martes, 9 de marzo de 2021

Azul y Negro: LA EDAD DE LOS COLORES


1. Me estoy volviendo loco (6:15)
2. No queda paz (3:54)
3. Televisión (3:14)
4. No controlo nada (3:03)
5. La torre de Madrid (3:14)
6. Catedral de sal (3:35)
7. El misterio de la pirámide (3:55)
8. Mar de la Tranquilidad (4:19)
9. La úlitima estrella (2:45)
10. El color del tango (2:38)

Son varias las ocasiones en que lectores del blog han pedido una reseña de algún trabajo de Azul y Negro, y aunque estuve tentado de publicar algo sobre su tema más famoso Me estoy volviendo loco en una entrada de la serie "Esa musiquilla en mi cabeza", creo que la calidad e importancia de su discografía merecen que, al menos para empezar, comentemos la totalidad de este primer álbum de 1981.

No tengo recuerdos de 1981 porque nací solo dos años antes, pero sí que recuerdo que durante toda la que sería esa década iba a viajar a Madrid en Navidad. Eran los años de la Movida, y si bien no tenía edad de entrar a garitos ni a mis padres les iban estas cosas, sí que recuerdo -de años posteriores, obviamente- el ambiente colorista en las calles, los punkis, las chicas con medias de rejilla rotas adrede, las cazadoras vaqueras llenas de chapas. Incluso tengo un primo que era muy fan de Mecano y los había conocido personalmente en alguna ocasión. La música pop en aquella época era omnipresente, y tanto en la radio como en la televisión estábamos inundados de canciones del efervescente panorama nacional. Hasta en los programas infantiles. No era muy fan de la música patria de entonces, y creo que sigo sin serlo, pero mientras escuchaba La edad de los colores hace unos días, se me despertaba la clase de recuerdos que, salvando las distancias, impulsaron a Proust a escribir su obra maestra bajo el influjo del olor de una magdalena.

Contraportada de una edición en CD.

El caso es que los dos componentes de Azul y Negro, los ya veteranos Carlos García-Vaso y Joaquín Montoya, son cartageneros y no madrileños, pero qué más da. La edad de los colores, el primer álbum del dúo, respira esa libertad electrizante de la Movida, sobre todo porque contiene el espíritu innovador que muchos creadores españoles querían dar a sus obras, muchas veces inspirados por lo que hacían los grandes de cada género en el mundo anglosajón, pero casi siempre -como aquí- realizando algo genuino, único. Para ir presentando a Azul y Negro con el tópico de "a quién se parecen", lo tenemos un poco difícil, pero muy grosso modo vienen a ser una mezcla de Kraftwerk, The Buggles, Depeche Mode y los coetáneos Pet Shop Boys. Azul y Negro quisieron ser y fueron durante algunos años la punta de lanza del tecnopop español. 

No controlo nada.

Sin menospreciar la aportación de Joaquín Montoya, creo que es justo afirmar que el motor inicial del dúo fue Carlos García-Vaso (o simplemente Carlos Vaso), que cuando se fundó Azul y Negro ya tenía en su haber una respetable trayectoria como músico de sesión al servicio de los mencionados Mecano, Tino Casal y el mismísimo Nino Bravo, entre otros. Leyendo cualquier texto biográfico sobre el dúo, deduzco que el aglutinante del proyecto fue quien funcionaría como su productor: el polifacético Julián Ruiz, que lo mismo presenta prestigiosos magazines musicales en la radio comercial que produce algunos de los discos de "músicas inusuales" españoles más conocidos de los noventa, del estilo de Elbosco o CCCP. Ruiz bautizó también a Azul y Negro con los colores del Inter de Milán, al que acababa de ver jugar, supongo que siguiendo un criterio puramente dadá. Por extensión, entiendo que también metería mano en algún momento el hoy director de orquesta clásica y compositor Luis Cobos, con quien García-Vaso ya había trabajado, y que con los años también participaría en los mencionados proyectos de Julián Ruiz.

Una imagen promocional.

