1. Garden of Paradise (23:14)
2. Four Ever Rainbow (20:35)
Hace cosa de una semana pude escuchar por primera vez este disco de Steve Hillage, uno de los cabecillas de la llamada Escena de Canterbury y componente del grupo Gong. El de Canterbury fue un movimiento dentro del rock progresivo que se movía entre un tono jazzístico y ciertos matices folk que deslumbró a los aficionados más "cultos" de la música popular entre finales de los sesenta y principios los setenta, y suele citarse como la banda más emblemática a Soft Machine. La influencia de la Escena de Canterbury se deja ver tanto en los grupos que todo el mundo conoce del rock progresivo británico (Genesis, Yes, King Crimson) como en varias individualidades brillantes como Robert Wyatt, Kevin Ayers, Dave Stewart, Andy Summers y Karl Jenkins.
Steve Hillage
Steve Hillage, un músico extremadamente versátil e inquieto especializado en la guitarra, ha participado en obras muy dispares, desde álbumes de rock convencional hasta varias galas acompañando o sustituyendo a Mike Oldfield. Rainbow Dome Musick (1979) es quizá su trabajo más cercano a la clase de música que suelo comentar en este blog. ¿Y por qué? Pues porque se trata de un trabajo claramente new age, cósmico, con un poco del krautrock de los primeros Tangerine Dream, un mucho de Ash Ra Tempel y una importante influencia del ambient que Brian Eno estaba impulsando fuertemente desde pocos años antes. Ojo, no quiero decir que Rainbow Dome Musick sea un disco con demasiadas deudas artísticas, sino todo lo contrario. Es una obra prácticamente perfecta, de una frescura e inspiración máximas, con un Steve Hillage que me ha sorprendido como hacía mucho que ningún músico lo hacía; y las influencias que podemos rastrear en él sirven mucho más para otorgarle madurez y solidez estilística que para restarle méritos.
Imagen de la carpeta interior del álbum.
El álbum, tal y como reza en el interior de la carpeta, fue grabado con motivo de la celebración del festival Mente-Cuerpo-Espíritu en Londres. Creo que el propio título que se dio al festival ya nos pone sobre aviso de las connotaciones new age y relajantes que podemos esperar de la música compuesta para ambientarlo. También ayuda el que Hillage lo dedique "al espíritu universal de la síntesis new age". Colabora tanto en la composición como en la interpretación Miquette Giraudi, compañera de Steve Hillage en Gong y en lo sentimental, por aquel entonces al menos.
Rainbow Dome Musick consiste en dos piezas largas, una a cada lado del LP, ambas muy largas y meditativas. La primera, Garden of Paradise, comienza con unas cuantas notas de sintetizador sobre un fondo acuático y se va internando en un tapiz de texturas cósmicas de secuenciador que van y vienen, bucles electrónicos que producen una sensación de trance. A partir de su tramo central, Steve Hillage toca varios tipos de guitarra (eléctrica sobre todo) de forma muy efectiva, recordando -como dije antes- al estilo tan característico de Manuel Göttsching en los discos de Ash Ra Tempel. Suena también una campana tibetana, muy delicada, que aporta una guinda exótica al tema. La segunda cara del vinilo contiene Four Ever Rainbow (seguramente un juego de palabras, al sonar igual que Forever Rainbow, "arcoiris para siempre"), que se abre con las campanas tibetanas y se desarrolla con largas notas sostenidas sobre un fondo vibrante. Es una pieza, si cabe, más ambiental todavía que la de la primera cara.
Portada alternativa. Muchas ediciones de discos de vinilo en formato CD contienen
estropicios como este a modo de portada. ¿Qué tienen de malo las originales?
Pienso que Rainbow Dome Musick es el perfecto disco ambient y new age, primero por su invitación al bienestar y la ensoñación, y segundo porque está claramente bien trabajado y acabado en todos los sentidos, muy por encima de la mayoría de los discos new age que se publicaron en tromba en los ochenta, y que generalmente contaban con producciones pobres o sencillamente cutres. Admito que suelo ponerme pesado con la producción de los álbumes, y entiendo que no es en absoluto lo más importante, pero pienso que en estos géneros musicales es poco menos que la base, lo que diferencia un buen trabajo de uno mediocre, quizá porque al tratarse de trabajos instrumentales y poco "movidos" es muy fácil encontrarles fallos en cuanto a su sonido. Quizá pondría como única pega al álbum su fecha de publicación. Me parece que en Alemania estaban ya de vuelta de aquella forma de hacer new age cósmica, y que en 1979 no iba Steve Hillage a hallar la cuadratura del círculo, y aun así estamos indiscutiblemente ante una de las obras imprescindibles del ambient de todos los tiempos.
Un trocito de Garden of Paradise.