Si prácticamente cualquier edición revisada, remasterizada y con nuevo diseño de portada que se publica actualmente va destinada a complacer sólo al coleccionista, el nuevo lanzamiento de Amarok de Mike Oldfield se tira de cabeza a hacer las delicias de los afectados por el síndrome de Diógenes. Debe ser ínfima la cantidad de compradores de este ítem que verdaderamente le quiten el plástico y lo pongan a girar en el tocadiscos. ¿Y por qué? Porque Amarok (1990) es un álbum ideado desde el minuto uno para ser escuchado de un tirón. Es un único tema musical de 60 minutos sin interrupción, ideado así adrede por varios motivos, que se ajustaba perfectamente al formato físico dominante cuando salió a la venta (sí, el CD) y que hoy también puede disfrutarse de manera parecida en versión digital (mp3, flac, etc.).
No se les ha ocurrido mejor idea que lanzar Amarok en LP y a media velocidad, con lo que la pieza original de una hora queda troceada en cuatro cachos, o sea, en dos vinilos. Se supone que Mike Oldfield en persona ha dado el visto bueno, pero no veo a este hombre amarrando el velero y bajando por la pasarela hasta el puerto para rubricar la mutilación de su obra. Si ya fue todo un atraso la primera versión en vinilo, en la que hubo que partir Amarok por la mitad, el nuevo invento es un despropósito. ¿Qué tal un lanzamiento en Bluray, Dolby Atmos, surround 5.1 o algo por el estilo, si de verdad querían celebrar el 35 aniversario del álbum con algo que mereciese la pena?
Como gancho para el fan acrítico, la publicidad promete arte conceptual expandido. Si está en la línea del nuevo título en la portada, que tira por tierra aquella tipografía que parecía formada por piezas de metal reales en favor de una horterada digital feísima, por mí se lo pueden ahorrar. La moda del vinilo se nos ha ido de las manos, y es que una estupidez como la que nos ocupa apenas puede justificarse como una broma anti-establishment en la línea de lo que supuso el propio Amarok a nivel compositivo. Sólo falta que un audiófilo analice el vinilo una vez se publique y descubra que, como tantas otras veces, no es más que un "transfer" de la versión digital del álbum.
No entiendo lo de pasar una pieza musical a media velocidad. El resultado solo puede ser algo estomagante.
ResponderEliminarNo concibo esto. Ni siquiera ese atentado contra la tipografía. Es algo incomprensible. No sé para se molestan en perder tiempo con esas cosas, pero huele a la típica "idea de camionero" (con perdón para los camioneros) de pensar que hoy en día las personas son más imbéciles y a lo mejor no entienden el título original. Pobre Tom Newman, con la salud que tiene que a estas alturas le den estos disgustos...
ResponderEliminarLo de a mitad de velocidad es por un tema de cortes para que salga más preciso pero el disco sonará como siempre y serán 4 caras de LP de 15 minutos. Hecho de menos una edición en CD que sí la habría comprado si viniera Amarok en 4 partes ya que una parte de una hora es un rollazo escucharlo jeje. Todo esto (LPs y CDs) es material para frikis, ya el mercado es streaming y lo demás tontería. Pero qué somos nosotros sino unos frikis jeje. Un chaval de 20-25 años ni sabe quien es Oldfield ni compra cd´s y menos LPS jeje.
ResponderEliminarVoy a comentar aquí mismo lo del Triunvirato. Esa es una idea bastante consistente si hablamos dentro de un estilo general y amplio como la New Age. Yo antes pensaba así pero ahora no tanto, hay tantos músicos y tan buenos que creo que lo mejores es disfrutarlos todos y no encasillarse, no pensar tanto es estilos y sí más en músicos que crearon marcas de maravillosas piezas de poder instrumental; Alan Parsons Project, Pink Floyd, Supertramp, Enigma, Enya, Peter Gabriel, Kraftwerk, Tangerine Dream, Schiller. En menor medida pero también la música disco de los años 70 con Moroder-Donna Summer, Boney M., Abba, Bee Gees, etc... Europop de Sandra, Modern Talking, Axul y Negro, etc. Y a veces escucho cualquier cosa para ampliar conocimientos musicales.