1. Solar Wind (3:35)
2. A Saucerful of Presets (5:00)
3. Riding the Currents of Space (2:46)
4. Cosmic Organism (5:00)
5. The Lydian Affaire (4:43)
6. Into Hyperspace (4:22)
7. Sunset on Mars (2:38)
8. The Eye of The Night Still Watches (3:05)
9. Sad Peach (3:00)
10. A Saucerful of Pretzels (3:30)
11. Xenharmonic Garden (1:10)
Hace algún tiempo me hice con varias grabaciones del músico independiente Carlos Devizia, y como suelo tener en mente una lista de álbumes de los que quiero hablar en el blog, me ha costado encontrar el momento para dedicar una entrada al álbum que nos ocupa, Walking on a Straying Stone (2014). Espero que Carlos no me tenga en cuenta la tardanza, sobre todo si tiene en cuenta que pretendo presentar su obra en positivo.
Puede escucharse y descargarse de manera gratuita, por lo que invito a cualquier lector a hacerse su propia opinión al respecto. Personalmente, debo decir que me ha parecido un álbum fresco y con alma, una buena aproximación a la música pop instrumental para sintetizador que fue popular en los años setenta y ochenta gracias a figuras como Jean Michel Jarre, Jöel Fajerman, Jan Hammer, etc. El sonido que se busca es de tipo cósmico en una línea "clásica", con lo que, aun utilizando instrumentos más avanzados que aquellos con los que contaban los synthesizer heroes de toda la vida, se logra una atmósfera retro que, intencionada o no, nos resulta agradable a los admiradores de este mundillo.
Carlos Devizia tocando el tin whistle.
Devizia ha mencionado que uno de los propósitos de Walking on a Straying Stone es experimentar con su método de grabación. Para mezclar el álbum se ha servido del tracker Psycle. ¿Y qué es un tracker, si puede saberse? Wikipédicamente hablando, es una especie de secuenciador con el que se puede hacer música a base de programar en qué momento y siguiendo qué pauta rítmica o temporal va a sonar un determinado instrumento o sonido pregrabado (sample), todo ello representado de manera visual en la pantalla del ordenador con símbolos numéricos, no los de la notación musical tradicional. Devizia comenta que incluso los instrumentos no electrónicos fueron añadidos a la mezcla vía Psycle.
Como no soy un gran conocedor de la tramoya musical actual, prefiero centrarme en un análisis puramente musical del disco. Desde un punto de vista compositivo, y aun a sabiendas de que Devizia ha debido disfrutar bastante con la libertad que otorga tener un equipo de última tecnología -amén de su propio talento musical-, hay una clara intención lúdica en todos los temas, si bien en algunos casos se obtienen resultados algo descafeinados. Como introducción, el ambiente minimalista de Solar Wind funciona bastante bien. No termina de arrancar A Saucerful of Presets, cuyo sonido de bajo (sea uno real o uno sintético, y me inclino por lo segundo) y su base rítmica, en general, es demasiado prosaica para brillar.
Algo parecido ocurre con Riding the Currents of Space, un tema que, aunque es bastante colorido en cuanto a variedad de sonidos, suena demasiado amateur, improvisado en el mal sentido del término. Una exploración sonora algo más interesante es la que ofrece Cosmic Organism con sus fondos percusivos y su atmósfera inquietante, y encontraremos uno de los mejores temas del álbum en el siguiente corte, The Lydian Affaire, un tema cósmico de factura brillante que mantiene nuestra atención hasta el final.
