jueves, 24 de julio de 2025

El poder del "Triunvirato" (I)

A raíz del reciente concierto de Jean-Michel Jarre en Sevilla, pude leer un interesante artículo enlazado en una entrada de los fans del músico en Facebook. Está aquí. Se trata de una crítica del concierto y al mismo tiempo de una reflexión sobre el estado de las cosas en este tipo de música. Lo de "este tipo de música" que conste que lo digo yo, porque echar en el mismo saco a Jarre, a Mike Oldfield y a Vangelis (el "Triunvirato") es arriesgado. 

Son hombres y europeos los tres, artistas generalmente instrumentales y superdotados para la melodía, calificados a menudo como genios por lo innovadoras y a la vez accesibles que fueron en su momento sus propuestas musicales, y por supuesto un poco "raras avis" al no casar sus obras con lo habitual en la cultura pop. No sé si son tantas cosas en común.

Lo que se dice echarlos al mismo saco, me temo que sí, que los echamos. Y somos nosotros, los seguidores de estos artistas, los que lo hacemos, porque en realidad lo que los une es algo que ha estado siempre más en nuestra cabeza que en la realidad objetiva: hacen unas músicas que nos gustan, que tocan una fibra muy especial. No sé si los aficionados a algún género musical muy alejado también harán "paquetes" de artistas parecidos a los que tener como referencia.

Jean-Michel Jarre

Llevo escuchando al Triunvirato desde los primeros años noventa, y posteriormente 16 años indagando para aportar información a este blog. Puedo aplicarme aquello de que más sabe el diablo por viejo que por diablo, aunque no voy de erudito por la vida, y he tenido tiempo de reflexionar largo y tendido sobre el porqué de la adoración que sentimos muchos hacia la música de estos señores.

No vale decir que "nos hemos criado" con ellos, ya que algunos (yo mismo) los conocimos ya creciditos y en etapas tardías de sus carreras. No vale tampoco lo que alguna vez he leído, que son artistas de rock progresivo, porque dudo mucho que lo sean salvo muy ocasionalmente. En realidad, ni siquiera los fans del progresivo tienen del todo clara una definición del género. ¿Y por qué ellos y no otros? Nos encantan Tangerine Dream, Alan Parsons, Enya, Klaus Schulze y demás, pero casi siempre los ponemos un escalón o dos por debajo.

Me he planteado si es alguna clase de condición peculiar nuestra, que a lo mejor tenemos algo de inadaptados, de frikis solitarios, de soñadores, de culturetas. Y después he conocido a otros fans que describen sus experiencias musicales con las mismas palabras que usaría yo, y que no tienen ninguno de estos "problemas" que, en mi hipocondría, he creído sufrir. Personas totalmente diferentes entre sí y distintas a mí en casi todo.

Mike Oldfield (Fin Costello - ©Redferns)

He llegado a pensar, y pido perdón por adelantado, que igual es música para simplones, que tal como se etiqueta hoy en día en muchos ámbitos sólo es música ligera ("light music"), de ascensor, relajante, intrascendente, pomposa cuando creo que es grandiosa, sensiblera cuando la juzgo sensible, melodías sin más valor que un jingle publicitario o un tono para móvil, que apenas destacan por tener un alto nivel de producción que me cautiva porque no tengo la capacidad suficiente para apreciar lo que haría un sesudo poeta cantautor de los de voz y guitarra, o un virtuoso del jazz más sibarita.

Me libro de estos pensamientos oscuros escuchando música pop convencional y comprobando cómo, acostumbrado a la riqueza y complejidad artísticas de la clase de música que comentamos aquí, puedo verle las hechuras de cartón y plastiquillo a casi cualquier producto de moda, incluso si goza de cierto prestigio. No pretendo traspasar el carnet de tonto al aficionado a otra música (en realidad, hay muy pocos estilos que me generen verdadero rechazo), pero tampoco creo que los seguidores del Triunvirato lo merezcamos.

Y para terminar esta primera reflexión, mencionaré que hay algo preocupante en esta fidelidad acérrima al Triunvirato: que tras 50 años largos de carrera, ninguno de los tres parece tener sucesores a la vista, al menos sucesores que hayan brillado más allá de un destello puntual previo al olvido. O peor todavía, que a lo mejor esos sucesores son tan buenos como nos gustaría pero llevan ya tiempo ahí afuera y no sabemos encontrarlos. O el colmo de lo terrible, que sí que los tenemos delante pero nos falta el valor de darles esa oportunidad que tanto ellos como nosotros necesitamos.

