domingo, 28 de abril de 2019

Popol Vuh también se remasteriza.

La caja.

Pues eso y poco más, que se publica ya mismo un "box" con los cinco primeros álbumes de la banda de Florian Fricke. La caja The Essential Album Collection Vol. 1 (se entiende que vendrán más lotes) contiene LPs en vinilo, aunque estos mismos álbumes, entre los que están dos de las más célebres bandas sonoras para Werner Herzog, Aguirre y Nosferatu, también se reeditan con sonido mejorado en CDs individuales en estuche digipack. A romper el cerdito otra vez.

Lo que hay en la caja.

domingo, 21 de abril de 2019

En busca de Hades: el box definitivo (?) de Tangerine Dream.

In Search of Hades: The Virgin Recordings 1973-1979 es el estuchaco que se publicará el próximo 14 de junio. Contiene la friolera de 16 CDs de audio y 2 blu-rays que contienen todo (probablemente T-O-D-O) el material que grabó la banda electrónica alemana en su etapa más conocida. 

Pincha para ver a un tamaño enorme.

Comprende desde el álbum Phaedra hasta Force Majeure, quedando entre uno y otro material inédito como para llenar 8 CDs, contando grabaciones de estudio, piezas descartadas y actuaciones en directo. Se incluye la banda sonora completa de Oedipus Tyrannus (1974), que no sé muy bien si pertenece a una película, un documental o una obra escénica, y que permanecía como un pequeño misterio nunca del todo resuelto en la discografía del grupo.

El lote completo.

El encargado del proyecto es el ubicuo Steven Wilson, que ya ha realizado muy correctas remasterizaciones de grandes nombres del progresivo como Jethro Tull, King Crimson o Yes. El paquete incluye también mezclas en formato 5.1 realizadas por él, amén de un libraco en tapa dura. El problemilla es que el estuche costará unos 150 euros, luego ya cada cual tendrá que decidir si lo compra por fanatismo, por completismo o para especular años después en eBay. Gran dilema. Más información sobre el contenido del box, en inglés, pinchando aquí.

jueves, 18 de abril de 2019

King Crimson - LIZARD


1. Cirkus (Including Entry of the Chameleons) (6:29)
2. Indoor Games (5:40)
3. Happy Family (5:24)
4. Lady of the Dancing Water (2:45)
5. Lizard (23:22)
a) Prince Rupert Awakes
b) Bolero: The Peacock's Tale
c) The Battle of Glass Tears 
(Including I. Dawn Song - II. Last Skirmish - III. Prince Rupert's Lament)
d) Big Top

"Lagartija" (1970) es el título que King Crimson dio a su tercer álbum de estudio, una verdadera proeza sonora que resultaría reveladora respecto a lo que iba a ser la banda en años venideros.

Lizard es una proeza sonora por su sonido prístino, cuidadísimo, que nos hace pensar que tal vez todo el álbum fue compuesto para lucimiento de sus prodigiosos intérpretes, entre otras cosas porque no parece haber una gran superposición de instrumentos casi en ningún momento. Se busca que cada uno pueda lucirse. No me resulta sencillo, por otra parte, saber si hay un trasfondo conceptual tras los virtuosos temas del álbum. Si lo hay, en todo caso sería algo más bien críptico. Quizá nos pueda ayudar un poco el bello diseño de la portada y la contraportada, algo así como miniaturas medievales inspiradas por las letras de las canciones.

Contraportada

Lizard supuso una clara evolución en el sonido de King Crimson tras el monumental In the Court of the Crimson King (que vuelvo a reivindicar como digno candidato a mejor álbum de la historia de la música popular) y su no muy arriesgada secuela, In the Wake of Poseidon, habiendo sido los tres publicados en el sorprendente espacio de poco más de un año. Se percibe una mayor inclinación hacia lo jazzístico y una especie de "toma de conciencia" en lo que se refiere a su pertenencia al campo -muy amplio- del rock progresivo. Prueba de ello es la larga suite que da titulo al disco y que comienza con una bellísima canción de corte pastoral con la voz del ilustre invitado Jon Anderson, vocalista de Yes. No se puede ser más prog.

Despliegue del interior del álbum, con las letras.

