1. Daphnis et Chloé (17:40)
Lever du jour
Pantomime
Danse générale
2. Pavane por une Infante Défunte (7:12)
3. Bolero (9:19)
Ma mere l'oye Suite:
4. Pavane de la Belle au Bois Dormant (1:55)
5. Petit Poucet (3:51)
6. Laideronnette, Impératrice des Pagodes (3:38)
7. Les Entretiens de la Belle et de la Bête (5:59)
8. Le Jardin Féerique (4:15)
¿Alguien necesita una excursión a aquellos tiempos fascinantes de la primera "electronic music" comercial? Acudamos a la discografía del japonés Isao Tomita, destacado pionero de los sintetizadores y versionador de piezas del repertorio clásico. Hemos comentado ya varios trabajos de este músico, como su versión de The Planets (original de Holst) o Snowflakes Are Dancing, que contiene su popular Arabesque (original de Debussy), el de la cabecera de aquel programa ochentero Planeta imaginario. Tomita es autor de álbumes quizá algo más conocidos, aunque este The Ravel Album (1979), conocido como Daphnis et Chloé en Japón y Bolero en Estados Unidos, lleva bastante tiempo entre mis CDs e iba siendo hora de que pasara por el blog.
Isao Tomita, en una imagen de la edición norteamericana del álbum.
Ni el título miente ni el largo subtítulo (véase parte izquierda de la portada) deja lugar a la duda: este es el álbum que Tomita dedica a uno de los músicos trascendentales de principios del siglo XX, Maurice Ravel, filtrado por el peculiar sonido a base de moog, mellotron y demás parafernalia que caracterizaba aquella electrónica primitiva. Parece que el japonés es muy admirador de los compositores franceses de aquella época, y es probable que intentase recuperar con este trabajo sobre Ravel un sonido parecido al que dedicó a Claude Debussy en 1974.
Portada y contraportada de la edición titulada simplemente Bolero.
The Ravel Album contiene una selección de piezas emblemáticas de Ravel, siendo el Bolero la más conocida, si bien la mayor parte del disco está dedicada a la "sinfonía coreográfica" para ballet Daphnis et Chloé, la obra más larga de Ravel; y a la suite Ma mère l'oye. Tampoco falta la Pavana para una infanta difunta, una obra bellísima pese a su triste título. Tomita les impone su enrarecido toque galáctico marca de la casa, como de orquesta de robots, con numerosos efectos de sonido que convierten casi cualquier obra musical en un fascinante lingotazo de ciencia-ficción retro.
Contraportada de la edición norteamericana del disco, con publicidad del catálogo completo de Tomita.
Como decíamos, pura ciencia-ficción retro.
Daphnis et Chloé se basa en el romance pastoral del griego Longo, adaptada para ballet por Michel Fokine. La pieza original dura alrededor de una hora, pero Tomita la recorta drásticamente, tal vez como algunos músicos contemporáneos a Ravel, que también realizaron suites resumidas a partir de la partitura íntegra. El resultado de esta versión de la suite nº 2 es excelente. ¿ Y qué más se puede decir sobre el Bolero de Ravel a estas alturas? Pues que el músico se inspiró en la construcción de los grandes rascacielos neoyorquinos para crear esta pieza en constante in-crescendo, con una bella melodía y un ostinato que todo el mundo ha tarareado alguna vez. Tomita despoja parcialmente a la pieza de su grandiosidad original, pero no deja de resultar una versión interesante.
El Bolero de Tomita.
La suite final, Ma mère l'oye, ocupa casi veinte minutos del álbum. La partitura de la pieza ("Mamá oca") se basa en diferentes cuentos infantiles como Pulgarcito o La bella durmiente, y fue compuesta para su interpretación con dos pianos. No conozco la obra original, pero tengo la sensación de que el tratamiento electrónico de Tomita no termina de hacerle justicia, quizá porque es difícil reconocer el carácter descriptivo y juguetón de los cuentos de hadas en mitad de la parafernalia espacial de sus acuosos fraseados sintéticos.
Contraportada de la edición europea.
Mención aparte merece Pavane pour une Infante Défunte, no solamente por lo excelente de la versión, sino porque despeja cualquier duda posible acerca de la inspiración de William Orbit para su álbum de 1999 Pieces in a Modern Style. Su versión del mismo tema es prácticamente calcada, y esto se hace extensivo al resto de temas en aquel trabajo que ya comentamos en su día.
La Pavana.
En resumen, aunque The Ravel Album posee tanto virtudes como defectos, es un disco muy completo y satisfactorio en su conjunto, tanto que el propio Tomita lo considera su álbum favorito. Por cierto, se lo dedicó a su hija con motivo de su boda. Los nombres de los contrayentes aparecen dibujados en la hierba, en las bellas ilustraciones de la portada y la contraportada. Está en Spotify.