Vangelis Papathanassiou

Seguiremos con la reflexión, a ver dónde nos lleva.

lunes, 30 de junio de 2025

Jean Michel Jarre - HONG KONG

CD 1

1. Countdown (1:37)
2. Chronologie 2 (6:37)
3. Chronologie 3 (5:46)
4. How Old Are You? (1:17)
5. Equinoxe 4 (4:46)
6. Souvenir of China (4:43)
7. Que'st-ce-que l'amour? (0:52)
8. Chronologie 6 (5:10)
9. Chronologie 8 (4:49)
10. Where Are You Going? (0:52)
11. Oxygène 4 (4:32)

CD 2

1. Hong Kong Hostess (0:35)
2. Fishing Junks at Sunset - Part 1 (6:09)
3. Fishing Junks at Sunset - Part 2 (5:31)
4. Sale of the Century (1:18)
5. Digi Sequencer (6:07)
6. Magnetic Fields 2 (6:31)
7. Band in the Rain (Unplugged) (2:26)
8. Rendez-Vous 4 (6:23)
9. Chronologie 4 (6:35)

Ni siquiera tenían que poner el nombre completo en la portada; te plantaban un JARRE bien grande, unas letras chinas potentes y unos rayos láser rojos y ya sentías un hormigueo en el escroto. Hong Kong (1994) es de cuando Jean-Michel Jarre era sinónimo de buena música y espectáculo garantizado, un álbum que, si bien no era el colmo de la innovación dentro de la trayectoria de su autor, querías tener en tu colección sí o sí.

 
Jean Michel Jarre en el libretillo del CD desplegado, a modo de póster.

Y el caso es que ya desde el título te estaban engañando, porque la inmensa mayoría del doble CD corresponde a música que ni siquiera se grabó en dicha ciudad. El evento que inspira el título al álbum fue la inauguración del Estadio de Hong Kong en 11 de marzo de 1994, para la que Jarre fue invitado a ofrecer uno de sus shows megalómanos. No obstante, aquellos fastos estuvieron enmarcados en las numerosas celebraciones mediáticas que señalaban el inminente traspaso de poderes de las autoridades británicas hongkonesas a las de la República Popular de China en 1997, dejando atrás la ciudad su régimen especial -más democrático, más cosmopolita- dentro del aparato económico y político del régimen fundado por Mao. Imagino que gran parte de la población no estaría por la labor de celebrarlo, pero si Jarre venía a tocar a tu ciudad había que ir a verlo. Las entradas se agotaron en menos de 48 horas.

Despliegue del libreto tipo póster, por el otro lado.

En la elección del título del álbum, seguramente se quiso jugar con el hecho de que los conciertos en China de 1981 formaban ya parte de la mitología de la música electrónica, y alguien supuso que un álbum que sugería el regreso de Jarre a China debía vender un trillón de ejemplares. La verdad desnuda es que casi todos los temas que componen el doble trabajo se grabaron durante la gira Europe in Concert, la primera de Jean-Michel en toda su carrera. Uno de los conciertos, el de Barcelona, fue editado para su venta en VHS, y quizá por no repetir título se acudió al evento de China, en el que el repertorio fue parecido, para editar el que, a fin de cuentas, fue el álbum que reflejó aquella gira.

Portada del VHS de la gira, con el diseño del póster original.

Europe in Concert, que comenzó con un espectacular concierto en el Mont Saint Michel de la costa francesa, recorrió Europa -creo que no pasó por los países escandinavos- con el reciente éxito del álbum Chronologie (1993) como columna vertebral de los espectáculos de luz y sonido que todos habremos visto alguna vez. Hasta entonces, Jarre había ofrecido muchos conciertos en lugares emblemáticos, normalmente para celebrar efemérides puntuales, y esta fue la primera vez que adoptó un modelo "portátil", repetible de ciudad en ciudad. Creo que el formato de los shows se diseñó con buen criterio, ya que la espectacularidad de la gira fue evidente.

 
Rendez-Vous 4, en Barcelona.

Por supuesto, este álbum recoge, estando el concepto centrado en China, una estupenda versión del clásico Fishing Junks at Sunset que sí se grabó en Hong Kong, y otra de Souvenir of China también registrada allí, pero que se mezcla con grabaciones del mismo tema en el concierto de Paris-La Défense de 1990. Lo demás es todo de la gira europea, incluyendo un único tema que no ha aparecido en ningún disco de estudio, Digi Sequencer. El álbum contiene varios cortes con voces y efectos sonoros, supongo que del evento de Hong Kong, aunque es difícil considerarlos como verdaderas piezas musicales. El orden de las pistas en el disco no se corresponde ni con el repertorio de la gira ni con el del concierto hongkonés en particular, por lo que entendemos que se buscó la experiencia musical doméstica más que la fidelidad a los conciertos.