Into Hyperspace, sin ser lo peor del disco, no parece tomarse demasiado en serio a sí mismo, recordando bastante a algún fragmento de aquel álbum "de tanteo" que lanzó Jean Michel Jarre con el título de Deserted Palace (1972). Otro muy buen momento nos lo encontramos en Sunset on Mars, un tema con un innegable sabor épico y exótico que nos hace pensar en alguna fantasía sci-fi al estilo Dune. También hay un interesante exotismo en The Eye of the Night Still Watches, especialmente gracias a la intervención de la flauta. Sad Peach nos ofrece un pasaje algo oscuro, nocturno, cuya guitarra eléctrica no acaba de encajar del todo con el sonido galáctico del resto del disco, aunque es efectiva. Hay momentos realmente exquisitos en A Saucerful of Pretzels que me han recordado a los trabajos instrumentales de William Orbit, aunque los fragmentos con ritmo "enlatado" empeoran el conjunto. El álbum concluye con Xenharmonic Garden, un tema que divaga un poco entre melodía y melodía pero que mantiene un buen nivel.
Pienso que Walking on a Straying Stone habría funcionado bastante mejor si Devizia se hubiese planteado mejor qué hacer con las bases rítmicas de sus temas, que en más de un momento suenan a presintonía de sintetizador casero. Humildemente aconsejaría a este músico que pasara un poco de ritmos y se centrase completamente en el componente ambiental del disco, tanto a nivel melódico como en lo que se refiere a la elección de los instrumentos, sonidos y efectos utilizados, que son francamente meritorios. Por así decirlo, creo que el álbum habría estado mejor de haber sido planteado como ejercicio música cósmica y/o new age pura, y no como un raro híbrido entre eso mismo y el tecno-pop. En cualquier caso, la mayor parte del álbum es, como poco, muy interesante.
En el blog personal de Carlos Devizia hay descripciones detalladas del contenido y creación de cada tema.
Riding the Currents of Space.
Algo parecido ocurre con Riding the Currents of Space, un tema que, aunque es bastante colorido en cuanto a variedad de sonidos, suena demasiado amateur, improvisado en el mal sentido del término. Una exploración sonora algo más interesante es la que ofrece Cosmic Organism con sus fondos percusivos y su atmósfera inquietante, y encontraremos uno de los mejores temas del álbum en el siguiente corte, The Lydian Affaire, un tema cósmico de factura brillante que mantiene nuestra atención hasta el final.
Into Hyperspace, sin ser lo peor del disco, no parece tomarse demasiado en serio a sí mismo, recordando bastante a algún fragmento de aquel álbum "de tanteo" que lanzó Jean Michel Jarre con el título de Deserted Palace (1972). Otro muy buen momento nos lo encontramos en Sunset on Mars, un tema con un innegable sabor épico y exótico que nos hace pensar en alguna fantasía sci-fi al estilo Dune. También hay un interesante exotismo en The Eye of the Night Still Watches, especialmente gracias a la intervención de la flauta. Sad Peach nos ofrece un pasaje algo oscuro, nocturno, cuya guitarra eléctrica no acaba de encajar del todo con el sonido galáctico del resto del disco, aunque es efectiva. Hay momentos realmente exquisitos en A Saucerful of Pretzels que me han recordado a los trabajos instrumentales de William Orbit, aunque los fragmentos con ritmo "enlatado" empeoran el conjunto. El álbum concluye con Xenharmonic Garden, un tema que divaga un poco entre melodía y melodía pero que mantiene un buen nivel.
Xenharmonic Garden.
Pienso que Walking on a Straying Stone habría funcionado bastante mejor si Devizia se hubiese planteado mejor qué hacer con las bases rítmicas de sus temas, que en más de un momento suenan a presintonía de sintetizador casero. Humildemente aconsejaría a este músico que pasara un poco de ritmos y se centrase completamente en el componente ambiental del disco, tanto a nivel melódico como en lo que se refiere a la elección de los instrumentos, sonidos y efectos utilizados, que son francamente meritorios. Por así decirlo, creo que el álbum habría estado mejor de haber sido planteado como ejercicio música cósmica y/o new age pura, y no como un raro híbrido entre eso mismo y el tecno-pop. En cualquier caso, la mayor parte del álbum es, como poco, muy interesante.
En el blog personal de Carlos Devizia hay descripciones detalladas del contenido y creación de cada tema.
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