Yendo a lo puramente musical, los temas de La edad de los colores son sorprendentemente cálidos si entendemos que mucho de lo que se escucha es electrónico. Es verdad que las bases rítmicas son a menudo demasiado potentes y un poco machaconas, pero hay un buen trabajo de composición e ingeniería de sonido que se aprecia en cada matiz. Es probable que algunos cortes tengan una vocación muy comercial (No queda paz, No controlo nada), pero queda bastante espacio para lo experimental, y algunos temas son sorprendentemente delicados pese a su naturaleza en teoría tecnológica (Mar de la Tranquilidad, que es una exquisitez cargada de efectos de sonido retro; o La última estrella, que parece una versión de The Shadows, de algo tipo Apache).

Portada del single Me estoy volviendo loco, igual que la portada de la segunda edición del LP.
La portada original, por cierto, la diseñó Tino Casal. 

Está claro que el temazo que lanzó al dúo a la fama fue Me estoy volviendo loco, que fue la sintonía de la Vuelta Ciclista a España en unos años en los que esto era sinónimo de sonar a todas horas y en todas partes. Recordemos la enorme fama que consiguió en nuestro país, gracias a esto mismo, el mismísimo Jean-Michel Jarre. La cosa es que La edad de los colores se había publicado antes que tan famoso single, que no estaba incluido en el álbum, por lo que se hizo necesario un relanzamiento del mismo con Me estoy volviendo loco como tema inicial. Normal. Y por cierto, recuerdo que no muchos años después volveríamos a escuchar a Azul y Negro en la Vuelta gracias a otro de sus temas señeros: No tengo tiempo, que también debería sonarte. Me estoy volviendo loco y No tengo tiempo son verdaderos himnos del pedaleo ochentero. 

El peculiar vídeo de Me estoy volviendo loco, que hasta ha sido objeto de parodias tronchantes.

Solo me queda recomendar la escucha de La edad de los colores con algo de perspectiva, ya que el sonido del álbum está muy atado a las posibilidades técnicas de su contexto histórico, y por lo tanto es posible que suene extraño a algunos jovenzuelos. Dejando esto a un lado, tendremos entre manos uno de los grandes hitos del pop español, una experiencia musical disfrutable mucho más allá del encanto de la nostalgia. Tenía que estar en este blog.

9 comentarios:

DANI dijo...

Agradabilísima sorpresa la de esta entrada, Conde. En su tiempo, de niño, los escuché mucho, ya que el tecno español vivía un gran momento y ellos fueron uno de los máximos exponentes de este tipo de música que, ya por aquel entonces, me atraía.

Últimamente he vuelto a escucharlos mucho, ya que la nostalgia va y viene a ciertas edades, y ahora me gusta ponérselo a mis hijos, que son pequeños, pero ya van definiendo sus gustos, y debo confesarte que les gusta, que no lo encuentran raro ni antiguo. Y es que esta música, a pesar de pertenecer a una época muy concreta, y tener un punto naif que no siempre le beneficia, forma parte de la educación musical de muchos de mi generación, pero también pueden atraer a público de todas las edades que disfrutan con estos sonidos electrónicos. Y cuando algo está bien hecho, nunca pierde fuerza ni vigencia.

"La noche" o "Babel" también son discos muy destacados que espero que comentes también por aquí, y te aseguro que te lo agradeceremos muchos de los seguidores de este grupo mítico del tecno español.

Gracias!

José Ramón dijo...

Quizás porque tengo como doce años más que tu que me sorprende esta entrada. Para mi Azul y Negro era algo supercomercial para olvidar. Ganas tengo de que comentes algo sobre los Neuronium de comienzos de los 80

Unknown dijo...

Una curiosidad.
Según comentó Ralf Hüter, de Kraftwerk (Gran aficionado al ciclismo) a Julián Ruiz, el que un tema electrónico como "Me estoy volviendo loco" fuese la sintonía de la vuelta a España en 1982, sirvió como inspiración a Kraftwerk para hacer lo propio con "Tour de France" (1983).

