miércoles, 24 de julio de 2024

Genesis - WIND & WUTHERING


1. Eleventh Earl of Mar (7:46)
2. One for the Vine (10:10)
3. Your Own Special Way (6:19)
4. Wot Gorilla? (3:23)
5. All in a Mouse's Night (6:40)
6. Blood on the Rooftops (5:29)
7. Unquiet Slumbers for the Sleepers... (2:24)
8. ...In that Quiet Earth (4:50)
9. Afterglow (4:11)

"Maestros de las maravillas... Tejedores de fábulas... Urdidores de mitos y misterios... Los cuentacuentos de la música. Genesis".

El octavo álbum de estudio de Genesis se tituló "Viento y borrasca", haciendo referencia a la novela de Emily Brontë Cumbres Borrascosas, de la que sacaron la idea para los títulos de dos canciones. Por lo demás, no había aparentemente un clima desapacible en el seno del cuarteto británico formado entonces por Tony Banks, Phil Collins, Steve Hackett y Mike Rutherford.

Genesis en 1976 (Lee & Leeeser photographics)

El anterior A Trick of the Tail (1976) había funcionado de maravilla tanto en lo artístico como en lo comercial, evidenciando que la marcha del cantante Peter Gabriel -sustituido por el hasta entonces batería Phil Collins- no iba a ser en absoluto el fin de la banda. Wind & Wuthering se publicó sólo unos meses después del disco anterior. Se nota que estaban en estado de gracia, y en mi opinión les salió un trabajo más profundo y reflexivo que transmite una sensación uniforme pese a no ser exactamente un álbum conceptual. Ayuda a ello el que se repitan aquí y allá un par de melodías, subrayando el hecho de que la ausencia de un hilo conductor claro no impide que se concibiese el álbum como una experiencia artística para disfrutar de un tirón.

Portada de una de las primeras ediciones en CD.

Las maravillosas y evocadoras portada y contraportada, diseñadas por el estudio Hipgnosis, ahondan en el clima un poco mortecino y gris, muy British, de un disco que se me antoja perfecto para escuchar en casa durante un día de lluvia. Leo en la estupenda web Progjazz que la primera tirada del vinilo iba con una funda cuya portada imitaba la textura de una pintura con acuarelas.

Contraportada

Los temas más difundidos de Wind & Wuthering son el conclusivo Afterglow, puro "arena rock" en potencia, imprescindible en conciertos posteriores, y Your Own Special Way, una bonita balada romántica más bien ingenua que suena un poco a lo que iba a se Genesis en los ochenta. Yo me quedo con otros cortes más elaborados como Eleventh Earl of Mar, Blood on the Rooftops, Unquiet Slumbers for the Sleepers... y sobre todo la enorme One for the Vine y su llamativo tramo medio instrumental aderezado con percusiones juguetonas y Mellotron, que es una gozada.

One for the Vine

La gran mayoría de las letras de los temas consiste en pequeños cuentos, al estilo de lo que venían haciendo desde los tiempos de Gabriel, y también encuentran la inspiración en poemas y episodios históricos. Por ejemplo, Eleventh Earl of Mar ("El undécimo conde de Mar") trata sobre la fallida rebelión jacobita de 1715, One for the Vine ("Uno para la viña") sobre el periplo del miembro de una secta que pierde la fe, All in a Mouse's Night ("Todo en la noche de un ratón") sobre un gato que persigue a un ratón y pone excusas al no conseguirlo, y Blood on the Rooftops ("Sangre en los tejados") sobre los gustos televisivos de una familia inglesa de clase obrera.

Blood on the Rooftops

Se incluyen tres piezas instrumentales, Wot Gorilla?, que retoma un trozo de una melodía de One for the Vine y podría ser un guiño al batería de la banda para los conciertos, Chester Thompson; Unquiet Slumbers for the Sleepers... , atmosférica primero y puro prog clásico y épico después. Esta última se funde con el siguiente corte ...In that Quiet Earth (el título de ambas sale de la frase final de Cumbres Borrascosas, como decíamos) para formar un todo muy sugerente antes de Afterglow, que suena más bien a epílogo.

Afterglow

Algunas de las canciones descartadas de este disco fueron a parar al EP Spot the Pigeon (1977), que no me dice gran cosa y del que tampoco he encontrado muchos elogios, por lo que seguramente se quedaron fuera para bien.

