1. Taurus II (24:43)
2. Family Man (3:45)
3. Orabidoo (13:03)
4. Mount Teide (4:10)
5. Five Miles Out (4:16)
Mike Oldfield, quizá el artista instrumental más imaginativo y audaz que ha dado la música popular hasta el día de hoy, se encontraba en una disyuntiva importante al comenzar la década de los ochenta. En los setenta se había hecho enorme en lo que a popularidad se refería con sus cuatro grandes "opus" y había tanteado otros terrenos con Platinum (1979) y QE2 (1980), más cercanos estructuralmente al pop-rock que al sinfonismo de sus anteriores obras, y ahora se encontró con que su situación de artista idolatrado podía peligrar.
Mike Oldfield en una foto interior del vinilo de Five Miles Out.
Eran otros tiempos, ya pasada la avalancha punk y metida la música británica en la new wave, el pop facilito y meloso de comienzos de la década. El rock progresivo y similares eran rechazados abiertamente por los medios de comunicación que estaban más "en la onda", a causa de su obsesión por la grandiosidad y la perfección formal, y la tendencia popular era hacia los álbumes de canciones sueltas, no tanto hacia los trabajos conceptuales. Algunos de los grupos progresivos de más renombre, como Yes o Genesis, tuvieron que evolucionar hacia un sonido más sencillo y comercial, casi siempre para decepción de sus seguidores de toda la vida. Supongo que Mike Oldfield se dio cuenta de que tenía que decidir sabiamente: seguir en su línea instrumental, la de las largas suites, independientemente de que en ellas fuese introduciendo ritmos y arreglos más pop, o tirarse a la piscina y dedicarse a las canciones electro-pop que tanto gustaban. Entonces era un hombre bastante más cabal que hoy, y creo que tomó la mejor decisión posible, la de no renunciar a ninguna de las dos vías.
El interior de la carpeta del LP demuestra que Mike Oldfield había constituido
una formación más o menos permanente llamada "Mike Oldfield Group".
Una muestra perfecta de esta toma de decisiones se llama Five Miles Out y se publicó en 1982. La cara A es una suite tan larga como las de Tubular Bells (que seguía siendo un disco muy valorado y vendido, uno de los pocos supervivientes auténticos de los '70), y el resto del álbum contiene un poco de todo, desde un par de instrumentales de longitud dispar a un par de canciones bastante al alcance de cualquier chavalete que escuchase la radio entonces. Recordemos que el propio Mike Oldfield todavía tenía veintitantos.
Ilustración surrealista de la contraportada del álbum.
Five Miles Out ("A cinco millas") recibe su título a raíz de un incidente en el que Mike, que tenía licencia de piloto y una avioneta, se vio metido en una tormenta y se desorientó por completo, volando un rato a ciegas, hasta el punto de que consideró su supervivencia como un hecho casi milagroso. El tema homónimo del álbum contiene varias voces, la de la vocalista Maggie Reilly cantando y la del propio Mike gritando, en el segundo caso haciendo uso del vocoder. Me atrevería a señalar la gran influencia que debió tener el famosísimo tema de The Buggles Video Killed the Radio Star en la forma en que Oldfield compuso Five Miles Out.
La portada fue encargada a un pintor especializado en cuadros de aviones.
El álbum, no obstante, se abre con Taurus II, la secuela del Taurus I que se encontraba al inicio de QE2. No es habitual que un músico realice secuelas de temas dentro de álbumes distintos (se me ocurre únicamente el Larks Tongues in Aspic de King Crimson), pero Oldfield realizó tres partes de Taurus -su signo del zodiaco, por cierto- en tres álbumes consecutivos. Taurus II es sin duda la mejor parte, tanto por su duración como por su riqueza compositiva. Comienza como una pieza rock bastante agresiva y encontramos en ella de todo según va evolucionando, desde alguna tonadilla casi infantil hasta pasajes celtas y aventureros en la mejor tradición oldfiliana, inclusive una colaboración del gaitero Paddy Moloney de The Chieftains. Lo más destacable de la pieza es que Mike la concibe desde una óptica claramente rockera, con una batería muy sonora y arreglos típicos de su época. Puede imaginarse uno perfectamente a Mike y su banda tocando trocitos de Taurus II en alguno de los garitos de referencia de la movida madrileña.
El segundo tema del disco es Family Man, la primera canción totalmente pop que ha realizado Mike Oldfield en su carrera, tanto en estructura como en instrumentación. Luego hablaremos de ella en mayor detalle. Tras Family Man llega Orabidoo, eterno favorito de los fans del músico por su atmósfera mágica y llena de fantasía, constituyendo prácticamente un "opus" en miniatura. Adosada a Orabidoo está la canción Ireland's Eye, cantada por Reilly y con acompañamiento únicamente de la guitarra acústica, absolutamente exquisita. El álbum se cierra con Five Miles Out, aunque todavía queda la sorpresa de Mount Teide.
Orabidoo
Mount Teide (su título impreso originalmente, Mount Teidi, debe ser un error de imprenta que nunca se ha corregido en firme) se grabó tras una visita de Oldfield al Teide, en Tenerife, junto al batería Carl Palmer (de Emerson, Lake & Palmer), que después colaboraría en el tema. El ritmo de esta miniatura instrumental parece estar inspirado por las suaves vibraciones que el caminante experimenta al ascender hacia la cumbre del volcán.