Fuente:
https://www.facebook.com/azulynegrooficial/posts/10150824669361300/

ElHombreDePapel dijo...

"Quizás porque tengo como doce años más que tu" comenta José Ramón y bueno, yo te llevo 15...
no sé ni como llegué aquí pero, solo por curiosidad busqué lo más reciente y leí algunas cosas... ¡que lenguaje que usas tío...!!!
A punto estuve de obsequiarte tres o cuatro mil insultos por aplicar un lenguaje tan vano a la música de mi vida... pero no, la naturaleza ya te causo el suficiente daño ¡Jamás podrás tener la perspectiva de José Ramón, o la mía, o la de tantos que vivimos esta música justo en su momento...!!!
Que pena por ti U_U

Juan Antonio dijo...

Los dos primeros discos de Azul y Negro me parecen maravillosos.
Me gustaría recalcar que en la caja Dicromo recuperaron la portada original aunque no así el tracklist de esa primera edición... yo personalmente habría preferido que 'me estoy volviendo loco' hubiese aparecido como bonus track

El conde dijo...

ElHombreDePapel, me he quedado con la intriga de a qué te refieres. ¿Te gusta este álbum y te ha molestado alguno de mis calificativos, el de las "bases rítmicas machaconas"? ¿Te refieres más bien a mis reseñas en general, y no solo a esta?

Acepto todas las críticas, pero me gusta recordar que el propósito del blog no es fomentar la nostalgia sino mostrar músicas un poco inusuales a personas que se acerquen a ellas hoy y que en muchos casos nunca han tenido contacto con ellas. Por eso tiendo a usar un lenguaje coloquial, lo menos técnico posible.

Gracias por comentar, en todo caso.

parsick dijo...

Casualidades de la vida, ayer mismo escuché este gran disco, el cual me trae unos recuerdos estupendos de mi adolescencia. Aunque considero "La Noche" como un album superior y, para mí, el mejor de su discografía, "La Edad de los Colores" es un disco con una calidad increíble, todo un revulsivo para la época. Este par de tipos estaban muy por encima de la media y creo que tratar de buscarles un equivalente británico (o alemán) es una pérdida de tiempo, ya que se ganaron a pulso ser todo un referente y su música ha perdurado más allá de esa gran década que fue los ochenta.

Aparte de los temas más comerciales, cuyos videoclips tienen una pinta más que viejuna, destacaría la fantásticas "Catedral de Sal", "No Queda Paz" y "Mar de la Tranquilidad".

El dúo fue perdiendo muchos enteros a partir de la mitad de esa década y, aunque han prolongado su actividad muchos años más, la magia y calidad de sus primeros dos trabajos nunca fue superada (cuantas veces hemos dicho eso de otras bandas).

Toda una sorpresa encontrármelos en tu blog, Conde. Hacía mucho que no me pasaba por él. Como siempre tus entradas son de un gran nivel. No puedo más que felicitarte por este gran cuaderno de bitácora que has creado.

winterland dijo...

2 mini críticas a tu perfecta reseña.
1) Más que kraftwerk, lo que yo veo como influencia absoluta son SPACE (de Didier Marouani). Veo las mismas estructuras.

2) Coetaneos Pet Shop Boys?? En 1981???
Si acaso añade a Ultravox o Human League pero PSB no saco si primer West ENS Girls hasta 1984, siendo la versión que los lanzo a la fama ya en Octubre de 1985. Es una colada absoluta :)

El conde dijo...

Hola, winterland.

Es verdad que Space pudo ser una influencia importante, pero es un grupo que no conozco más allá de Magic Fly y no conté con él. En todo caso, la mención de Kraftwerk es a efectos de describir a qué sonaba Azul y negro, no necesariamente como influencia directa. Puede que tengas razón, en cualquier caso.

Pero no la tienes tanto sobre lo de Pet Shop Boys, ya que se sabe que oficialmente empezaron en la música en 1981, si bien sus primeros éxitos son posteriores. En todo caso, lo de "coetáneos" lo he empleado en un sentido amplio del término.

¡Un saludo, y gracias por comentar!

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