1. Shepherd Moons (3:46)
2. Caribbean Blue (3:59)
3. How Can I Keep From Singing? (4:25)
4. Ebudae (1:55)
5. Angeles (4:01)
6. No Holly for Miss Quinn (2:43)
7. Book of Days (2:55)
8. Evacuee (3:50)
9. Lothlórien (2:07)
10. Marble Halls (3:55)
11. After Ventus (4:06)
12. Smaointe... (6:08)
Hay quienes hablan de algo a lo que llaman "música de Enya" cuando quieren referirse genéricamente a la música new age del montón, blanda, fácil y dulzona, con coros o cánticos en plan céltico-tribal. Esto demuestra dos cosas: una negativa, que el grueso de la música new age pertenece a la irregular industria de los herbolarios y homeópatas, y otra que Enya, para bien o para mal, es famosa a un nivel aplastante. Para bien, porque Enya es a la new age lo que Vangelis y Jarre a la electrónica, máxima difusora y cabeza de cartel; y para mal, porque esta buena mujer lleva un tiempo estrujando su clásica fórmula como quien pretende sacar diez vasos de zumo del mismo medio limón. Si bien parece que de la ajada cáscara siguen cayendo sabrosas gotas, hay que admitir -aun siendo un admirador como yo- que le va haciendo falta un poco más de riesgo.
Pero no tienen razón quienes digan que Enya siempre ha hecho lo mismo, y aquí es donde entramos a valorar este Shepherd Moons (1991), continuación -que no secuela- de Watermark (1988), e igualmente exitoso a nivel de ventas y reconocimientos. Si Watermark suponía la aproximación de Enya a una multitud de conceptos exóticos y coloristas, Shepherd Moons plantea un viaje distinto: al mundo de los sueños, al de las leyendas y al de la noche como cobijo de misterios. El universo femenino y el gusto por lo invernal también tienen aquí su espacio.
Imagen de la contraportada.
La estructura del disco es parecida a la de su predecesor: un tema instrumental que funciona como introducción, seguido del tema estrella del disco, y a continuación una serie de cortes de ritmo y contenido variable. Puedo equivocarme, pero noto que Shepherd Moons incide un pelín más en la utilización de coros y voces superpuestas, tanto en las canciones como en los temas instrumentales, mientras que Watermark equilibra más la voz con los teclados, y los temas instrumentales no dependen tanto de la voz de la cantante como de su piano. Quizá la diferencia esté simplemente en que Shepherd Moons se trata de un álbum más trabajado.
Portada del single Caribbean Blue.
El tema introductorio, Shepherd Moons ("Lunas pastoras") es una invitación al sueño, una especie de nana. Al final del mismo podemos escuchar los cencerros de un lejano rebaño. Caribbean Blue, el tema más comercial del álbum, es de los mejores de la artista, muy melódico y elaborado a nivel de producción. El vídeo fue realmente bonito.
How Can I Keep from Singing? ("¿Cómo iba yo a dejar de cantar?") va en la línea de la Enya más minimalista, la de los temas lentos que dependen de la expresividad de su voz por encima de cualquier otro aderezo sonoro. Al parecer, se trata de un tema espiritual cuáquero.
Ebudae recuerda a los temas de The Celts, bastante tribal y primario en su concepción. Angeles es otro tema lento, no tan íntimo como How Can I Keep from Singing?, pero con un notable solo de oboe en su segunda mitad. En No Holly for Miss Quinn tenemos a la Enya del piano solista, no especialmente memorable pero de alta calidad. Book of Days viene a ser el equivalente a Storms in Africa, un segundo single instantáneo, utilizado en la banda sonora de Un horizonte muy lejano (junto a una partitura de John Williams), una no muy afortunada película con el Cruise y la Kidman que le valió a la Enya una nominación al premio Razzie a la peor canción. Pienso que esta clase de premio se otorga más para vengarse de las películas que como afrenta al músico de turno, pero ahí queda eso para los amantes de las anécdotas.
Portada del single Book of Days.
Evacuee me parece uno de los temas más adultos que ha realizado Enya en su carrera, tanto por su perfecta atmósfera como por un uso sutil de la trompeta (o una pequeña banda, más bien) que suena a himno trágico. Lothlórien es una muestra inequívoca del amor de la cantante y compositora hacia las obras de J.R.R. Tolkien. Lothlórien es, en El Señor de los Anillos, el bosque imperecedero donde reinan Galadriel y Celeborn, soberanos de los elfos, y Enya logra perfectamente transmitir eternidad y majestuosidad con este breve instrumental. Marble Halls es toda una sorpresa, una nana un tanto oscura pero maravillosa que remite de un modo asombroso al mundo de la infancia y su inocencia. En Evacuee pudimos escuchar tímidamente su famosa melodía.
Y la de Marble Halls.
After Ventus es sobre todo un ejercicio de virtuosismo polifónico, loable aunque no necesariamente una obra maestra. Finalmente, Smaointe... es el recordatorio (por si a alguien se le olvidaba) de que Enya es irlandesa y celta, con una estupenda melodía en gaélico y una gaita que cobra pleno protagonismo. Chapeau.
Ya que me he puesto, le he dado unos retoques a la entrada de octubre sobre "Watermark", con un par de vídeos nuevos y un poco más de texto.
ResponderEliminarTienes toda la razon. Enya, desde hace tiempo, se empeña en hacer el mismo disco una y otra vez. Una pena. Con el paso del tiempo me ha dejado de interesar. Simplemente los escucho de pasada. Este fue el ultimo disco de ella que me gustó MUCHO realmente (mas que Watermak).
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo, hace bastante tiempo, más o menos desde "The memory of trees" del 95, que dejó de interesarme Enya por cansina y empachosa. Pero soy un gran defensor de "Shepherd Moons" y sobre todo de "Watermark", que me parecen discos frescos, originales y bellos, magníficamente producidos. Si, como dicen sus detractores, eso es música para la consulta del dentista (o del homeópata), pues bendita consulta.
ResponderEliminarWatermark es para mí el mejor albúm jamás creado de Enya.
ResponderEliminarGuarda una sutileza emprendida de principio a fin.
El gótico, barroco inclusive el canto gregoriano se muestra muy evidentes.
Que raro extrañar en realizar más este tipo de trabajos en la discografía de esta entrañable artista.
Sus últimos trabajos con muy densamente superficiales y se pasan de delicadeza.
Cansina mucho y se aburre con facilidad.
Shepherd Moons es un gran disco, de lo mejor de su carrera musical.
ResponderEliminarPor otro lado es cierto que enya no ha cambiado su estilo y parece a primera vista que todos sus discos son iguales. Pero si los analizamos detenidamente, veremos que hay ciertas diferencias entre ellos. Buen review!