El mayor impulso creativo para Wind & Wuthering fue el que aportó el teclista Tony Banks, y a pesar de que todos los miembros de Genesis tuvieron su espacio y se buscó el consenso a la hora de elegir los temas del álbum, Steve Hackett ya estaba inmerso en su carrera en solitario y necesitaba sentirse más representado. Tal como ocurriese con Peter Gabriel, Hackett dejó Genesis tras la gira que daría lugar al doble LP Seconds Out (1977) sin hacer demasiado ruido y en buenos términos con sus colegas, para construir poco a poco una de las carreras más duraderas -y quiza la más sólida para un solista- del rock progresivo.

Y entonces, Genesis fueron tres.

sábado, 22 de junio de 2024

William Ackerman - IN SEARCH OF THE TURTLE'S NAVEL


1. The Pink Chiffon Tricycle Queen (5:32)
2. Ely (5:26)
3. Windham Mary (4:27)
4. Processional (3:43)
5. Second Great Tortion Bar Overland of West Townshend, Vermont, Jose Pepsi attending (2:33)
6. What the Buzzard Told Suzanne (4:33)
7. Barbara's Song (7:28)
8. Gazos (4:36)
9. Slow Motion Roast Beef Restautant Seduction (3:34)
10. Dance for the Death of a Bird (5:59)

El "guitar hero" de la new age, William Ackerman, debutó discográficamente con este In Search of the Turtle's Navel ("En busca del ombligo de la tortuga", 1976), que hoy es recordado también por ser el primer álbum editado por el sello independiente Windham Hill Records, fundado por el propio Ackerman para la ocasión. En realidad, y por extensión, muchos consideran que este álbum fue el primero del género new age propiamente dicho.

Una imagen de juventud de William Ackerman (de su propia web www.williamackerman.com/)

Tengo entendido que, en su momento, tuvo una repercusión discreta, entre otras cosas porque algunos críticos consideraron tediosa la idea de un álbum completo de guitarra solista... y sobre todo porque la tirada del álbum fue muy limitada. Se trató de un disco casero, autoeditado, y bajo esta premisa se puede considerar que es un trabajo con mucho mérito. Al parecer, William Ackerman era carpintero de barcos en Palo Alto (California) y tocaba la guitarra como hobby, a veces como acompañamiento a obras de teatro locales, pero casi siempre en reuniones de amigos. Los mismos amigos que organizaron un crowdfunding de la época para que se pudiese grabar y editar el disco.

The Pink Chiffon Tricycle Queen

Preguntas importantes que podrían surgir, una vez sabido todo lo anterior, es: ¿Y qué tiene de revolucionario un disco para guitarra? ¿Acaso no se habían grabado ya numerosos trabajos de guitarra solista en 1976? Evidentemente, sí. La diferencia es que aquí no estamos ante piezas de corte clásico, sino ante composiciones propias de Will Ackerman en las que, más que lucirse con la técnica (y lo hace en muchos momentos, desde luego), lo que más consigue es una interesante creación de atmósferas evocadoras, profundas, partiendo de melodías sencillas y sin muchas pretensiones. Cuando pensamos en música new age suele venirnos a la cabeza el típico ambiente más o menos relajante a base de sintetizadores, pero recordemos que sin salir de Windham Hill tenemos a otros grandes solistas acústicos como el pianista George Winston.

Barbara's Song

La mayor parte de los temas tiene un indiscutible sabor americano casi country (The Pink Chiffon Tricycle Queen, What the Buzzard Told Suzanne), y algunas piezas son más intimistas (ElyBarbara's Song, Gazos), pero el enfoque de todo el trabajo es de corte folk. Quizá se pueda decir que la segunda mitad es algo más relajada que la primera.

Portada de la primera versión del álbum.

Los coleccionistas podrán encontrar este álbum, por cierto, también bajo el título ligeramente distinto de The Search for the Turtle's Navel ("La búsqueda del ombligo de la tortuga"), aunque en todas las ediciones se repite la imagen de la hija de Ackerman, Elinor, muy pequeña. En aquella primera versión del disco, la difundida hasta 1979, se incluía un tema cantado que no está en las ediciones más actuales, Woman She Rides, con el que cerramos esta entrada.

