1. Stuntman (4:18)
2. It Would Be Like Samoa (10:46)
3. Detroit Snackbar Dreamer (6:33)
4. Drunken Mozart in the Desert (10:00)
5. A Dali-Esque Sleep Fuse (8:33)
6. Scarlet Score for Mescalero (4:20)
Tristemente, acceder a la discografía de Tangerine Dream es cada día más difícil para la mayor parte del público no especializado, ya que por alguna razón no del todo sencilla de explicar (supongo que debemos ceñirnos a criterios de comercialidad o autopromoción) nunca ha gozado del mismo tirón popular de los popes de siempre, esto es, los Jarres, los Vangelis, los Kraftwerks... Es como si primero hubiese que entrar de lleno en los sonidos de uno de estos genios "mainstream" para, en una segunda etapa, comenzar a apreciar los esfuerzos musicales de esta mítica banda electrónica. Y más difícil todavía es que cualquier viandante tenga idea de quién era Edgar W. Froese, su fundador, que falleció el pasado mes de enero.
Ya comentamos hace tiempo un par de álbumes en solitario de Froese, y creo que es un buen momento para acordarnos del que es seguramente el más apreciado por sus seguidores: Stuntman (1979). Como sucede con la carrera en solitario de cualquier componente de un grupo importante, por lo general se tiende a pensar que sus álbumes son un 50% de capricho prescindible y un 50% de afán de notoriedad y deseos de disolver la banda, de modo que la respuesta habitual del público es el menosprecio. No sé hasta qué punto los trabajos anteriores de Froese se adecuaban al perfil descrito, pero sí se ha afirmado con frecuencia que solían tener un carácter recaudatorio (como la Guardia Civil al final de una recta solitaria) de cara a volcarse en los discos "buenos", esto es, los de la banda al completo. Dudo que pueda decirse algo malo de un disco tan excelente como Stuntman.
Contraportada del vinilo.
Stuntman ("Especialista") reune música electrónica bastante melódica con una sutil aproximación a lo puramente ambient, logrando momentos tan memorables como el tema que le da título, el inicial Stuntman, que aproxima el clásico sonido sintético de los TD al de temas instrumentales más comerciales, al uso de la época. Los demás temas del disco son más ambientales, aunque al tratarse de piezas algo más cortas que las suites propias de álbumes anteriores, todo el conjunto mantiene una frescura muy personal. Al parecer, Stuntman fue la primera obra en que Froese utilizó exclusivamente sintetizadores, tanto analógicos como digitales, con la excepción de algunas notas de piano. En una entrevista de la época, afirmaba que el proceso creativo junto a TD era distinto, ya que al no tener que hacerlo todo él solo, podían seguir usando instrumental acústico como órganos o guitarras eléctricas. Con sus nuevos sintetizadores, Edgar Froese contaba con una mayor libertad e independencia, también en lo meramente interpretativo.
Stuntman
Desde luego, a lo que no renuncia Froese es a un sonido propio de la electrónica cósmica, y por mucho que haya dado un salto tecnológico, seguimos encontrando sonidos recurrentes, no solo suyos, sino del género en sentido amplio. Por ejemplo, suena casi a theremin el principal elemento de Detroit Snackbar Dreamer; tenemos las clásicas secuencias oscuras e inquietantes de los tiempos de Rubycon en A Dali-Esque Sleep Fuse; las notas largas, casi de himno, de algún Vangelis "vintage" en Scarlet Score for Mescalero; y hasta nos encontramos con algo lejanamente parecido a lo que hacían años antes Wendy Carlos o Tomita en Drunken Mozart in the Desert, una verdadera joya melódica. Exquisiteces para los amantes de la auténtica electronic music, todo Stuntman.
En 2005, Stuntman fue reelaborado y re-publicado por Froese, como haría durante esos años con buena parte de su propio catálogo y el de Tangerine Dream. No he escuchado mucho de este material, salvo la versión renovada de Phaedra, que me dejó bastante frío. Me sigo inclinando por lo auténtico, de modo que, sin pretender hablar mal de su remake -que no he escuchado- propongo sin dudarlo la escucha del original.
Por cierto, junto a la entrada de Stuntman en nuestra versión Facebook he añadido un "¿Sabías qué...?", que espero que sea el primero de muchos otros relacionados con álbumes que comentemos en el futuro.
Por cierto, junto a la entrada de Stuntman en nuestra versión Facebook he añadido un "¿Sabías qué...?", que espero que sea el primero de muchos otros relacionados con álbumes que comentemos en el futuro.