Este señor puede estar contento de que todavía se acuerden de él en algunas grandes ocasiones, y no porque haya hecho nada para dejar de merecerlo, sino porque a menudo parece que las autoridades que organizan determinados eventos prefieren tirar de juventud aunque sólo sea por atraer la atención de los medios. Mucho de lo que viene haciendo Jean-Michel Jarre desde el cambio de siglo -ya un poco lejano- suscita polémica entre muchos de sus seguidores, pero hay que admitir que el prestigio de sus conciertos apenas parece haberse resentido. Versailles 400, además, creo que es un trabajo que puede gustar a todos sus fans, ya que no renuncia al sonido bailable de disc-jockey de los últimos años y al mismo tiempo reivindica su toque clásico con unos cuantos temazos de los de siempre.
Al igual que en aquella nochevieja de 2020 a 2021 en la que Jarre realizó un concierto virtual desde la catedral de Notre-Dame, en esta ocasión han llamado al de Lyon para celebrar los 400 años del palacio de Versalles, antigua residencia oficial de los reyes de Francia. Fue el 25 de diciembre pasado (día de Navidad), y no sabemos si el álbum, que está disponible sólo en formato digital desde el 23 de febrero, se editará en físico como ocurrió con el anterior concierto en la catedral, que dio lugar al CD y bluray Welcome to the Other Side unos meses después. Este último que menciono es uno de los álbumes de Jarre que me niego a adquirir por una cuestión de amor propio (ni siquiera he conseguido escuchar más de dos o tres temas en YouTube, de tan espantoso como me resulta), pero el de Versalles sí podría acabar en mi estantería.
Tampoco es que este nuevo álbum sea la repera, pero se diría que Jarre ha querido dar aquí la de cal donde antes dio la de arena. Creo que comienza de la mejor manera posible, haciendo que nos preguntemos qué obras exquisitas podría brindarnos este señor si le diese por experimentar un poco más. Versailles 400 se abre con Le Château, una estupenda revisión electrónica-retro de un tema del ballet cómico Le burgeois gentilhomme (1670), que sirve como divertida y elegante antesala, muy a lo Wendy Carlos en La naranja mecánica. Temazo.
No es que Epica Oxygene sea gran cosa -típico remix años 90 que sólo reutiliza unas notas repetidas del Oxygene 4 original-, pero no funciona mal. Después suenan The Opening (tema de Equinoxe Infinity que también se recuerda por la participación de Jarre en el festival de Coachella), ortodoxos remixes de Oxygene 2 y Equinoxe 4 al estilo de los escuchados en el recopilatorio A.E.R.O. (2004), una acertada remezcla modernizada de Equinoxe 7, y los temas Industrial Revolution, Part 2 y Chronologie 6 tal como los recordamos de los álbumes originales. Este último aparece como Chronology, a secas.
En la recta final escuchamos varias piezas de publicación más reciente, como The Architect, una remezcla de Zero Gravity, Falling Down, y Stardust, todos del proyecto Electronica (2016), y entre ellos se cuela también Oxygene 19. No todos estos últimos temas son los mejores que podían escogerse de estos últimos años (¿Por qué no algún tema más de Equinoxe Infinity?), pero tampoco son los peores si se busca un espectáculo en vivo un poco cañero. Lo dicho: Versailles 400 no es ni por asomo una obra imprescindible, pero oye, contiene unos cuantos buenos momentos de los que agradecemos los fans de largo recorrido.
Ahora nos queda hacernos una interesante pregunta: ¿Participará Jarre en la inauguración/clausura de los Juegos Olímpicos de París el próximo verano? Ojalá.
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ResponderEliminarNo hay músico que dé mas controversia a sus fanboys que Jarre. Los músicos afines todos han sido más o menos lineales, Oldfield cambió sensiblemente en los años 90 pero lo de Jarre fue radical. Jarre pasó de ser una figura sobresaliente dentro del género de la música contemporánea a ser un completo dj. Más controversia y confusión puede dar que cuanto más mayor se hace, más es su convencimiento y compromiso con la juventud y todo el movimiento dj, el llamado imperiazo dj jeje. Lo que hace en Versailles es montarse una discoteca y aqui sigue la controversia: un primer grupo casi puede pensar que esto es un sacrilegio mientras otro segundo grupo, entre los que me incluyo, piensa que queda bien este Jarre evolucionado mirando hacia la juventud. Jarre es un visionario y hace tiempo, en su Metamorfosis, visionó que la musica electrónica iba ser la mayor revolución artístico-musical de la historia y que alinearse de forma contundente con este movimiento es vital para su interés y pasar como pionero y fundador supremo y absoluto del movimiento. Y es que Jarre nunca se ha visto dentro de la música contemporánea, seguramente viendo en otra de sus visiones futuristas que la supervivencia del movimiento contemporáneo puede llegar pronto a su fin. Jarre la clavó con Eon y la AI y es que su visión es tan profética que la verdad da miedo. Si Jarre es dj es porque siente dentro de su ser que es un dj y que el imperiazo dj es un hecho muy perdurable en el tiempo, quizás por todo este siglo. A ver si termino mi libro jeje.
ResponderEliminarBuenas tardes Conde. Quería aportar en el mensaje que eliminé (hice una mención sin querer que ya figuraba en la piblicación) que sí que hay un tema de Equinoxe Infinity, precisamente The Opening, que además del concierto en el festival de Coachella, formó parte del recopilatorio Planet Jarre y del disco Equinoxe Infinity. En cuanto a este tipo de conciertos, no me gustan ni musical ni visualmente. Un saludo!
ResponderEliminarTienes razón, David. He corregido ese dato sobre The Opening. Ya decía yo que me sonaba pese a no haber escuchado el recopilatorio Planet Jarre.
ResponderEliminarDisco innecesario, al igual que Welcome to the Other Side de hace 2 o 3 años.
ResponderEliminarTodavía es reciente su Oxymore, tal vez su disco más arriesgado, experimental y atrevido desde Zoolook, así que no se pierde la esperanza de nos vuelva a sorprender en próximos discos.