Woman She Rides

viernes, 7 de junio de 2024

The Alan Parsons Project - AMMONIA AVENUE


1. Prime Time (5:03)
2. Let Me Go Home (3:20)
3. One Good Reason (3:36)
4. Since the Last Goodbye (4:34)
5. Don't Answer Me (4:11)
6. Dancing on a Highwire (4:22)
7. You Don't Believe (4:26)
8. Pipeline (3:56)
9. Ammonia Avenue (6:30)

No es que Ammonia Avenue (1983) sea uno de mis discos favoritos de The Alan Parsons Project. Ni siquiera diría que es de los mejores de su discografía, pero es innegable que todos los trabajos de este dúo (digamos que es un dúo por no complicarnos) tienen al menos unos mínimos de calidad que los hacen interesantes. Incluso no habiendo envejecido bien del todo algunos de ellos, todos siguen siendo obras musicales agradables y bien trabajadas.

Woolfson y Parsons, en el diseño interior del álbum.

Asignar a cada nuevo álbum un significado conceptual era lo más característico que hacían en aquellos años Alan Parsons y Eric Woolfson, pero me temo que desde el anterior y exitoso a rabiar Eye in the Sky (1982), la temática elegida era ya algo que quedaba bastante diluido, a veces restringido sólo a unos cuantos temas, o en todo caso difícil de rastrear en las letras y/o los arreglos. Se supone que Ammonia Avenue era el nombre de una "calle" completamente rodeada de tuberías que Woolfson vio durante su visita a una planta química de Billingham, bautizada así -"Avenida del amoníaco"- como una broma por parte de los trabajadores del complejo.

En teoría, y tirando de varias fuentes -y la bienamada Wiki-, este álbum trata sobre las posibilidades de la ciencia de cara al avance de la sociedad, y sobre cómo ésta -la sociedad- no siempre sabe encajar estos cambios. Un concepto un poco árido, creo yo, si lo comparamos con ideas mucho más abiertas a la inspiración como sus discos sobre libros de Poe y Asimov, por poner un ejemplo. Al final, Ammonia Avenue es mucho más una colección de canciones elegantemente compuestas, producidas y cantadas que un verdadero tratado, por desenfadado que éste pudiese ser, sobre el concepto planteado. El cantante principal del disco es el propio Woolfson (en cuatro temas), aunque hay también intervenciones de Lenny Zakatek y Chris Rainbow. La portada y el diseño son de Storm Thorgerson.

Una imagen muy "Thorgerson" para la contraportada.

Personalmente, durante la escucha que le he dedicado justo antes de ponerme a escribir esto, he notado que Ammonia Avenue, y por extensión, buena parte de la discografía del Project, tiene un toque a teatro/película musical muy fácil de detectar. Es la mezcla entre temas pop rápidos y pegadizos como el inicial Prime Time, Let Me Go Home o Dancing on a Highwire con baladas muy de manual como Since the Last Goodbye. El temazo Don't Answer Me se mueve entre una cosa y la otra. No sólo es uno de los mejores temas del Project tanto en la melodía como en los arreglos, sino que también contó con un vídeo musical que valió a Parsons y Woolfson un premio Grammy.

Prime Time

Don't Answer Me

Aunque siempre me gusta que los discos de The Alan Parsons Project comiencen con una de sus potentes intros instrumentales (como Sirius o Lucifer), aquí este elemento imprescindible se queda para casi el final, con el interesante pero no tan molón tema Pipeline. Sí que deja un muy buen sabor de boca, para terminar, la compleja Ammonia Avenue, que reivindica el sonido progresivo del dúo con el mismo acierto que en clásicos como The Turn of a Friendly Card. Tiene su parte cantada muy melódica, su arreglo orquestal con cuerdas y trompetas y su sección media instrumental. Ojalá hubiese habido más de esto a lo largo del disco, pero estábamos en los años ochenta y estas ínfulas había que camuflarlas un poco.

Ammonia Avenue

Me suena muchísimo mejor que los posteriores Vulture Culture (1984) y Stereotomy (1985), y creo que en Gaudí (1987) volvemos a recuperar un pelín de brillantez experimental que nunca debió arrinconarse en pos de la creación de canciones demasiado convencionales. Para su escucha, recomiendo la edición expandida de 2008, que incluye demos y pruebas, además de una curiosa versión de You Don't Believe al estilo de The Shadows.

