Entre los monumentos de la música popular que este año celebran su 50 aniversario, deberíamos encontrar un ratito para acordarnos de (No Pussyfooting) (1973), el álbum proto-ambient de los británicos Fripp y Eno que inició su exquisita pero breve colección de trabajos a cuatro manos. No le quiero negar su calidad de "monumento", pero siendo realistas estamos hablando de un disco que pasó más que desapercibido en su momento y que solo ha obtenido su relevancia actual al demostrar su carácter pionero a través de las décadas.
(No Pussyfooting), que puede traducirse como "Sin marear la perdiz", fue un álbum lanzado por ambos artistas antes de iniciar sus carreras como solistas. Robert Fripp tardaría bastante en lanzar algo solo a su nombre fuera de los entonces ya más que consagrados King Crimson, pero Brian Eno (que salía de Roxy Music) tenía ya en el horno su debut Here Come the Warm Jets (1974). Es tentador pensar que, de haber sido el álbum que nos ocupa un gran éxito, podrían haberse establecido formalmente como dúo y no haberse reunido solo de manera más bien esporádica. Pero (No Pussyfooting) tiene una vocación puramente experimental, creo que con plena conciencia de ser una creación anecdótica sin grandes esperanzas comerciales.
Los dos temas largos que integran el álbum están creados mediante una técnica que consiste en utilizar el sonido pregrabado en cinta magnetofónica de cierta pieza musical, al que se aplica un retardo, para crear un fondo denso sobre el que se interpreta y se graba la propia pieza. Eno invitó a su casa a Fripp para probar el invento (ya lo había usado antes Terry Riley, entre otros), aportando Eno el juego con cintas y Fripp su jugueteo con la guitarra eléctrica, grabada y reproducida como fondo para su mismo sonido. Así se originó la primera cara del vinilo, titulada The Heavenly Music Corporation ("La corporación de música celestial", un poco en tono autoparódico), que es el primer intento sólido de lo que Eno bautizaría años después oficialmente como ambient, y de lo que Fripp entendería como Frippertronics en sus propios experimentos posteriores.
El segundo tema, Swastika Girls ("Las chicas de la esvástica", título inspirado en una película porno que Eno encontró por ahí) se grabó aprovechando el mismo estudio en el que King Crimson acababa de terminar Larks' Tongues in Aspic, y su principal diferencia con la otra cara del disco es que aquí el fondo que aporta Brian Eno está creado mediante sintetizador.
Como decíamos, el lanzamiento tuvo poca o ninguna repercusión y la discográfica optó incluso por rebajarle el precio drásticamente. Tan extraño resultó el invento para algunos entendidos que el famoso DJ de la BBC1 John Peel emitió el álbum en la radio al revés por error y se quedó tan a gusto. De hecho, en posteriores ediciones del álbum en CD se incluye una versión de ambos temas al revés, supongo que para más cachondeo.
Con el paso de los años, y tras otros trabajos de la pareja como Evening Star (1975) o The Equatorial Stars (2004), se ha podido analizar el álbum que nos ocupa en retrospectiva y se han reconocido sus méritos. Está claro que (No Pussyfooting) falló en su momento porque el público general -salvo que acudamos a alguna fantasía cósmica del krautrock/Escuela de Berlín- no estaba preparado para un tipo de música tan horizontal, tan estática y desprovista de prácticamente todo. No había un contexto para un disco así, y este es precisamente su gran mérito desde una perspectiva actual: creó ese contexto para hacer posible mucho de lo que vendría después. No es un disco fácil ni muy apto para novatos, pero hay que conocerlo.