La década de los cincuenta es considerada como una de las "edades de oro" del cine de Hollywood, donde surgieron algunos de sus mayores mitos y estrellas, arropados por la magnificencia del cinemascope y el technicolor. Aquí ya contamos con bandas sonoras que permanecen como clásicos imprescindibles y conocidísimos de nuestro tiempo.
Uno de los compositores más apreciados de la época es Franz Waxman, que ganó en 1950 y 1951 con El crepúsculo de los dioses y Un lugar en el sol, respectivamente. Algunos expertos sitúan la segunda entre las obras para cine de más calidad jamás realizadas.
Un lugar en el sol.
Otro nombre infaltable es el de Dimitri Tiomkin (casi todos los grandes de esta generación eran centroeuropeos o del este, emigrados por diversos motivos), que ganó en 1952 por Solo ante el peligro, en 1954 por Escrito en el cielo y en 1958 por El viejo y el mar. Su nombre suele estar ligado al western, género al que aportó varias gemas.
Dimitri Tiomkin
En la categoría de comedia o musical, de nuevo Alfred Newman se llevó varios galardones a casa (por El rey y yo, entre otras películas), aunque hubo otros autores que lograron su premio con obras tan famosas como Siete novias para siete hermanos u Oklahoma. Destacó también bastante el trabajo de Andre Previn, ganador por Gigi y Porgy and Bess.
Andre Previn
Personalmente, mis favoritos de la década son trabajos para películas épicas, como la inmortal melodía silbada de El puente sobre el río Kway (1957), de Malcolm Arnold; el gigantismo avasallador de Ben-Hur (1959), de Miklós Rózsa; o la solemnidad de Éxodo (1960), de Ernest Gold. Tampoco nos olvidemos del Oscar concedido póstuma aunque muy merecidamente a Victor Young por La vuelta al mundo en 80 días, que es antepasada directa de la ganadora de 2010, Up, de Michael Giacchino. Unas selecciones:
La marcha del coronel Bogey de El puente sobre el río Kwai.
Música previa a la carrera de cuádrigas en Ben-Hur.
Tema central de Éxodo.
Escena de La vuelta al mundo en 80 días, en la que suena su tema más conocido.
En los sesenta se produjo un cierto declive en la respuesta del público más culto hacia el cine americano, sobre todo a causa del empuje de las vanguardias europeas (italiana y francesa sobre todo), más dadas a un cine con menos control corporativo. La música compuesta en estos años es mucho más diversa que antaño, más abierta a influencias como la de la música pop, que estaba en auge (en 1969 ganó Burt Bacharach por Dos hombres y un destino), aunque todavía muy aferrada a los modelos grandilocuentes de la década anterior. Hicieron su agosto en estos años, en lo que a Oscars se refiere, gente como John Barry con Nacida libre (1966) y El león en invierno (1968) o Maurice Jarre con las películas épicas de David Lean Lawrence de Arabia (1962) y Doctor Zhivago (1965).
Tema inicial de Nacida libre. También hubo una versión cantada.
Tema de los títulos de Doctor Zhivago.
El género musical siguió premiando clásicos de siempre como West Side Story, My Fair Lady, Mary Poppins y Sonrisas y lágrimas. Es bueno señalar que en aquella década, y casi en cada edición, cambiaban el nombre de la categoría, existiendo algunas como "mejor partitura sustancialmente original" para acoger a obras con cierto contenido preexistente, o "partitura para una película no musical". Unas muestras notables del musical sesentero:
Escena inicial de West Side Story, con música original de Leonard Bernstein.
¿Quién no recuerda las canciones de Mary Poppins?
Volvemos prontito con los años setenta y ochenta.
Muy interesante esta serie de artículos sobre los Oscar. Enhorabuena y saludos ;)
ResponderEliminarHombre, Jorge, me encanta tenerte por aquí. Me alegro de que te haya gustado este chorro de entradas, ya estaba yo lamentándome de que nadie comentase nada.
ResponderEliminarGracias mil.