante determinados clichés melódicos y rítmicos que cualquier oyente podía identificar con facilidad, se trataba de imitar sonidos chinos, africanos, de Sudamérica, del mundo árabe, etc. No es que Giacchino se recree especialmente en ningún patrón étnico en concreto (aunque hay un toque a samba en Sidereal Day: 3), pero el saborcillo del conjunto del álbum viene a ser ese. Se reconoce a los músicos Martin Denny y Les Baxter, emblemáticos de la "exotica", como influencias directas para el disco que nos ocupa.

Un bello tráiler animado inspirado por el disco.

El caso es que los sutiles arreglos electrónicos, el exquisito piano, la ocasional voz lírica, las trabajadas percusiones y, en fin, la maravillosa facilidad del compositor para crear melodías bellas y optimistas evita que Travelogue Volume 1 sea un trabajo rancio o imitativo. Es un verdadero espectáculo de color e imaginación que, si bien no se puede decir que sea arriesgado (en realidad es tan accesible que incluso a un niño pequeño podría encantarle), sí que es algo francamente difícil de encontrar en el panorama actual. Difícil de vender, diría. Todas las pistas son hermosas y envolventes, por lo que no destacaré ninguna sobre las demás. Si acaso, por su belleza arrebatadora y para hacernos una idea de lo que vamos a encontrarnos, recomiendo escuchar al menos Sidereal Day: 1 y el epílogo Remembrance

Sidereal Day: 1

Remembrance
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