¿Qué puede hacer un grupo importante y respetado cuando su líder carismático, un tipo que llena el escenario con su sola presencia, dice que se va? Es una pregunta difícil cuya respuesta debería incluir una mención a este álbum. Es uno de los momentos más sorprendentes de la trayectoria de un grupo de culto ya de por sí cuajada de momentos inolvidables. Porque sorprende que la formación de Genesis como trío, sin dos de sus músicos con mayor proyección, fue la que logró éxitos económicos más estratosféricos. Porque también hay quien se extrañó de que la marcha de Peter Gabriel tras The Lamb Lies Down on Broadway (1974) no supusiese el final de la etapa progresiva clásica de la banda, que todavía daría para al menos tres obras más, quizá cuatro según opiniones. Y porque es destacable que A Trick of the Tail (1976) gustase a los más escépticos incluso en una época en la que el progresivo estaba decayendo.
Algún periodista los había dado por desaparecidos, pero Tony Banks, Phil Collins, Steve Hackett y Mike Rutherford estaban dispuestos incluso a grabar un álbum instrumental antes de considerar que Genesis estaba acabado. Es verdad que Hackett ya casi tenía un pie fuera al publicar su primer disco Voyage of the Acolyte, pero Rutherford y Banks (que también tenía material compuesto en el cajón, pensando en su carrera como solista) proporcionaron el impulso necesario. Hicieron un buen montón de audiciones a cantantes, algunas de las cuales todavía se conservan, pero al final se quedaron con su propio batería Collins después de que cantase el tema Squonk a modo de prueba. Ni se imaginaba que aquello iba a ser el primer paso en firme para convertirse en uno de los cantantes más populares de las décadas posteriores. Y Steve Hackett, el principal guardián de la esencia progresiva del grupo si atendemos a su carrera posterior, se atuvo a razones y dio también lo mejor de sí. Se sabe que el propio Peter Gabriel estuvo de visita en algún momento durante las grabaciones (la suya no había sido una salida muy traumática, al fin y al cabo) y manifestó su agrado ante lo que escuchó allí.
A Trick of the Tail es un álbum mucho menos ambicioso que The Lamb, pero tiene un encanto especial al ser a la vez muy accesible y estar elaborado cuidadosamente. No es una obra conceptual, aunque como sucedía con Selling England by the Pound y los vinilos anteriores con el toque juglaresco de Gabriel, cada tema es prácticamente un cuento sonoro, todo un delicado y colorista universo narrativo en miniatura.
Ya la inicial Dance on a Volcano ("Baile en un volcán") muestra su vocación poderosa, e incluso la intención de acercar el sonido todavía un poco underground de Genesis al del pop-rock de éxito. El segundo tema es mi favorito, Entangled ("Enredado"), una pieza con un nosequé mágico y soñador que me encanta.
El antes mencionado Squonk hace referencia a un animal mítico de los bosques de Pennsylvania y es un tema de rock con un ritmo intenso, al parecer inspirado en el Kashmir de Led Zeppelin. Mad Man Moon ("Luna del loco") es una de esas pieza épicas en las que caben un montón de cosas, desde bonitos pasajes cantados a estupendos fragmentos instrumentales muy elaborados. Robbery, Assault and Battery ("Robo, asalto y agresión") tiene un toque cómico, y en ella Phil Collins repite la costumbre de Peter Gabriel de contar historias surrealistas imitando distintas voces, en este caso recurriendo Collins a un personaje de su propia etapa como niño actor en la película musical Oliver! Tuvo hasta un videoclip.
Ripples ("Ondas") es otra pieza larga progresiva, con mucho peso instrumental y algunos fragmentos melódicos cantados realmente memorables. La divertida A Trick of the Tail ("Un truco de la cola") tiene un ritmo del estilo del Getting Better de los Beatles y está inspirada en una novela de William Golding. Trata sobre un ser de otro mundo que es enjaulado al llegar al nuestro, donde nadie le cree. Concluye el álbum con Los Endos, una pieza casi del todo instrumental que funciona como reprise psicodélico de algunos momentos concretos del resto del álbum y en el que hasta se incluye un pequeño fragmento de Supper's Ready. Un poco raro, la verdad
A Trick of the Tail, pese a que muchos no lo consideran como perteneciente a la etapa clásica de Genesis, tiene poco que envidiar a álbumes anteriores en lo que a elaboración sonora e inspiración artística se refiere. Es un disco con un poco más de desenfado en el sentido de que, como decíamos, busca incluir unas cuantas canciones con salida comercial que antes no eran tan habituales. Hay cabida para el progresivo "duro", pero al mismo tiempo se asume que los tiempos cambian y va a ser necesario ampliar la oferta musical de la banda. Por supuesto, también podemos quedarnos con que este trabajo fue el primer gran escaparate para que la legendaria voz de Phil Collins, que hace muy poco ha anunciado su retirada definitiva por problemas de salud, empezase a sonar con fuerza en el mundo entero.
Es un álbum estupendo e imprescindible que merece mucho la pena.
Efectivamente, el Genesis progresivo no se terminó con la marcha de Gabriel. Lo demuestran este disco y el siguiente. Lo determinante, en mi opinión, fue la salida de Steve Hackett, que permitió al consecuente trío explotar la vía más "comercial" que desencantó a muchos fans tradicionales y que sigue gustando a muchos de los que conocimos al grupo ya en los 80.
ResponderEliminarGenial resumen, como siempre, Conde. Un saludo desde Canarias.
Estoy ok un gran trabajo a pesar de no contar con Peter Gabriel.
ResponderEliminarFantástico album de los británicos, cuya reseña, como siempre Conde, me parece muy acertada. Siempre he sido muy "philcollinsta", a pesar de su vena jazz que me tira un poco para atrás, pero en este complicado disco, tras la espantada de Gabriel, creo que el bueno de Phil le echa lo que hay que echarle y los cuatro firman un trabajo excepcional.
ResponderEliminarTanto es lo que me gusta este disco que en su momento me hice con una copia original de CD y otra de vinilo. Es un pena que Steve después del siguiente pusiese también los pies en polvorosa, pero hay que reconocer que en el presente trabajo da el callo.
Esperando con ansia tus próximas reseñas de esta mítica banda que tuve la gran suerte de ver en directo en 1986.