jueves, 17 de noviembre de 2022

Jean-Michel Jarre - OXYMORE


1. Agora (1:34)
2. Oxymore (4:46)
3. Neon Lips (4:28)
4. Sonic Land (6:02)
5. Animal Genesis (5:46)
6. Synthy Sisters (3:21)
7. Sex in the Machine (5:46)
8. Zeitgeist (3:07)
9. Crystal Garden (4:10)
10. Brutalism (4:42)
11. Epica (5:26)

No creo que este blog tenga suficiente público como para que la opinión que emitamos sobre el nuevo álbum de Jarre tenga una especial trascendencia, pero sí que contamos con lectores selectos y bien formados que seguramente querrán conocer mi valoración. Pocos pero sibaritas, y yo que me alegro. Voy a tener que decepcionar a casi todo el mundo, no obstante, ya que Oxymore (2022) no me ha despertado un especial entusiasmo pero tampoco me ha hecho montar en cólera, ni mucho menos.

Jean-Michel Jarre

Oxymore es una nueva propuesta sonora del músico francés, un homenaje a su compatriota Pierre Henry. Nunca hay que olvidar que Jarre en persona estudió en el estudio de Pierre Schaeffer, fundador del GRMC (Groupe de Recherche de Musique Concrète) y gran gurú junto a Henry de la música concreta como género definido. Jarre dedicó su enorme Oxygene 7-13 -que cada vez anda más cerca de ser mi favorito de entre sus discos- a Schaeffer, por lo que un homenaje a su colega Pierre Henry, en teoría, es bastante apropiado.

Pierre Henry (1927-2017)

Pierre Henry se ha hecho hoy más conocido de lo que había sido en el pasado gracias a la famosa sintonía de la serie animada Futurama, que es una adaptación de un tema suyo, y habría sido tentadora la idea de un álbum de Jean-Michel que reprodujese este enfoque tan simpático y lúdico del estilo de Pierre Henry, pero en realidad Oxymore se quiere parecer más bien a los trabajos de música concreta más crudos de este. En su día eran futuristas, hoy son de estilo retro.

Diseños conceptuales para la promoción de Oxymore.

Para explicar de manera breve y sencilla qué es eso de la música concreta os remito a una entrada que le dediqué hace tiempo, pero por resumir diremos que es una forma de creación artística que utiliza sonidos no necesariamente musicales (samples de procedencia diversa), manipulados electrónicamente o no, y ensamblados de manera original, para crear experiencias únicas, tan irrepetibles como el momento en que se grabó cada una de las pequeñas partes que las componen.

Un tráiler del disco.

Creo que Jarre es honrado a la hora de aproximarse a estos experimentos de la música concreta en Oxymore, en el sentido de que de verdad intenta emular estas atmósferas extrañas, agresivas, a veces frías pero intrigantes, con una lógica interna más propia de las matemáticas que del lenguaje musical. Jarre ya había realizado algún experimento cercano al género, por ejemplo en su primitivo single La Cage / Erosmachine (1971), y es obvio que siguió inspirándose en la música concreta en otras muchas piezas, desde algunos cortes de transición de sus álbumes clásicos a verdaderas maravillas como su álbum Zoolook (1984), puro sampleo convertido en colorido e imaginación desbordantes, que es una de sus obras maestras.

Portada del primer single, Brutalism

No obstante, y me temo que voy a repetirme respecto a lo ya dicho en entradas anteriores sobre sus álbumes posteriores al año 2000, Jean-Michel Jarre no puede evitar forzar la máquina para seguir subrayando con rotulador fosforito de punta gorda su transformación de compositor electrónico cósmico en DJ fiestero tipo Tomorrowland. Sé que a muchos nos habría encantado escuchar un álbum muy parecido a este mismo Oxymore en el que el Jarre épico y vibrante de antaño hubiese mezclado su idiosincrasia personal con la música concreta de Pierre Henry, en lugar de limitar su aportación como homenajeador y no solo "reciclador" a unos ritmos de baile feos y repetitivos que introduce aquí y allá como para vertebrar algunos de los cortes. Es de esperar que estos ritmos se explotarán extensivamente en futuros conciertos virtuales.

