Te duele una muela. Te está fastidiando desde hace unos días, y aunque sabes que te va a costar un pastizal, pides cita con el dentista. Llegas a la consulta, te sientas a esperar, coges una revista del corazón manida de hace año y medio y te pones a hojearla. Tienes un 99% de posibilidades de que en el suave hilo musical de la sala de espera suene Ballade Pour Adeline ("Balada para Adelina"), el peculiar y bastante edulcorado tema para piano que hoy recuperamos.
El tema se publicó en 1977 y el compositor, no muy conocido, fue Paul de Senneville. Parece que el título se refiere a su hija Adeline, entonces recién nacida. El intérprete original sí que es toda una institución en la cultura popular: el también francés Richard Clayderman, un pianista al que recordamos (vagamente, los de mi edad) todo vestido de blanco y frente a un piano del mismo color. Clayderman se convirtió, pese a que sus virtudes como intérprete están fuera de toda duda, en un icono de lo "kitsch" gracias a su sonrisa de niño bueno y su pelazo rubio. Podemos sonreír sin cargo de conciencia, considerando que ha llegado a vender más de 100 millones de discos en todo el mundo. Según la Wikipedia, es el músico francés con mayores ventas de la Historia, y Ballade Pour Adeline vendió 22 de estos millones.
Clayderman, con Senneville como mánager, publicó Ballade Pour Adeline en su primer álbum (titulado simplemente Richard Clayderman), logrando un éxito mundial desproporcionado. Vale que lo hemos dicho muchas veces: los años 70 fueron una edad de oro para que cualquier clase de música no convencional llegase a cualquier oyente potencial, y en el que se premiaba la originalidad mucho más de lo que ha ocurrido en décadas posteriores... Pero hay que admitir que, por mucho gancho que tenga Ballade Pour Adeline, es una composición extremadamente simple. Como pieza pianística, y salvo por alguna mínima floritura, es muy poco meritoria, ya que en realidad es más el ritmo pop de fondo el que le da carácter. De hecho, en posteriores versiones de la pieza, los músicos (incluso utilizando otros instrumentos en lugar del piano), han sampleado directamente la pista de la base del original.
Con perspectiva, entiendo que el éxito se explica por su mezcla de melosidad y romanticismo, al colarse de algún modo un pianista clásico en las radiofórmulas interpretando una pieza accesible a más no poder. Por supuesto, tanto la balada como el propio Clayderman entraron por la puerta grande en el mundillo de las orquestas "estrellas" de la música ligera, como la de James Last o, más recientemente, la formación que dirige André Rieu. Terminamos con alguna de las 1500 versiones acreditadas de Ballade Pour Adeline. Y me voy corriendo a escuchar algo indie en Spotify, a ver si me siento más joven.
Sí, sí que es melosa, Conde, pero me trae recuerdos maravillosos de mis 8, 9 años, poniéndola en el tocadiscos de casa.
ResponderEliminarEste tema estaba incluído en el LP que comentas, que tenía muchos otros temas, probablemente igual de melosos, pero muy bonitos en líneas generales. También teníamos otro LP de versiones de temas famosos de películas o de otros autores. Esas florituras que hacía el señor Clayderman cuando desplazaba su mano derecha hacia las teclas más agudas, en series de arpegios, lo hacía en casi todos sus temas, era como su seña de identidad, pero bien bonito que le quedaba.
Y sobre todo, preciosos recuerdos que me trae de unos años que no volverán...
Yo también me voy a buscar algo indie, a ver si rejuvenezco un poco, después de esta cuádruple sesión de "Adeline" que nos has traído hoy...
Sí, sí que es melosa, Conde, pero me trae recuerdos maravillosos de mis 8, 9 años, poniéndola en el tocadiscos de casa.
ResponderEliminarEste tema estaba incluído en el LP que comentas, que tenía muchos otros temas, probablemente igual de melosos, pero muy bonitos en líneas generales. También teníamos otro LP de versiones de temas famosos de películas o de otros autores. Esas florituras que hacía el señor Clayderman cuando desplazaba su mano derecha hacia las teclas más agudas, en series de arpegios, lo hacía en casi todos sus temas, era como su seña de identidad, pero bien bonito que le quedaba.
