jueves, 27 de marzo de 2025

Madredeus - O PARAÍSO


1. Haja o que Houver (4:30)
2. Os Dias são à Noite (4:31)
3. A Tempestade (5:14)
4. A Andorinha da Primavera (3:04)
5. Claridade (5:25)
6. A Praia do Mar (6:25)
7. O Fim da Estrada (3:53)
8. Agora (9:23)
9. À Margem (4:43)
10. Carta para Ti (3:49)
11. Coisas Pequenas (5:25)
12. Não Muito Distante (4:10)
13. O Sonho (5:07)
14. O Paraíso (6:49)

El subtítulo del álbum O Paraíso (1997) no deja mucho lugar a la duda: 14 canciones. Es esto y nada más que explicar, entre otras cosas porque es probable que los componentes de Madredeus no tuviesen mayores ambiciones que las de componer canciones. Buenas canciones, me explico, con su estilo característico y todo eso, pero canciones al fin y al cabo. No conozco mucho de su trayectoria posterior, pero difícilmente se diría que, cuando salió a la venta el álbum que nos ocupa, los de Madredeus se habían vuelto vanidosos. Porque el éxito y los agasajos no les faltaban.

Madredeus en 1997.

Madredeus, pese a ser una banda con un estilo en teoría muy localista (portugués), logró hacerse con un espacio muy importante en todo lo que fue el auge mainstream de la constelación new age a finales de los años ochenta y principios de los noventa del siglo pasado. Quizá porque la "saudade", siendo un concepto difícil de traducir, sin embargo es bastante fácil de comprender, su sonido se nos antojó universal, prácticamente una de tantas propuestas de world music como también entonces había. Tranquilidad, bienestar, placeres sencillos y un puntillo de melancolía no del todo definido. Lo que hacían no era exactamente fado, dicho por ellos, sino una especie de amalgama de matices de la tradición musical popular portuguesa. No era new age, desde luego, pero sí que podía tocar al mismo tiempo esa fibra espiritual y al final era común que apareciese alguna canción suya en los muchísimos recopilatorios de nuevas músicas de aquellos años. 

 Haja o que Houver

O Paraíso llegó en uno de los momentos de más popularidad de la banda, después de un muy promocionado documental de Wim Wenders sobre Lisboa (Lisbon Story) para el que Madredeus aportó su banda sonora. También fue su primer álbum sin el teclista Rodrigo Leão, que se había marchado de la banda no mucho después de arrancar su carrera en solitario con Ave Mundi Luminar (1993). Llegaron a la formación dos nuevos miembros, Carlos Maria Trindade (sintetizadores) y Fernando Júdice (bajo acústico), y el grupo que había llegado a ser un sexteto pasó a ser un quinteto. Están ahí también el fundador Pedro Ayres Magalhães (guitarra acustica), José Peixoto (también guitarra acustica) y sobre todo la esencial Teresa Salgueiro. Su voz suave y expresiva aquí se recrea un poco más en lo lúdico que en otros discos anteriores, tiene un poco menos de carga dramática. La propia Salgueiro, según parece, intentaba dejar atrás su imagen como de joven viuda rural.

Supongo que el tema más conocido de O Paraíso es Haja o que Houver, pero todos los temas tienen un buen nivel. En general, el sonido del álbum evoca escenas más bien luminosas, optimistas si se quiere. El disco se grabó en Venecia (Ayres dijo que la ciudad italiana era "el destino ideal para la construcción de este nuevo barco en el que vamos a viajar"), en un espacio de tiempo relativamente corto y buscando aislarse un poco del bullicio, en un estudio no muy transitado. Teresa Salgueiro buscaba una conexión íntima con las canciones que la ayudasen a desarrollarlas con naturalidad, y el álbum en su conjunto irradia una sensación serena y agradable, de "paraíso". 

 O Paraíso

El álbum, de gran éxito internacional, fue considerado por muchos críticos como el mejor de Madredeus hasta aquel momento, y que el propio Pedro Ayres consideraba que O Paraíso quería ser desde su origen una demostración del estado de gracia del grupo, un momento dulce en el que todo funcionaba armónicamente en lo musical y en lo personal. Parece que, después, los seguidores se lo han pensado un poco y ponen algún otro trabajo por delante de este, pero desde luego yo recomendaría O Paraíso como un punto de partida perfecto para introducirse en la música de Madredeus.

martes, 11 de marzo de 2025

The Cosmic Jokers - THE COSMIC JOKERS


1. Galactic Joke (22:38)
2. Cosmic Joy (19:24)

El álbum The Cosmic Jokers ("Los chistosos cósmicos") forma parte del anecdotario más curioso de la kosmische musik alemana. Parece que todo empezó con el fundador del sello especializado Ohr, Rolf-Ulrich Kaiser, que buscaba dar prestigio a los productos que publicaba en aquellos años de efervescencia de la música cósmica a comienzos de los setenta y realizó varias reuniones, o tal vez fiestas, en el estudio del músico e ingeniero de sonido Dieter Dierks