 
Digi Sequencer

Sobre la calidad del sonido hay poco que objetar: es excelente, bastante mejor que la del -en comparación- modesto Destination Docklands (1989), su anterior obra en directo. Y la selección de temas convierte Hong Kong en prácticamente un recopilatorio de lo más popular de Jarre hasta aquel momento. Por eso mismo es difícil destacar qué temas me gustan más, porque hay muchísimo donde elegir. Me quedaría, por no eludir la cuestión, con la versión de Rendez-Vous 4, por su tratamiento rítmico muy pop en el mejor sentido de la expresión, y porque la aportación que hace aquí a la guitarra eléctrica Patrick Rondat es estupenda. De hecho, Rondat añade un elemento nuevo, fresco, a gran parte de los temas sin resultar invasivo, subrayando sólo los momentos que tiene que subrayar (fijémonos por ejemplo en el tramo final de Chronologie 2) y sin que la esencia electrónica y cósmica del Jarre clásico quede adulterada. También hay un magnífico trabajo de percusiones en la intro expandida de Chronologie 4, un fin de fiesta por todo lo alto con el último gran éxito de Jarre.

 
Chronologie 4

La especulación sobre qué temas son un puro playback o cuáles interpretó allí de verdad (en Hong Kong o donde fuese) me temo que es café para los muy cafeteros. Si alguien lo sabe con certeza, que lo ponga en los comentarios y lo añado con gusto a esta reseña para que quede constancia. Después de haberlo escuchado últimamente, creo que las melodías principales de los temas -casi todas, al menos- sí que se interpretaron en directo de verdad, como lo fueron por supuesto la mencionada guitarra eléctrica, el bajo, las percusiones acústicas y las voces corales. Junto a Jarre, intervienen en los temas otros tres teclistas (incluyendo el habitual Francis Rimbert), por lo que no debió ser necesario tirar de pregrabaciones. Pero quién sabe.

 
Contraportada del CD doble.

El álbum doble original fue publicado nuevamente en 1997 en un solo CD, recortando el Fishing Junks at Sunset y alguno de los temas de transición, y por ahora creo que es el único disco oficial de Jarre que no ha sido objeto de reedición en los últimos años. Tanto la edición en 1 CD como en 2 CDs son fáciles de encontrar en eBay y similares, normalmente de segunda mano, pero no los busques en tiendas normales.

jueves, 26 de junio de 2025

1492 de Vangelis se reedita este verano con material extra.

El 29 de agosto se publicará la BSO de la película de Ridley Scott, a cargo de Vangelis, en un doble vinilo de color amarillo. También se reeditará la versión en CD, en este caso con dos temas extras que no estarán -parece- en la versión en vinilo: Line Open y Landscape, que en su momento se publicaron en el CD single de Conquest of Paradise. Line Open estuvo en un recopilatorio posterior, pero Landscape sigue siendo relativamente desconocida. Por el momento no conocemos otros detalles de la edición, pero prestaremos atención porque estamos ante uno de nuestros discos favoritos del griego inmortal.

 
Line Open y Landscape.

lunes, 23 de junio de 2025

Kronos Quartet - KRONOS QUARTET PERFORMS PHILIP GLASS

 

1. String Quartet No. 5: I (1:11)
2. String Quartet No. 5: II (2:59)
3. String Quartet No. 5: III (5:28)
4. String Quartet No. 5: IV (4:38)
5. String Quartet No. 5: V (7:44)
6. String Quartet No. 4 (Bukzak): I (7:59)
7. String Quartet No. 4 (Bukzak): II (6:23)
8. String Quartet No. 4 (Bukzak): III (8:49)
9. String Quartet No. 2 (Company): I (2:11)
10. String Quartet No. 2 (Company): II (1:36)
11. String Quartet No. 2 (Company): III (1:33)
12. String Quartet No. 2 (Company): IV (2:13)
13. String Quartet No. 3 (Mishima): 1957 - Award Montage (3:31)
14. String Quartet No. 3 (Mishima): November 15 - Ichigaya (1:23)
15. String Quartet No. 3 (Mishima): 1934 - Grandmother and Kimitake (2:44)
16. String Quartet No. 3 (Mishima): 1962 - Body Building (1:41)
17. String Quartet No. 3 (Mishima): Blood Oath (3:14)
18. String Quartet No. 3 (Mishima): Closing (3:00)

