1. Overture (2:28)
2. The Grid (1:36)
3. The Son of Flynn (1:35)
4. Recognizer (2:37)
5. Armory (2:03)
6. Arena (1:33)
7. Rinzler (2:17)
8. The Game Has Changed (3:25)
9. Outlands (2:42)
10. Adagio for TRON (4:11)
11. Nocturne (1:41)
12. End of Line (2:36)
13. Derezzed (1:44)
14. Fall (1:22)
15. Solar Sailer (2:42)
16. Rectifier (2:14)
17. Disc Wars (4:11)
18. C.L.U. (4:39)
19. Arrival (2:00)
20. Flynn Lives (3:22)
21. TRON Legacy (End Titles) (3:17)
22. Finale (4:22)
Hablar de esta novedad discográfica requiere una aclaración previa por mi parte sobre cierta confusión terminológica, seguramente de perogrullo para muchos de los lectores del blog, pero a la hora de la verdad bastante peliaguda. Al grano: ¿qué diferencia hay entre la música electrónica que se cultivaba en los años sesenta y setenta o antes y la música electrónica que se realiza hoy en día? ¿Pertenecen al mismo ámbito musical aquellos que hacían sonar el theremin o el moog y quienes hoy en día realizan mezclas en tiempo real en las raves? Dándole muchas vueltas -a veces soy un poco lento para ciertas cosas- me he dado cuenta de que todo el problema se reduce a una mala traducción. Si nos movemos por ámbitos informativos anglosajones nos daremos cuenta de que diferencian claramente entre lo que llaman "electronic music" y lo que se conoce como "electronica", que son dos corrientes musicales independientes y bien definidas y diferenciadas; y sin embargo, en este castellano que tan mal utilizamos muchas veces para apropiarnos de términos ajenos, todo se ha asimilado a la calificación unitaria de "música electrónica", lo que da lugar a errores. Es evidente, pienso yo, que no tiene nada que ver lo que hacían Isao Tomita y Wendy Carlos con lo que hoy en día realizan los Chemical Brothers o estos Daft Punk, aunque a veces -como en este caso que nos ocupa- las fronteras se diluyen.
No es solamente que los Daft Punk vayan disfrazados a juego con la película.
Suelen vestir siempre así, a lo robot.
De barreras rotas hay que hablar cuando se trata de describir esta grabación correspondiente a la banda sonora original de la película Tron Legacy (2010), secuela muy tardía de aquella rara peli de culto de los ochenta. Una barrera se ha roto al reconciliar la "electronic music" y la "electronica", con estos dos músicos metidos sorprendentemente a compositores clasicistas. Entraron por una puerta siendo DJs de discoteca y han salido por otra codeándose con los clásicos de la música cósmica de ayer y hoy. Y otra barrera se ha roto, en mi caso al menos, cuando personajes a quienes hasta ahora menospreciaba por realizar una música para mi gusto sosa, repetitiva y discutiblemente artística (en fin, música de baile de ahora) me han hecho papilla los estereotipos. Ahora entiendo que, mal que pese a los fans de Daft Punk más conservadores, estamos no ante una obra marginal paralela a su discografía, sino ante una de las aportaciones musicales que más se recordará de ellos en el futuro. Porque Tron Legacy, el álbum de Daft Punk, es en su mayoría una estupenda sorpresa.
Chico conoce a chica en realidad virtual futurista.
Antes ha salido Wendy Carlos, y es que fue ella, una de las pioneras absolutas del género electrónico en su vena mística, quien realizó la banda sonora de la primera entrega de esta más que probable saga. No sé si ha tenido mucho o poco que ver en la inspiración del dúo Daft Punk a la hora de confeccionar esta obra musical, pero resulta chocante que en pleno año 2010 haya todavía músicos de rabiosa actualidad que no se avergüencen de mirar al pasado a la hora de realizar una composición por la que van a ser juzgados respecto a los estándares contemporáneos, y es más chocante todavía -y aquí es donde entra Wendy- que, salvo por lo sofisticado de la tecnología musical empleada por Daft Punk, las melodías y muchos de los ritmos suenen más a aquellos años dorados setenteros que a la medianía dance tan en boga. Por supuesto, se nota que los parisinos Thomas Bangalter y Guy-Manuel de Homem-Christo han escuchado muchas bandas sonoras recientes para dar cuerpo a su aportación fílmica (yo mencionaría sobre todo los trabajos de Hans Zimmer para Batman Begins y El caballero oscuro, y algo del Don Davis de la trilogía Matrix), pero los arreglos, los pequeños detalles, los sabores que encuentra uno en el vino después incluso de haberlo tragado, son genuinos y originales.
La moto de la peli original, actualizada a tope.
Advierto también que Tron Legacy necesita varias escuchas antes de encontrar lo que estamos buscando. Empieza muy bien con su Overture, con el tema The Grid, donde escuchamos por primera vez el tema principal de la B.S.O., y también con Recognizer, cuyas largas notas de sintetizador recuerdan a Blade Runner; pero durante la primera mitad del CD, éste está más dedicado a ambientar el peculiar universo ciberpunk de esa realidad informática paralela que a desarrollar sus posibilidades expresivas. Podríamos hablar de música funcional de primer nivel, aunque no parece nada del otro mundo. Luego empiezas a toparte con brillanteces de las que ponen la piel de gallina como Outlands, un ejercicio tan simple como sustituir un ritmo sintético bailable con una sección orquestal de violines al galope y añadirle una melodía minimalista muy épica, logrando al final una superposición de sinfonismo y estructura de bucle que podría recordar por momentos a Philip Glass.
El Discóbolo, versión 2010.
