1. Santorini (6:57)
2. Keys to Imagination (7:35)
3. Until the Last Moment (6:37)
4. The Rain Must Fall (7:24)
5. Acroyali / Standing in Motion (Medley) (8:51)
6. One Man's Dream (3:36)
7. Within Attraction (7:46)
8. Nostalgia (5:46)
9. Swept Away (9:22)
10. Reflections of Passion (5:22)
Uno de los mayores éxitos comerciales de la música new age es, sin sombra de duda, Live at the Acropolis (1994), el famoso doble LP en directo del músico griego Yanni. Grabado en el anfiteatro ateniense de Herodes Ático en 1993, Live at the Acropolis es especialmente célebre gracias a su emisión en varias ocasiones en la PBS (la televisión pública estadounidense) y a su edición en vídeo doméstico, todo un best seller musical que batió récords de ventas.
Yanni subrayó en varias ocasiones el personal placer que supuso para él regresar a su Grecia natal (su carrera estaba ligada sobre todo a norteamérica) para este evento tan notable, y desde entonces se ha dado el gusto de celebrar otros conciertos multitudinarios en lugares emblemáticos. Se hizo acompañar el teclista por la Royal Philharmonic Concert Orchestra y por otros instrumentos como el bajo y la batería, lo que proporciona una interesante amplitud de sonido a composiciones que en algunos casos bien podrían haber surgido directamente de un sintetizador. El mayor mérito logrado por Yanni en este sentido es acercar la new age a lo que se conoce como música neo-clásica, gracias a los matices románticos que aporta la orquesta. No obstante, y pese a que el público yanqui es bastante receptivo hacia la música instrumental suave (ellos la llaman "easy listening"), parece que en el caso de Yanni se ha hecho necesario en muchas ocasiones una justificación, o más bien una excusa, para vencer cualquier posible recelo ante este estilo musical que tanta gente sigue considerando de segunda categoría. Hablamos de eso que llaman el "efecto Mozart", y que, por mucho que tenga ciertos fundamentos psicológicos que no pienso negar, al final es un modo de dar una seriedad impostada a piezas musicales que de otro modo corren el riesgo de quedar relegadas a ascensores de centros comerciales y salas de espera de dentistas.
Y sería una pena, porque la música que interpretaron Yanni y su ensemble en aquel septiembre ateniense se sostiene por sí misma, sin que tenga que venir un experto extramusical a recomendarla como si fuese un remedio homeopático o una forma de hacer que tu bebé te salga ingeniero. Vale que es música no agresiva, dulze -dulzona a veces- y más o menos sentimental, pero hay en toda la obra un excelente trabajo compositivo que abarca un gran abanico de sonidos y colores musicales. Los temas desprenden energía y cierta grandiosidad no del todo vacua, y el ambiente general que se desprende del visionado del concierto en vídeo hace comprender el porqué de su éxito popular.
Santorini
El álbum comienza briosamente con la ágil Santorini, que combina con equilibrio fragmentos de teclado con arreglos sinfónicos. Keys to Imagination aporta algo de pausa en su comienzo, así como un levísimo toque a lo big band y sutiles matices orientalistas a base de flautas, cuerdas y percusiones, aunque recupera a ratos el nervio del primer tema. Until the Last Moment y su piano son puro romanticismo new age muy bien entendido, un tema digno de la mejor música para el cine. The Rain Must Fall posee unos ritmos y una atmósfera mucho más contemporáneos, con fragmentos al bajo que parecen -o son- completamente improvisados, casi propios de un jazz sencillo. El espectacular Acroyali / Standing in Motion es uno de los temas más conocidos del disco, ya que ha sido utilizado en varias campañas de publicidad. Es el tema del álbum del que se dijo que poseía el famoso efecto Mozart, aquello de que el cerebro es capaz de predecir qué notas van a sonar a continuación y se nos enriquecen con ello las neuronas. One Man's Dream incide en el romanticismo neo-clásico, otra vez con una inspirada melodía muy evocadora.
Llegados a este punto, parece que se busca una alternancia de lo íntimo y lo rítmico, porque el siguiente Within Attraction incide en lo segundo, otra vez con el violín desbocado de Shardad Rohani y sabor mediterráneo. Más grandilocuente que íntima resulta ser Nostalgia, pese al protagonismo del piano solista. Swept Away es puro easy listening por su ritmo de batería muy acusado y su ambiente urbano. Seguramente sea el único tema del álbum en el que la orquesta sinfónica no termina de estar bien integrada en el conjunto. Más romanticismo sentimental nos espera para cerrar el disco con Reflections of Passion. Lo cierto es que, una vez superada la grata sorpresa inicial, la segunda mitad de este largo trabajo suena un poco rutinaria, y esto es injusto, porque no hay una verdadera merma de la calidad musical de los últimos temas. Quizá sea uno de esos discos que funcionan mejor si se escuchan por tramos y no de un tirón.
Resumiendo, Live at the Acropolis no solamente es una estupenda obra en la mejor línea de la new age comercial en sus años de esplendor, sino que es bastante recomendable para iniciarse -o iniciar a otros con nuestra recomendación- en el mundillo de la música instrumental contemporánea más accesible. No soy un seguidor acérrimo de Yanni ni de la new age, pero es un título cuya escucha siempre me resulta muy agradecida.
4 comentarios:
Yanni lleva viviendo de las rentas unos cuantos años. Una pena, porque tiene discos que son una maravilla.
Este es un clásico del género sin duda. Sin embargo, creo que tiene otros discos en directo que superan a este "Acrópolis". Recomiendo su "Tribute" y "The Concert Event", ambos conciertos con músicos de un virtuosismo espectacular. Un saludo.
Muchos preguntan que pasaría si hoy en dia Gardel, tendría los equipos de sonido o los micrófonos que usa, Luis Miguel. Bueno, si Mozart tuviera la tecnología de los instrumentos actuales, tiene respuesta. Yanni.
Muy interesante tu crítica. Se nota que sabes de lo que hablas.
En lo personal pues es un directo que me gusta mucho. No entiendo de etiquetas, es mùsica pomposa con un sinfín de melodías románticas, elegantes, y en ocasiones incluso épicas. Algunos cortes casi podrían acercarse al rock sinfónico. El componente comercial para todos los públicos està ahí... pero por suerte ello no supone una merma en la calidad instrumental. Un saludo
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