1. Lovely Head (3:49)
2. Paper Bag (4:05)
3. Human (4:36)
4. Pilots (4:29)
5. Deer Stop (4:06)
6. Felt Mountain (4:17)
7. Oompa Radar (4:42)
8. Utopia (4:18)
9. Horse Tears (5:10)
Creo que este es el disco menos "ortodoxo" del que he hablado hasta ahora en el blog. Llevo tiempo esquivándolo, pero me doy cuenta de que, pese a su pertenencia al mundo del pop indie -que generalmente no me gusta nada-, hay aquí planteamientos musicales que van un paso más allá de lo meramente moderno o cool, innovando y poniendo sobre la palestra sonidos que podríamos calificar de todo menos de convencionales.
Will Gregory y Alison Goldfrapp.
Alison Goldfrapp y Will Gregory grabaron Felt Mountain (2000), su disco de debut, nada más firmar su contrato con la productora Mute. Ha de entenderse que gran parte de la inspiración les llegó durante el propio período de grabación, por ejemplo a través de las sensaciones nada agradables que la vocalista Alison experimentaba en el bungalow que alquilaron en el condado británico de Wiltshire. Los temas son bastante oscuros, trágicos incluso, aunque siempre en el sentido más teatral del término. Nos dice la Wikipedia (si no existiera, deberían inventarla) que son como "cuentos inspirados por películas" (Oompa Radar, por ejemplo, se inspira en Callejón sin salida, de Polanski), mezclados con recuerdos de infancia de la cantante y letrista.
Imagen de la carpetilla del CD.
Hasta aquí la descripción objetiva del álbum, pero creo que será necesario un punto de vista más personal. Felt Mountain es un trabajo inclasificable, adscrito al pop-rock por el simple hecho de que hay una voz solista y los temas siguen la estructura más o menos tradicional de la canción pop de toda la vida. Pero los Goldfrapp demuestran que, musicalmente hablando, tienen la cabeza muy bien amueblada: encontramos arreglos grandiosos, propios del rock cósmico de antaño, o incluso de Kraftwerk y hasta del Vangelis de los setenta; reminiscencias de las bandas sonoras para westerns de Morricone, de los temas de James Bond de John Barry, o de películas de fantasía de Danny Elfman; aires de cabaret berlinés decadente y, sobre todo, una concepción de la canción como pequeña obra de arte cuidada al máximo en la que la instrumentación no es eclipsada por la voz principal, pese a que la segunda sea de muy alta calidad.
Imagen promocional de Felt Mountain.
Destaco, por encima de cualquier otro, el tema Utopia. Se trata de una especie de canción de amor en mitad de una distopía de ultraderecha tal y como la concebirían Orwell, Huxley o K. Dick, con lavados de cerebro y clonaciones a destajo.
Vídeo de Utopia.
Y el de Lovely Head.
Si a eso le sumamos un innegable sentido del espectáculo (sus puestas en escena son dignas del Peter Gabriel más desfasado de Genesis) y un interés constante por deleitar al oyente con una calidad de producción vanguardista y deslumbrante, nos daremos cuenta de por qué Goldfrapp está alcanzando unas cotas de popularidad que pronto les hará ser declarados "personas non gratas" en el submundo indie. Démosles una oportunidad a estos dos talentos que se salen del tiesto, y si todavía se pregunta alguien qué hace este disco en nuestro blog, escuchad:
Estupendo album del que sólo conocía el primer tema. Como bien dices, tiene una mezcla de muchas cosas, pero me agrada encontrar entre ellas ese aire de las pelis de James Bond de los 70. Curiosamente, me topé con la música de este dúo cuando curiosaba en una tienda de ropa en Madrid, mientras sonaba de fondo una canción que me encantó "Simone" (gracias Shazam), no pertenece a este album pero la recomiendo encarecidamente. Por cosas de la vida nunca me dio por indagar en su discografía. Gracias a tu entrada creo que será una buena idea. Por cierto, un acierto incluirlos en tu blog, una muestra más de lo cercano de nuestros gustos musicales.
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