El caso es que Robert Fripp, tal como leemos en un artículo de prensa de la época, intenta justificar la obvia evolución estilística de Lizard explicando que sólo quedaban en él dos miembros originales de King Crimson, él mismo y Peter Sinfield, pero que seguían vigentes las esencias de la banda. Es cierto que queda ese toque oscuro, un poco maligno y nocturno del álbum original, por ejemplo, en algún detalle del tema inicial Cirkus, pero lo demás cambia bastante.

Los King Crimson de esta época: Fripp, Collins, McCulloch, Haskell y Sinfield.

Los nuevos miembros de King Crimson son en este caso el bajista y cantante Gordon Haskell, el batería Andy McCulloch y el saxofonista Mel Collins. Los dos primeros no llegarían a participar en el siguiente álbum, Islands (1971), y el tercero estaría en la banda en dos épocas muy distantes, aquella misma de los primeros setenta y la actual. Decía yo que el álbum era revelador respecto al futuro de la banda precisamente por eso, porque a partir de entonces iba a ser poco menos que imposible encontrar dos álbumes de estudio consecutivos con la misma alineación, convirtiéndose King Crimson, en poco tiempo, es una especie de ideal musical más que en una banda en el sentido tradicional del término.

Prince Rupert Awakes

Antes de emitir un juicio de valor (por muy personal y subjetivo que sea éste) sobre un álbum musical, siempre intento tener una idea de conjunto sobre el mismo, un croquis mental que me ayude a ordenar mis ideas sobre su estructura, sus equilibrios y sus desvaríos, qué partes me ofrecen una garantía de solidez a la que agarrarme para poner un pie en sus partes más resbaladizas. Todavía no he logrado hacer esto con Lizard, pero siempre que lo escucho pienso que será fácil volver a hacerlo en poco tiempo, luego tengo por seguro que me gusta. Pero los árboles no me dejan ver el bosque y temo que me queda mucho en él por descubrir.

viernes, 12 de abril de 2019

50 años de King Crimson.

Ayer mismo ofrecía Robert Fripp una rueda de prensa en conmemoración del 50 aniversario de la banda en la que él ha sido miembro permanente. El único, por cierto, aunque no se considera a sí mismo como líder. Anunció una nueva gira mundial, el lanzamiento de documentales, reediciones en vinilo, una biografía reeditada y la disponibilidad de la discografía de la banda en streaming (digo yo que será en Spotify). También confirmó que los próximos álbumes de King Crimson serán siempre grabados en directo, ya que es ahí donde la banda da lo mejor de sí misma. No habrá más álbumes de estudio.

Uno de los ítems a la venta, una caja con vinilos de 1972 a 1974.

Qué interesante ha sido siempre King Crimson, y qué banda tan difícil de seguir según los estándares convencionales. Lo cierto es que, pese a ser una formación extremadamente respetada, quizá la que atesora un mayor pedigrí en el rock progresivo, ha cambiado tantas veces de miembros y de estilo que sus seguidores han basado más su fidelidad en un permanente nivel de calidad que en un sonido estable e identificable. King Crimson siempre ha sido más un proyecto musical que una banda como tal. Durante sus diversas épocas, siempre con Robert Fripp como coordinador, se han unido a los Crimson multitud de músicos de distintas bandas, siempre virtuosos con mucho que aportar a los álbumes correspondientes, pero muy a menudo con fecha de salida programada. 

Heaven & Earth, un estuche con material un poco más reciente en CD, DVD y Blu-ray.

Esta es la marca de identidad de King Crimson: la presencia de músicos punteros dispuestos a aportar su talento y una buena dosis de valentía para experimentar con nuevas formas musicales, con instrumentos que quizá no tocaban en sus bandas de procedencia. Y con un estilo que se ha movido entre la psicodelia, el rock sinfónico, el free jazz, el rock duro y el pop. 50 años rompiendo moldes.

