domingo, 7 de agosto de 2011

Conrad Schnitzler - ROT


1. Meditation (19:40)
2. Krautrock (20:09)

El pasado 4 de agosto falleció Conrad Schnitzler. Prácticamente no conocía a este artista, aunque debo decir que últimamente había estado pensando comentar el único de sus álbumes que he escuchado, titulado simplemente 3. Sin embargo, la noticia de su muerte me ha llevado a hacerme con este, su primer trabajo en solitario (que alguien me corrija si me equivoco) como muestra de lo que este señor hizo en pro de la música de vanguardia.

Schnitzler fue uno de los más inquietos músicos alemanes que, durante el apogeo del krautrock, tocaron varias posibilidades aquí y allá. Al igual que Klaus Schulze, estuvo presente en el bizarro debut de Tangerine Dream, Electronic Meditation (1970), donde tocó el violín, el chelo y atención: una máquina de escribir. También intervino en el debut de Cluster (o Kluster), Klopfzeichen, del mismo año, y en los posteriores Zwei-Osterei y Schwarz, ambos de 1971. Después, este artista comenzó una carrera en solitario -viendo quizá que no terminaba de encajar en los planes de futuro de ninguna de las bandas anteriores- que tuvo como partida este Rot ("Rojo").

Conrad Schnitzler (1937 - 2011).

¿Cómo definir el estilo de Conrad Schnitzler? Por una parte hay que apelar a los preceptos del krautrock: música electrónica muy experimental, muy rupturista, a menudo solamente instrumental, derivada hacia una especie de pop "siniestro" otras veces, y decantada en sus mejores años hacia lo cósmico, dando lugar finalmente a la Escuela de Berlín, que hoy en día es seguramente la corriente más conocida del movimiento electrónico germano. La producción de Schnitzler es brutal en términos cuantitativos, y también debe serlo en lo cualitativo si atendemos a la enorme influencia que se le atribuye como pionero de un montón de cosas, sobre todo de lo que conocemos como música industrial. Además, parece que ha seguido en activo hasta el final de su vida, publicando un par de álbumes en este mismo 2011.

Rot (1973), no sé muy bien por qué, es un álbum muy difícil de encontrar incluso en formato descarga. Por ahí he leído algo sobre que se imprimieron pocas copias en vinilo, aunque existe al menos una edición en CD relativamente reciente. Estoy escuchando Rot por primera vez mientras escribo esta entrada, y puedo decir desde ya que es uno de los trabajos más complicados que he escuchado hasta ahora dentro de la electrónica. El primer tema, Meditation, tiene un fondo estable, un pedal (drone, en inglés), sobre el que Schnitzler superpone montones de trazas de sintetizador que parecen crecer del grave al agudo como si de las fluctuaciones del motor de una máquina se tratase. En un momento dado se une una segunda capa algo más musical al pedal, aunque la lluvia de pitidos continúa sin asomo de detenerse, dando la impresión de que estamos casi ante un álbum que contiene música "concreta". En la segunda mitad de Meditation desaparecen los pitidos y toman su lugar algunas notas sueltas de teclado bastante espaciales, marcianas casi, sin desarrollar ni por un instante nada parecido a una melodía.

Portada de la edición en CD de 2004.

El segundo tema, titulado Krautrock, comienza también crípticamente, aunque después emerge un ritmillo sintético, hoy diríamos que de videojuego, sobre el que vuelven los pitidos. No pensemos ni por un instante que la base rítmica y los punteos eléctricos funcionan en armonía, porque más bien parecen estorbarse, convirtiéndose cada uno en ruido respecto al otro. El resto del corte es una algarabía de efectos de laboratorio aplicados sobre la base. Muy muy oscuro y opaco.

Rot es, ahora que ha terminado puedo decirlo, uno de los trabajos más áridos a los que me he enfrentado en el blog y no tiene nada que ver con casi nada de lo que hemos escuchado antes por aquí. Parece mucho más cerca de la órbita de la música clásica contemporánea que del ámbito krautrock que conocemos los no muy expertos. No es un álbum para iniciarse en la electrónica germana, pero es evidente que en su día abrió muchas puertas. Sirva como homenaje a Conrad Schnitzler y queda firmado mi compromiso de seguir analizando obras suyas.


Un fragmento de Krautrock.

2 comentarios:

Francisco Castillo dijo...

Hola, felicidades por comentar el disco y el trabajo de este autor. No tenía ni idea de su trabajo. He estado escuchando el disco y me parece muy innovador y extraño, pero a la vez atrayente. Tendré que escuchar más disco Schnitzler.

Un saludo cósmicos a todos.

El conde dijo...

Pues yo haré lo mismo. Tiene este hombre una discografía muy amplia, así que habrá donde ir investigando. Gracias por comentar.

Otro saludo cósmico para ti, Francisco.

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