Y sobre todo, preciosos recuerdos que me trae de unos años que no volverán...
Yo también me voy a buscar algo indie, a ver si rejuvenezco un poco, después de esta cuádruple sesión de "Adeline" que nos has traído hoy...
Roto me has dejado. No imaginaba ver y oir esto por aquí.
ResponderEliminarBueno, Jose Ramón, placeres culpables que todos tenemos de vez en cuando... el que esté libre de pecado..., incluído el Conde... jajajajajaaa...
ResponderEliminarJosé Ramón, ten siempre en cuenta que traigo muchas cosas al blog no necesariamente porque me gusten personalmente, sino porque de un modo u otro se ajustan a los estilos un poco heterodoxos que me (nos) interesan. Este tema no es precisamente un favorito personal, en realidad ni siquiera me produce placer culpable como dice Dani, pero está en la línea de las piezas de esta seccioncilla que me inventé hace tiempo. Te sorprendería la cantidad de gente que agradece saber un poco más sobre estas "perlas" que todos conocemos. Disfruta, hombre.
ResponderEliminarJajaja, si yo disfruto de todo lo que nos traes...pero es tan rubio, tan mono...en fin
ResponderEliminarEn el vídeo más antiguo la verdad es que parece que va a hacer la primera comunión.
ResponderEliminarSaludos El Conde. Muy interesante lo que has expuesto en esta entrada. Te saludo desde México. Desde pequeño he sido un gran fan de la musica instrumental. En aquellos años no sabia nada de etiquetas como Easy listening, muzak,lounge, new Age etc, para mi era toda música instrumental. Me volví un gran entusiasta de la música de Clayderman. Mas que centrarme en las habilidades interpretativas de Clayderman que están fuera de discusión, me interesó saber más sobre sus composiciones y ahí es donde para mí adquiere mayor importancia los nombres de Paul Seneville y Oliver Toussaint; compositores de cabecera de la "marca" Clayderman. Y sí, coincido que no se trata de música compleja. Pero más allá de armonías complejas y líneas melódicas que exploren los modos griegos. Hay algo en ella, que no se que sea, que tiene un impacto en la gente y se genera una conexión. No he sabido de otro Clayderman en el mundo y mira que sabemos que en la música cuando algo se vuelve popular o económicamente redituable de inmediato se copia, se replica o se calca.¿cuántos no querrán haber vendido los millones de discos de Clayderman y emular su estilo? Supongo que muchos, pero ninguno, al menos que yo sepa, ha logrado lo de Clayderman y su conexión con la gente y por consecuencia su éxito.
ResponderEliminarAhí tenemos el caso de Tangerine Dream, Klaus Schulze o Manuel Gottsching y la Berlin School cuantos de los que han intentando emular su sonido han logrado el impacto de los primeros y mira que yo disfruto de todos esos nuevos exponentes de la Berlin School Arc, Mark Shreeve, Ramp, Node, Radio Massacre Internacional, Ian Boddy, Wavestar, John Dyson, etc etc. Quien de ellos ha logrado lo que Edgar Froese, Franke, Baumann Schulze o Gottsching en su momento? Creo que ninguno ni siquiera el propio Schmoelling ha tenido un impacto como lo tuvo cuando estuvo con Tangerine Dream, y mira que tiene unos álbumes muy buenos en solista o con participaciones en proyectos como Loom con Jerome Froese.
Que es lo que falta entonces? Una.pizca de magia? No lo sé igual y sí.
Donde te puedo contactar por face? me gustaría entrevistarte, si tu me lo permites. Tengo un proyecto de dar a conocer a las personas que como tú hacen una gran labor de difusión de esas músicas marginadas de la popularidad.
Un saludo y abrazo desde México.
Por cierto, el tema de Balada para Adelina hasta a mí ya me da repelús, hay muchos otros temas que sí disfruto mas inclusive en su primer álbum hay un tema muy electrónico hasta creo recordar tenia pasajes de Mellotron.
Saludos