1. Living in the Country (3:51)
2. Loreta and Desiree's Bouquet - Part 1 (4:04)
3. Loreta and Desiree's Bouquet - Part 2 (3:28)
4. Fragant Fields (4:01)
5. The Garden (3:07)
6. Spring Creek (4:08)
7. Lullaby (3:24)
8. Black Stallion (3:49)
9. Hummingbird (5:07)
10. Early Morning Range (2:59)
11. Living without You (6:01)
12. Goodbye Montana - Part 1 (2:14)
13. Corrina, Corrina (4:25)
14. Goodbye Montana - Part 2 (3:10)
15. Where Are You Now (3:20)
El pianista norteamericano George Winston es conocido por sus álbumes inspirados por la naturaleza, y sobre todo por los efectos que sobre ella produce la sucesión de las estaciones del año. Winston se debate entre la música clásica ("neo-clásica" llaman al género en el que se mueve) y la new age, aunque muchos de quienes escuchamos ambos estilos sabemos lo difícil que es distinguirlos o, peor todavía, establecer los límites. ¿Es más clásico un álbum musical por el hecho de consistir en solos de piano? ¿La new age se caracteriza necesariamente por el uso de sintetizadores y fondos flotantes o acuáticos? No tengo ni idea, y muchas veces pienso que quienes ponen las etiquetas a los lanzamientos de una y otra corriente se basan en criterios más personales que objetivos. Pero vayamos al grano.
George Winston
Summer (1991), quinto disco en la carrera de George Winston con el subtítulo de de "Solo Piano" es un disco perfectamente definido por la fotografía de su portada: evoca el verano como una época de luminosidad lechosa, de florecimiento y optimismo. Le vienen a la cabeza a uno muchas imágenes bellas cuando escucha los temas de Summer, desde paseos de infancia en pantalón corto a despreocupados juegos en la calle, pasando por bailes a media tarde en fiestas de pueblo, todo siempre lejos del mundanal ruido y de los quehaceres del resto del año. Muchos de los temas son composiciones propias de Winston, mientras que otros son obra de gente como Pete Seeger, Randy Newman o Carmine Coppola.
Hay una gran inocencia en las piezas de Winston, un tipo que consigue tal efecto envolvente con sus teclas que bien podríamos estar hablando de un disco "ambient". Otros trabajos suyos son efectivos a la hora de recrear atmósferas melancólicas (no en vano tiene obras muy célebres sobre el otoño y el invierno), pero incluso cuando nos sumergimos en los cortes más meditativos de Summer nos encontramos, como mucho, tumbados despreocupadamente bajo un árbol, escuchando el crujir de las hojas al entrechocar unas con otras con la brisa, esperando a quedarnos dormidos y echar la siesta hasta que nos apetezca.
Una edición especial de Summer.
Si hay que destacar algún tema, teniendo en cuenta que el disco es sólido y no contiene hojarasca, podríamos quedarnos con Living in the Country, que añade un toque inevitablemente americano a las reminiscencias infantiles de las que hablaba (perfecta ambientación para una aventura de Tom Sawyer y Huckleberry Finn, por ejemplo), como también lo logra el remoto saborcillo jazzístico de Lullaby, Corrina, Corrina y alguna otra. Con Hummingbird vemos volar nerviosamente a los colibríes; y con las dos partes de Goodbye Montana ya no nos cabe duda de que esto es plenamente una fantasía country. No voy a extenderme más, porque el disco es muy bueno y se defiende solo. Perfecta compañía para los días de calor que se nos vienen encima.