Y hablando del más popular de los minimalistas, tenía ganas de traer por aquí al Kronos Quartet, una de las formaciones de referencia en la interpretación de la obra de Philip Glass. El Kronos Quartet es un cuarteto de cuerda surgido en Seattle (Washington) a comienzos de los setenta pero afincado en San Francisco. Ha tenido un buen número de componentes lo largo de todos estos años, pero sólo su fundador David Harrington permanece con ellos desde el principio hasta la actualidad. La música clásica contemporánea y el cuarteto siempre han mantenido una relación íntima, tanto que en muchos casos se han compuesto obras específicamente para ser interpretadas por ellos. Tampoco han evitado colaborar con artistas del mundo del folk y de la música popular, por supuesto, desde Bob Dylan hasta Frank Zappa, pasando por Björk, Paul McCartney o Nine Inch Nails.

 
Fotografía promocional tipo tarjeta de recuerdo.

El disco que hoy traemos es de 1995. El propio Philip Glass explica que, cuando un compositor afronta la escritura de un cuarteto para cuerdas, tiene tendencia a tomárselo mucho más en serio que obras de otro tipo, consiguiendo -según él- que la obra terminada tenga una carácter muy personal respecto a la identidad musical del autor. De alguna manera, podemos estar de acuerdo en que una partitura para orquesta sinfónica siempre puede quedar elegante, resultona, a poco que tenga los ingredientes más básicos, mientras que las piezas, digamos, de cámara exigen más calidad en la composición al ir más "desnudas", carentes del efectismo rutilante de la gran orquesta.

Este álbum contiene cuatro cuartetos distintos de Glass, los números 5, 4, 2 y 3, el último de los cuales corresponde a música compuesta para la película Mishima (1985), reestructurada por el compositor como obra para cuarteto. En la página oficial del Kronos Quartet, Philip Glass admite que el número 5, con el que comienza en disco, fue un intento de componer un cuarteto de cuerda con una actitud despreocupada y orientado a darle "musicalidad", que él mismo entiende que al final es "la cuestión más seria de todas".

 
String Quartet No. 5: V

Aparte de los cortes correspondientes a Mishima, que al final llaman la atención porque son territorio conocido, me quedo con el primero de los cuartetos, el número 5, muy expresivo y con unas texturas musicales muy ricas. Por ahí he leído a alguien que afirma que le recuerda al estilo de Michael Nyman, y es verdad que tiene a ratos ese toque barroco del británico, aunque el efectismo de piezas como el quinto movimiento (y quinto corte del álbum) es Glassiano al 100%. Puede recordar más a Nyman en su faceta de autor de BSOs de cine que en su vertiente más cercana al folk. El segundo cuarteto incluido aquí, el número 4, dedicado al pintor Brian Buczak, es en general solemne aunque contiene fragmentos con mucho nervio. Y el tercero, el número 2, que se titula Company al estar compuesto para una obra de teatro de Samuel Beckett del mismo nombre, es breve, relativamente contenido y más o menos medidativo.

 
String Quartet No. 4 (Bukzak): III

Siempre podemos plantearnos qué tiene de especial una interpretación del Kronos Quartet que no pueda aportar cualquier otro ensemble de prestigio, y escuchando el álbum comprobamos que no solamente hay un perfecto entendimiento mutuo entre Glass y los intérpretes (entre otras cosas, porque el Kronos ya había interpretado total o parcialmente alguno de los cuartetos), sino que éstos consiguen que una serie de piezas que -en otras circunstancias- quizá no llegarían más que a unos cuantos oyentes sibaritas, al final resulten muy accesibles para públicos relativamente amplios por la perfecta, virtuosa, colorista, extraordinariamente dinámica ejecución de las mismas. Apunta nuestro siempre referencial Mike Shooter en su fantástico blog La voz de los vientos que el álbum se grabó en el estudio del Rancho Skywalker de George Lucas, lo que asegura una calidad sonora importante. Recordemos, queridos frikis, que Lucas y Glass ya habían tenido contacto, directo o indirecto, al ser el primero productor de la citada Mishima y de Powaqqatsi (1988), ambas con música del segundo.

Contraportada de la edición en vinilo.

El Kronos Quartet que grabó este álbum estaba formado entonces por David Harrington y John Sherba a los violines, Hank Dutt a la viola y Joan Jeanrenaud al violonchelo. Ejercen como productores -entre otros- el propio Philip Glass y su productor habitual Kurt Munkacsi. Todo queda en casa.

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