Como guinda del pastel, cada semana saldrá en YouTube una pieza inédita de la banda perteneciente a distintas épocas. Cerramos con la primera de las cincuenta programadas, una versión de 21st Century Schizoid Man. Agradecimientos a la web de Plásticos y decibelios.

sábado, 6 de abril de 2019

Sting - SONGS FROM THE LABYRINTH


1. Walshingham (0:38)
2. Can She Excuse my Wrongs (2:35)
3. Ryght Honorable... (0:40)
4. Flow my Tears (Lachrimae) (4:42)
5. Have You Seen the Bright Lily Grow (2:35)
6. ...Then in Time Passing On... (0:32)
7. The Battle Galliard (3:01)
8. The Lowest Trees Have Tops (2:16)
9. ...And Accordinge as I Desired Their Cam a Letter... (0:55)
10.  Fine Knacks for Ladies (0:50)
11. ...From Thence I Went to the Landgrave of Hessen... (0:24)
12. Fantasy (2:42)
13. Come, Heavy Sleep (3:46)
14. Forlorn Hope Fancy (3:08)
15. ...And from Thence I Had Great Desire to See Italy... (0:28)
16. Come Again (2:56)
17. Wilt Thou Unkind Thus Reave Me (2:40)
18. ...After my Departure I Caled to Mynde (0:30)
19. Weep You No More, Sad Fountains (2:38)
20. My Lord Willoughby's Welcome Home (1:34)
21. Clear or Cloudy (2:47)
22. ...Men Say that the Kinge of Spain... (1:01)
23. In Darkness Let Me Dwell (4:12)

La música pop se llama así para distinguirla de la música culta o académica. "Pop" viene de "popular". Podríamos decir que el pop tal como lo conocemos nace con la explosión de la cultura -y la mercadotecnia- para jóvenes durante los años 50 y 60 del siglo XX, ligada al acceso del gran público a soportes discográficos baratos y a la difusión de la industria del entretenimiento gracias a la televisión.

Pero la música popular, la que se hace por y para la gente de la calle y responde a sus gustos sencillos, existe desde que hay humanos en el mundo, desde la edad de las cavernas. No es como si todo el mundo hubiese estado escuchando a Bach hasta que llegaron los Beatles.

A esa música popular, que no por ello deberíamos calificar de "inculta" se dedicaba el compositor e intérprete de laúd renacentista John Dowland. Era pop del siglo XVI que lo mismo tocaba alguien frente a la realeza que junto al fuego de una taberna, canciones melancólicas que en muchos casos eran cantadas por trovadores, cantantes no líricos, sin formación académica. Como las estrellas del pop del siglo XX, pongamos por ejemplo a Sting.

Un tráiler.

Artista inquieto y polifacético (hoy en día algo más alejado del candelero), Sting sorprendió por su dedicación, como artista en solitario tras disolverse The Police, a componer canciones mucho más maduras y álbumes más complejos de lo que se esperaba de su perfil de estrella pop. Songs from the Labyrinth (Canciones desde el laberinto, 2006) es el puente que tiende Sting entre el pop actual y el que era su equivalente hace siglos, recuperando parte del cancionero de John Dowland (y una pieza de su coetáneo isabelino Robert Johnson) para ser interpretado por su voz no lírica, no académica, con la ayuda del laúd.

Can She Excuse my Wrongs

Le acompaña en este interesantísimo viaje en el tiempo el laudista bosnio Edin Karamazov, logrando un sonido francamente original, una atmósfera muy británica y propia de la música antigua. Especialmente curiosos son los temas en que se utilizan varias voces de Sting superpuestas, creando toda una polifonía compleja e hipnótica. Además, entre las canciones se intercalan fragmentos leídos, recitados, de una carta de Dowland al conde de Salisbury.

Portada de The Journey and the Labyrinth

Publicado por Deutsche Grammophon como álbum clásico, parece que Songs from the Labyrinth no fue un gran éxito comercial. A consecuencia de ello, se buscaron nuevas oportunidades de darle alas, a base de reediciones extendidas con temas extra que incluyeron tanto nuevas piezas con laúd como temas del repertorio habitual de Sting, en vivo. Quizá la opción más interesante para su compra sea la titulada The Journey and the Labyrinth, con un dvd que contiene un documental y la musica del álbum (con algunos añadidos) interpretada en vivo en la iglesia londinense de San Lucas, que, por cierto, es una de las sedes de la London Symphony Orchestra.

Un álbum, en fin, muy interesante y original pese a que no se trate -a mi juicio- de un imprescindible. Para descubrir.
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