Adagio for TRON es música clásica de la de hace dos siglos, invadida sólo hacia la mitad por elementos de vanguardia -¿otra vez Glass al estilo Koyaanisqatsi?-, aunque tocando por momentos fibras de puro romanticismo decadentista, realmente estremecedor. End of Line, el siguiente tema destacado, es plenamente actual, e incluso contiene sonidos que podrían recordar a algún antiguo videojuego; y Derezzed, uno de los temas más difundidos del disco hasta el momento, contiene un ritmo inequívocamente bailable, aunque tan robotizado que seguramente encaja bien en el contexto de la película. En Fall volvemos a los clásicos, aunque distorsionados a lo bestia por un efecto electrónico que en salas de cine debe sonar de lo más peculiar. Con la luminosa y evocadora Solar Sailer tenemos entre manos una pieza exquisita que podría emparejarse en filosofía con lo creado por Doldinger y Moroder para La historia interminable, un tema brillante. Damos un salto hasta Disc Wars para encontrar otro tema cósmico cuya segunda mitad hará las delicias de los nostálgicos de discos como Albedo 0.39, y un salto más hacia Arrival, muy correcto en su tono ambient.
Otra moto, también molona.
En Flynn Lives escuchamos el tema principal, el leitmotiv de Tron Legacy, sobre unos arreglos de orquesta in crescendo que se asemejan al portentoso tema final de El código Da Vinci de Zimmer. En TRON Legacy (End Titles) regresa este motivo musical con bastante acierto, aunque mucho más tecnificado, y mezclando de manera quizá un pelín ruidosa lo electrónico con lo orquestal. Finale es una especie de epílogo que va desde lo solemne de su inicio hacia un final triunfal del estilo de Aaron Copland más que del de John Williams.
Primer plano de Jorge Loren... del protagonista.
Daft Punk juegan con la estridencia de sus sintetizadores para marcar claramente las distancias entre los fragmentos clásicos del álbum y sus cortes más modernos, y quizá deberíamos esperar a ver la película para saber si hay algún significado en ello (¿máquina vs humanos?). Consiguen, desde luego, introducirnos en un mundo hipertecnológico que, en lo musical y de modo muy interesante, adquiere matices retro que lo enriquecen y le dan una vigencia creativa más amplia. Lo peor: cuando se agarran con uñas y dientes al estilo grandilocuente de Hans Zimmer a la hora de enfatizar los momentos épicos. Lo mejor: que todo lo demás roza la perfección.
Outlands, mi tema favorito del disco.
Vídeo oficial de Derezzed.
Yo creo que Daft Punk es un grupo muy sobrevalorado. En general tengo la misma opinión que tú sobre gran parte de la actual música electrónica de baile, lo que no quita que me gusten algunas, o incluso bastantes cosas...pero no Daft Punk. Creo que son repetitivos y poco imaginativos hasta hartarse. Y eso que tengo discos suyos (que por supuesto me arrepiento de haber comprado).
ResponderEliminarAunque no la he escuchado aún, me fío de tu criterio y estoy seguro de que esta banda sonora es estupenda, pero según cuenta Julián Ruiz en su blog, el mérito de la música orquestada recae en un tal Joseph Trapanese, al cual no conozco pero tú probablemente sí. Abajo te dejo el enlace. Abrazos.
http://www.plasticosydecibelios.es/daft-punk-y-su-soberbio-tron/
Pues sí, es muy buena (aunque, repito, a veces me suena un poco a Zimmer)y te la recomiendo. Personalmente, estoy completamente de acuerdo con lo que dice Julián Ruíz en el enlace que me has pasado, sobre todo en su opinión sobre las habilidades artísticas del dúo. Eso no quita que muchos músicos de bandas sonoras -especialistas en BSO, me refiero- acudan a orquestadores que den un toque "cinematográfico" a sus partituras, por lo que el hecho de que los de Daft Punk lo hagan no es ni raro ni da motivos para sospechar de su autoría en sentido estricto. Precisamente yo también apunto que no tenía al dúo electrónico en mucha estima, ni creo que la vaya a tener en el futuro aparte de por este disco en concreto. Pero que ese Joseph Trapanese haya intervenido en el disco, de forma decisiva o no, tampoco resta mérito a las composiciones de Daft Punk, y eso debe tenerse en cuenta en todo momento.
ResponderEliminarVoy a serte sincero del todo. Mientras me documentaba un poco para hablar del disco me he encontrado un montón de críticas hablando de la sospechosa autoría de Daft Punk, de que han puesto el nombre y poco más, en muchos casos en boca de fans que esperaban algo más en la línea habitual del grupo. Pero no les he dado crédito por dos razones: primera, que nadie era capaz de aportar datos concretos sino simple desconfianza; y segunda, que nunca he encontrado a críticos "oficiales" ni medios de comunicación profesionales que pusieran en duda la autoría del disco, por lo que he preferido dejar el tema a un lado y ceñirme al único hecho objetivo: lo que pone en su portada. Por supuesto, Julián Ruíz no miente cuando explica que el tal Trapanese aparece en los créditos, y ese es otro hecho objetivo del que debemos tomar buena nota. Pero mira, al final no nos va a hacer daño el que unos generalmente mediocres Daft Punk hayan hecho algo digno de elogio por lo menos una vez. Es incluso esperanzador.
Estoy completamente de acuerdo, lo importante es la calidad del producto final y no qué porcentaje de mérito tiene cada cual . De hecho, supongo que en la mayoría de los discos pop tanto el productor como los arreglistas tienen un peso muy grande en el resultado. Personalmente creo en la teoría de Julián Ruiz, pero eso no le resta al disco ni un ápice de su valor musical. Créeme que lo escucharé en cuanto pueda. Un abrazo.
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