Muchos quisiéramos ver a los grandes artistas del género como jóvenes talentosos y soñadores en busca de una aventura creativa, cuando en realidad eran más bien sujetos un tanto autodestructivos para los que la creación musical era una forma de canalizar sus pelotazos a base de alucinógenos, sobre todo LSD. Estas quedadas a las que acudían, según apuntan varias fuentes más sutiles de lo que yo pretendo ser, eran un auténtico contubernio de iluminados orientalistas, gurús de las terapias y vividores pseudointelectuales de toda calaña reunidos para consumir drogas hasta caer rendidos. Algunos de ellos grababan trabajos de los que Kaiser estaba publicando en la época.

Imagen del artwork del álbum con fotos de los miembros involuntarios del grupo.

En teoría, los músicos estaban allí para amenizar los guateques a base de largas sesiones de improvisación en vivo. Entre otros, acudieron Klaus Schulze (teclados), Manuel Göttsching (guitarras), el mencionado Dieter Dierks (teclado, bajo), Harald Grosskopf (batería) y el hoy conocido como crítico gastronómico Jürgen Dollase (teclados), que se ponían morados de lo suyo y daban rienda suelta a los espacios más galácticos del krautrock para deleite de los popes de las pseudociencias new age allí presentes. Göttsching y Grosskopf estuvieron en algún momento en Ash Ra Tempel / Ashra, y el segundo de ambos, aparte de colaborar en álbumes de Klaus Schulze, estuvo con Dollase en la banda Wallenstein. Era un mundillo muy pequeño.

Rolf-Ulrich Kaiser grabó estas sesiones sin permiso, o al menos varias de ellas, y las montó junto a Dierks en secreto, publicando el álbum que nos ocupa, The Cosmic Jokers, con una filosofía que podríamos llamar "toma el dinero y corre". Se dio la situación absurda de que entrase en una tienda berlinesa Manuel Göttsching y descubriese un sonido genial en la megafonía para averiguar al instante, por boca del dependiente, de que era él mismo el que tocaba allí la guitarra. A Klaus Schulze le sentó especialmente mal la jugada, ya que no sentía que aquella música estuviese al nivel que él quería ofrecer. "Toma el dinero y corre" significa que, a poco que Kaiser fuese consciente de lo que había hecho, debía saber que se le venía encima una denuncia, un juicio y la retirada del álbum de las tiendas. La retirada de todos los álbumes de los Jokers, en realidad, ya que Kaiser publicó hasta cinco vinilos en el mismo año 1974 con el material que les había birlado. Algunos tenían un planteamiento bastante cutre, por cierto.

Portadas de los otros discos montados a base de las mismas sesiones

Hasta del país se tuvo que ir este personaje, y ni siquiera cuando una década más tarde se legalizó el disco con permiso y pago de royalties a sus autores pudo sacarle más tajada. Porque los músicos cósmicos eran un poco drogatas pero se ganaban la vida con su trabajo.

Para la posteridad quedó The Cosmic Jokers como el gran supergrupo del movimiento cósmico alemán, y debo decir que este primer álbum homónimo -hoy, repetimos, plenamente legal y oficial- es realmente notable. La calidad de la grabación, previa a las remasterizaciones pertinentes, no es precisamente de 10, pero se disfruta como un ejercicio magnífico de lo mejor que ofrece el género. La primera mitad, Galactic Joke ("Chiste galáctico"), tiene todo el nervio y la estructura épico-textural que tanto nos gusta, además de un toque de rock que no era tan frecuente. El protagonismo se lo lleva la guitarra eléctrica de Göttsching, supongo que porque el suyo es el sonido más reconocible, pero es un tema sobresaliente en todos sus elementos. 

 Galactic Joke

La segunda cara del vinilo se llama Cosmic Joy ("Gozo cósmico"). Siendo más ambiental, experimental y oscurantista, no baja el nivel. Sobresale aquí, para mi gusto al menos, la combinación de los teclados y las percusiones para crear un espacio sonoro de estos en los que te puedes perder con la imaginación. 

 Cosmic Joy

Un trabajo, en resumen, tan curioso como interesante que merece la pena conocer por parte de los aficionados a la electrónica primitiva y el rock cósmico-progresivo y psicodélico. Lo que no es incompatible con llevar una vida sana y ordenada.

(Agradecimientos al blog Shakin' Street, en el que he averiguado algunos detalles que desconocía.)

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