1. Symphony of the Forest (4:44)
2. Mysterious Island (3:40)
3. Lady of Dreams (8:17)
4. A Drop of Silence (2:56)
5. A Passage of Life (8:00)
6. Agreement (6:31)
7. Dream of Chant (3:53)
8. Magical Wave (3:06)
9. Symphony of Dreams (5:44)
10. Island of Life (9:41)
Masanori Takahashi, de nombre artístico Kitaro, es considerado por muchos como uno de los nombres más grandes de la música new age de carácter electrónico. No he tenido tiempo de conocer su trayectoria al completo, aunque me he aproximado a la misma seleccionando varios álbumes de distintas fechas, a fin de -por lo menos- entrever los derroteros por los que se ha ido moviendo artísticamente. Resulta que, a diferencia de lo que suele sucederme con otros amos y señores del gremio, son sus discos "menos puristas" los que más me gustan.
Lady of Dreams
Me refiero a que Kitaro funciona mejor cuando mezcla sus sintetizadores con el sonido de una orquesta sinfónica, cosa que debió comenzar a suceder poco antes del lanzamiento de este Dream en 1992. El Kitaro puramente electrónico me resulta muy artificial: su sintetizador suena a sintetizador, en el mal sentido de la expresión. Su estilo como teclista nunca ha estado lo suficientemente tamizado por una producción que suavice la fría tecnología que utiliza en las grabaciones, y su escucha es más árida que la de otros artistas new age. Dream, sin embargo, confirma que Kitaro es mucho mejor artista de lo que yo mismo pensaba tras escuchar discos a mi juicio insulsos como los de su saga Silk Road. Las cuerdas clásicas están perfectamente integradas con sus artefactos electrónicos, formando un todo sólido que aporta madurez al álbum.
Symphony of the Forest
Dream cuenta, además, con temas vocales. Tan solo en un tema anterior a este disco utiliza Kitaro una voz solista (aparte de coros y tal), y es nada más y nada menos que la de Jon Anderson, que como todos sabemos es vocalista de Yes y colaborador en varias ocasiones de Vangelis Papathanassiou. Anderson es tan afín a la espiritualidad meditativa new age como Kitaro, por lo que el dúo es muy efectivo, y su encuentro musical en aquel punto de sus carreras, de algún modo, fue inevitable. Tentado me veo de comparar las intervenciones del cantante en Dream con las realizadas en la formación Jon and Vangelis, aunque desisto de hacerlo, ya que la voz de Anderson es tan peculiar que, incluso sin querer, el sonido sería muy parecido. Y tampoco voy a recrearme en aquello de que "Kitaro es el Vangelis oriental", porque no creo que sea verdad.
Contraportada del CD.
Entrando ya en los temas, los títulos de los mismos son claramente místicos y de connotaciones ecologistas y pacifistas. Symphony of the Forest es bantante impresionante, una especie de obertura clásica con arreglos de ese sintetizador característico de Kitaro. La inquietante Mysterious Island es algo inferior, ya que su producción en el último tramo suena muy enlatada. Lady of Dreams es el primer tema en el que interviene Jon Anderson, y el más conocido del disco, con una bonita melodía bien llevada por ambos. El piano de A Drop of Silence suena realmente bien, y los coros (aunque de nuevo enlatados) cumplen eficientemente con su cometido. El músico griego se vislumbra en algún momento. A Passage of Life es un tema muy en la línea típica de Kitaro, perfectamente reconocible y parecido a sus melodías para Silk Road, aunque mejor. Agreement es otro tema cantado, para mi gusto no muy inspirado y con una guitarra eléctrica que no le pega demasiado. Dream of Chant, en el que Anderson hace unos coros, es de lo mejor del disco; un tema que parece dispuesto a convertirse en una pieza house en cualquier momento. Magical Wave se sustenta en sonidos tradicionales del sureste asiático y en interesantes percusiones. Symphony of Dreams recuerda a un buen adagio clásico, muy orquestal con trompetas y todo. El álbum concluye con Island of Life, un tema optimista -demasiado largo quizá- con Jon Anderson al timón.
Foto trasera del libreto del CD.
Kitaro se recrea en sus cosas, como siempre. Mucho sonido tecnologizado, coros enlatados y grandilocuencia new age con regustillo a "relax" y "autoayuda". Sin embargo, el disco posee muy buenos momentos que lo hacen merecedor tanto de respeto como de una escucha atenta. Creo que es de lo mejor que ha dado el japonés. Y ojo, porque también existe una edición con alguna variación en los temas que han retitulado como Lady of Dreams:
He leído la entrada y a mi modesto entender ni falta ni sobra una coma. Es exactamente lo mismo que opino yo. Por más que me empeño, (y le pongo ganas) no le acabo de sacar punta a este músico. Sin embargo, Dream, es algo grandioso, imponente. Un saludo y enhorabuena.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo, Dream es una obra excelente. Lamentablemente se escucha poco en los recitales de Kitaro.
ResponderEliminarMirando en retrospectiva los álbumes anteriores, e incluso los posteriores, Dream es un álbum tan hermoso y fuera de lo común, que no parece de Kitaro.
Nuestro bienamado compositor abusa de los toques tecla por tecla (no sé cómo se llama, porque de teoría musical soy neófito), sin ahondar en acordes. Pero en Dream, se notan acordes en todo momento. Incluso, es el único álbum que tiene tres canciones, interpretadas por la genial voz de Jon Anderson. Sólo Dream y Queen Millenia (corríjanme si me equivoco) cuenta con canciones cantadas por voces humanas, con letra. Luego, sobresale The light of the spirit, con ese tarareo hermoso que Kitaro, al llevarlo al escenario, reemplaza por el dulce sonido de la armónica.
Sin embargo, debo ser un poco duro con este genio de la música new age. Y es que, luego de Mandala, sus trabajos posteriores han perdido el brillo y la estridencia, de las que nos había acostumbrado. Ya no encuentro en sus composiciones ese "viaje intergaláctico" por paisajes espaciales, tanto del micro, como del macrocosmos.
Sus melodías han perdido esa genialidad que expresan álbumes como el comentado, Dream, Tenku, The light..., Kojiki o Mandala.
Hoy no compraría un álbum de Kitaro.
Déjenme hacer catarsis.