1. Main Title (Theme from 'Jaws') (2:22)
2. Chrissie's Death (1:39)
3. Promenade (Tourists on the Menu) (2:46)
4. Out to Sea (2:26)
5. The Indianapolis Story (2:23)
6. Sea Attack Number One (5:23)
7. One Barrel Chase (3:04)
8. Preparing the Cage (3:23)
9. Night Search (3:29)
10. The Underwater Siege (3:31)
11. Hand to Hand Combat (2:32)
12. End Title (2:24)
(Nótese que este álbum ha sido reeditado con material extra)
En 1975, un joven director semidesconocido llamado Steven Spielberg (famoso por un par de capítulos de Colombo y, sobre todo, por realizar la magnífica El diablo sobre ruedas) se decidió a adaptar el best-seller de Peter Benchley, Tiburón, a la gran pantalla. Contando con un trío de buenos actores como protagonistas y con un escualo de goma no demasiado impresionante, se las arregló para que aquel año ningún americano se metiese en el agua de la playa de turno tan cómodo como otras veces. Tal y como sucedería con otro experimento arriesgado poco después, La guerra de las galaxias, gran parte de la responsabilidad a la hora de dar carácter y empaque a la cinta recayó en el compositor John Williams. Aquí, un vídeo impagable sobre su importancia.
John Williams por aquellas fechas.
Fue precisamente al realizar esta banda sonora para Tiburón (Jaws) cuando John Williams dejó claro que lo suyo es alcanzar unas cotas increíbles de compenetración entre película y banda sonora, quedando casi siempre las imágenes de la primera encadenadas en el inconsciente colectivo a las notas que Williams compone en la segunda. ¿Y quién no recuerda esas dos notas -sólo dos notas- amenazantes, urgentes, in crescendo, que presagian el ataque del terrible tiburón blanco que hace estragos en la idílica Amity Island?
Portada y contraportada del álbum original.
Decíamos que el tiburón no era precisamente para tirar cohetes, ni el presupuesto de la peli muy alto, ni Spielberg un cineasta de larga experiencia, pero se consiguió dotar a la ambientación de un toque clásico que lo deja a uno pegado a la silla todavía hoy. Casi se procura sustituir al tiburón por las sensaciones que despierta su presencia, mucho más efectivas. Williams ya había trabajado con Midas una vez, en Loca evasión, película con buenas críticas y nula taquilla, desarrollando una música algo sosa, con un toque rural no especialmente destacable. Pero aquí el músico acude a referencias mucho más universales: La consagración de la primavera, la revolucionaria obra maestra de Igor Stravinsky, extrayendo de la misma su carácter primitivo, irracional y brutal; y aunque no se mencione tan a menudo en referencia a Tiburón, la estupenda banda sonora creada por Bernard Herrmann para Psicosis (1960), donde con una nota repetida decidimos finalmente poner mamparas en la ducha en vez de cortinillas; e incluso, según la Wikipedia (tú hablas, yo obedezco) un tema incidental del Bambi de Disney, que ilustra la presencia de un cazador al que no vemos, seguramente tras la desdichada madre del cervatillo.
Portada de la edición en CD con la banda sonora completa.
¿En qué consiste la magia de este "tema del tiburón"? El encargado de tocar la tuba en la grabación original, Tommy Johnson, preguntó a Williams si no será mejor usar un instrumento más sonoro, pero el compositor defendió su decisión explicando que buscaba un efecto más amenazador, añadiría yo que casi subliminal, ya que lo verdaderamente importante en la pieza no es la pieza en sí misma, sino sobre todo el silencio que se hace justo cuando ésta está a punto de empezar a sonar. Es el primer toque de tuba el que nos recorre el espinazo, porque sabemos que el bicharraco está a punto de engullir a un par de bañistas.
Escena de la película.
En cuanto al resto de la partitura, decir que no hay muchos más temas principales, aunque la música adquiere un sonido melódico y agradable cuando suena junto a imágenes "amables" (la gente en la playa, el jefe de policía con su mujer, el final feliz acompañado por el tema End Title etc.) mientras que tiende a volverse desordenada y caótica, mucho más propia de las tendencias del siglo XX, cuando la amenaza del animal se hace palpable. Hay también alguna variación sobre el tema principal, como One Barrel Chase, bastante aventurera. La verdad es que, ya antes del sinfonismo extremo de la saga Star Wars, podíamos ver que Williams estaba decidido a revitalizar ese estilo plenamente clásico de crear música para el cine comercial, cosa que estaba en cierto desuso a finales de los sesenta y principios de los sesenta, cuando se preferían sonidos más pop-rock o, en cualquier caso, cosas no tan convencionales (pensemos en el enfoque semi-folclórico de El Padrino, por ejemplo, o en el estilo algo más mínimo de Love Story).
¡Esa manoooo!
John Williams ganó el Oscar aquel año, y la banda sonora es de sobra conocida. Pero no está de más retomarla una vez más, degustar su morbillo ominoso y darnos cuenta de lo tremendamente influyente que sigue siendo. El siguiente corte, Main Title / First Victim corresponde a la más reciente edición:
Preciosa entrada amigo. Una gran banda sonora de una película que todavía me sigue trayendo recuerdos preciosos de aquel verano. Muchas gracias.
ResponderEliminarDe nada, hombre, el placer es siempre mío cuando saco del cajón estas cosillas y tengo el gusto de escucharlas otra vez para hacer la crítica. Por cierto, ¿qué opinas tú, más experto que yo, sobre la aportación de John Williams a la música clásica actual?
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