Bellas imágenes del volcán canario con una versión en directo de Mount Teide,
incluida en el recopilatorio The Complete Mike Oldfield (1985).
incluida en el recopilatorio The Complete Mike Oldfield (1985).
Me he dejado Family Man para el final, precisamente por su importancia posterior. No sé si fue a raíz de este tema o de algún otro experimentillo anterior (¿I Got Rhythm?), pero la compañía Virgin se dio cuenta de lo bien que se le daba a Mike componer canciones, y durante el resto de la década estarían continuamente mangoneándole para que compusiera más éxitos poperos, en un tira y afloja bastante desagradable que daría lugar en última instancia a los dispares Earth Moving (1989), completamente vocal y pop, y Amarok (1990), un alucinante desparrame experimental.
Portada del single Family Man. La cosa iba de un señor casado al que abordaba
una dama un tanto buscona. Él ponía excusas ("soy un hombre de familia...").
Para empezar, este Family Man tuvo incluso una versión a cargo de otro grupo, mucho más malucha, que supuso un pelotazo en listas de éxitos inglesas y americanas. Five Miles Out tampoco funcionó nada mal como álbum, y al final Mike Oldfield se salió con la suya y le vendió la moto a todo el mundo. Y no creo que nadie pueda haberse arrepentido de aceptar la propuesta, ya que este disco es uno de los mejor valorados por los críticos y los admiradores de cuantos ha parido el instrumentista de Reading.
Vídeo oficial de Five Miles Out.
Un genio de la música popular del sigo XX. Mucha gente le conoce simplemente como "Ahhh sí, el del tubular bells", pero Mike es algo más que eso.. Gracias por mostrarnos su obra y a seguir así:)
ResponderEliminarGracias a ti, por comentar y animar. Bien haría el propio Mike Oldfield, por cierto, en darse cuenta de que ha hecho muchas más cosas que Tubular Bells. A veces parece olvidarse, y todo lo que saca últimamente suena "deudor" de lo de las campanas. Espero que no acabe convirtiéndose a sí mismo en un artista de un solo disco.
ResponderEliminarOtro de los grandes discos de Oldfield que aún tengo que comentar en mi blog, posiblemente su mejor trabajo de la década (Amarok inaugura los 90), aunque muchos tendrán otra opinión. Soberbio lo mires por donde lo mires, sin altibajos a pesar de combinar canciones con instrumentales, temas de 3 minutos o de más de 20.
ResponderEliminarComo bien dices, hay demasiado tufillo a campanas en todo lo que hace el bueno de Mike desde hace años, a ver si sorprende pronto con un nuevo disco (yo con eso ya estaría satisfecho, pues las genialidades estarán dentro sin duda).
Yo siempre he visto Amarok como una conclusión lógica de los ochenta, algo así como el momento creativo cumbre de la década en el que Mike explota y hace lo que le da la gana por primera vez en mucho tiempo. Queda Heaven's Open todavía como barrera frente a lo que vendría después, empezando por Tubular Bells II, la nueva compañía discográfica, etc. Es decir, que no puedo entender Amarok sin lo que fueron los ochenta (Islands, Earth Moving), pero sí puedo comprender Tubular Bells II sin Amarok, y por eso veo TBII como un reinicio en toda regla. Siempre he visto ahí la línea de corte, en el 92. Pero es mi opinión personal, Pepe, yo sé que tú el tema Oldfield lo manejas más a fondo que yo.
ResponderEliminarMuy interesante e comentario Conde. Es sin duda uno de mis tres discos favoritos de Oldfield, junto a Platinum y QE2. La de tiempo que habré pasado escuchando Taurus 2 mientras seguías la ficha del multipista que aparecía en la funda del disco:-)
ResponderEliminarNo termino de pillar la comparación con The Age Of Plastic, y mira que este último es un disco ue me conozco casi de memoria, por fue el primero que compré de pequeñito, y me ha acompañado ininterrumidamente desde entonces.
Por cierto, aprovecho la ocasión para invitarte a tí y a los lectores del blog a darle una oportunidad a alguno de los discos que grabamos en los 80 Grizz Volga, que éramos un grupete de música electrónica melódica que nunca llegamos a ser conocidos. Se pueden escuchar y descargar gratuitamente nuestros albumes en http://www.last.fm/music/Grizz+Volga y http://www.jamendo.com/en/artist/Grizz_Volga
Un abrazo en cualquier caso y enhorabuena por el blog!
Juan
Estupendo disco de Mike Oldfield, que como apuntas quiso contentar a todos. En mi caso sí lo consiguió, aunque prefiero QE2 y Crises, por compararlos con sus trabajos más cercanos en el tiempo. De este album siempre tengo el grato recuerdo del buen uso de la percusión. Y también la "demasiado pronta" versión de Daryl Hall & John Oates del "Family Man" (les debió de encantar).
ResponderEliminarPor cierto, no tenía ni idea del porqué del nombre del título. Como siempre muy buena tu reseña, un abrazo.