lunes, 27 de mayo de 2024

Synergy - ELECTRONIC REALIZATIONS FOR ROCK ORCHESTRA


1. Legacy (10:10)
2. Slaughter on Tenth Avenue (11:46)
3. Synergy (5:26)
4. Relay Breakdown (6:18)
5. Warriors (12:54)

Con el extraño y ambiguo título de "Realizaciones electrónicas para orquesta de rock" debutó en 1975 el pionero de la electrónica Larry Fast. No es que Synergy fuese su banda, sino que más bien era un seudónimo o un nombre para su proyecto musical, que en este primer álbum fue obra de un solo hombre pero que en el futuro, preveía él, podría contar con colaboradores. Tenía Fast sólo 23 años y fue este disco uno de esos debuts sorprendentes que se daban en aquellos años, un "tour de force" propio de alguien con la cabeza llena de ideas que se topaba de pronto con el material necesario para darles forma. Se grabó en la ciudad natal de Fast, Nueva Jersey, y se editó en Nueva York.

Larry Fast en una imagen no muy posterior (fotografía de Anne Albright, 1977).

Este material consistía principalmente en los sintetizadores analógicos Minimoog, Oberheim y Mellotron, con los que un desbocado Larry Fast compuso una especie de sinfonía electrónica con la que hacer la clase de música que le gustaba, y que no era necesariamente la que estaban haciendo otros gurús del teclado de su época. Sí que busca una ambientación futurista, pero no está sino ocasionalmente en la vena cósmica de Tomita o Tangerine Dream, y menos todavía en la del pop épico del todavía "verde" Jean-Michel Jarre. De algún modo, Electronic Realizations for Rock Orchestra es como un álbum de rock progresivo en el que se ha sustituido la banda completa por el sonido del sintetizador. Música casi urbana, más propia de una ópera para robots que de un viaje interestelar. Se percibe en las estructuras el toque sinfónico, muy melódico del prog, aunque se sabe que Fast se inspiró en el sonido clásico de los musicales de Broadway, y me atrevería a decir que algunas partes tienen un saborcillo a Gershwin en Rhapsody in Blue.

Trasera del CD.

Sin restar méritos al álbum, es de justicia decir que se trata de un trabajo lastrado, demasiado diría yo, por las limitaciones técnicas de la época y por la relativa economía de medios con que contaba su autor. Escuchamos una gran variedad de sonidos y la cantidad de melodías que despliega Fast es apabullante, pero hoy percibimos que toda la paleta sonora sale más o menos de la misma molienda y el disco se hace un poco largo. No comparte el carácter profundo y evocador de la electrónica cósmica, pero sí que sufre de la pomposidad de algunos trabajos prog de aquellos años.

Legacy

El tema Legacy ("Legado") es el más conocido del álbum, sobre todo porque algún extracto del mismo fue incluido en la serie Cosmos de Carl Sagan. Su inicio sí que es más o menos "cósmico", pero el resto suena a himno de rock sinfónico. Slaughter on Tenth Avenue ("Matanza en la Décima Avenida") es la versión confesa de una pieza del musical de los años treinta On Your Toes y destaca por una zona media muy vodevilesca. Synergy ("Sinergia"), potente por su base rítmica secuencial, podría haberse escapado de algún álbum del estilo del Spiral de Vangelis. Está conectada con la siguiente pieza, Relay Breakdown ("Avería en el relé"), muy clasicista, formando una dupla bastante interesante, quizá lo más fresco del álbum junto al tema inicial.

Relay Breakdown
 
La larga suite Warriors ("Guerreros"), con la que concluye este trabajo, tiene un comienzo casi eclesiástico e introduce algunos sonidos que quieren parecerse a la voz humana más que en piezas anteriores. Se trata de un tema con un sonido solemne, casi como si fuese la atrevida banda sonora electrónica de una película de fantasía medieval. Sólo cuando se ha escuchado el álbum completo se llega a apreciar la sutil diferencia de tono entre las distintas piezas, y ésta sale muy bien parada en una segunda escucha.

Warriors

Aunque este disco tuvo su repercusión y le animó a continuar con una sólida carrera musical, lo cierto es que Larry Fast nunca ha llegado a lograr la fama desorbitada de otros contemporáneos, y gran parte de sus esfuerzos se ha encaminado a la producción y al trabajo en estudio como músico de sesión, por ejemplo en los trabajos clásicos de Peter Gabriel. Desde luego, después de escuchar este primer álbum, apetece volver a comentar algo suyo por aquí más adelante.

Agradecimientos a la excelsa página Audionautas por aportarme algún detalle importante que no conocía.
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