Brutalism

Entiendo que el trabajo de ingeniería para lograr un efecto binaural nítido es notable, y que el juego con los sampleados al estilo de la música concreta ortodoxa es digno de un músico con la categoría y la amplia experiencia de Jarre, pero me temo que, salvo por lo escrito en la portada (el nombre del músico y el título del álbum, que recuerda de manera poco ocurrente al sobadillo Oxygene), apenas hay nada en Oxymore que nos haga pensar que es un álbum de Jean-Michel Jarre y no de uno de tantos artistas semidesconocidos que -a mucha honra, por supuesto- buscan hacerse un nombre en Bandcamp con obras electrónicas de todo tipo.

Epica

Pero el álbum no está mal, sobre todo si se tiene curiosidad por saber qué hacían aquellos músicos raros, como de laboratorio de ciencias, y acercarse a sus sonidos de manera accesible, de la mano de un artista consagrado que sabe cómo hacerlo llegar al público para que lo entienda hasta el más novato. Hay fragmentos muy interesantes, atmósferas irreales que resultan inevitablemente atractivas. Oxymore es Jarre con una bata blanca y una tiza en la mano, con una intención loable y con todos los medios técnicos a su alcance, pero al final muchos de sus seguidores de siempre tendremos la certeza de que, otra vez, está enseñando una asignatura que no es la suya.

jueves, 3 de noviembre de 2022

Se reeditan los conciertos en China de Jarre.

Este año se celebra el 40 aniversario de la publicación del doble álbum de Jean-Michel Jarre que recogía sus conciertos en China de 1981. Te dirán en los programas más tontos de la tele que fue alguna banda pop de segunda fila, pero que no te engañen: el primer músico occidental que tocó en China tras la trágica Revolución cultural fue Jarre. Se supone que escucharon los conciertos, emitidos en directo por la radio, unos 500 millones de personas.

El logo de la gira.

En un país en el que se buscaban los tres pies al gato respecto a qué era capitalista, antirrevolucionario y similares, hasta el piano de toda la vida se consideraba un instrumento decadente propio del podrido mundo occidental. Pero parece que las autoridades chinas ponían música de Jarre (futurista, proletaria, no decadente) en la radio para dar una sensación impostada de aperturismo entre la propia población, y a alguien en la ONU / UNESCO se le ocurrió la idea de que el artista francés aceptase la invitación para realizar unos cuantos conciertos que trasladasen esta propaganda al resto del mundo. Las conversaciones preparatorias fueron arduas y los aspectos técnicos -y económicos-, casi desastrosos.

El músico francés, en una imagen promocional de la época.

En este estupendo artículo de Julián Ruiz se explica al detalle la odisea de llevar la música electrónica de Jean-Michel Jarre a China en cinco conciertos (dos en Pekín y tres en Shanghai). Para resumir, diremos que la mayoría del público estaba allí por obligación y se largaba en cuanto podía, que Jarre y sus colaboradores se gastaron un pastizal para poder regalar entradas a gente que de otro modo no podía pagar ni la mísera entrada que exigía el régimen, que los barrios cercanos a los auditorios se quedaban sin luz para poder alimentar el aparataje electrónico del francés, y que el sonido general de los conciertos, en condiciones técnicas a menudo precarias, fue nefasto.

Cartel anunciador chino.

El álbum The Concerts in China, o Les Concerts en Chine, se publicó en 1982. No digo que esta información no esté por ahí disponible, pero en principio resulta difícil saber cuánto del material auténtico grabado en China está realmente plasmado en el doble disco. Desde luego, suena a grabación en directo, pero hay quien asegura que gran parte del álbum, quizá la mayoría, habría sido "cocinada" en un estudio al regreso de Jarre a Francia. Lo que sí circula por ahí son las grabaciones originales del audio de los conciertos, que difieren de lo incluido en el álbum, así como los vídeos oficiales sobre la aventura del músico en China, casi totalmente dependientes de pistas de sonido montadas con posterioridad a las imágenes que vemos.

La versión real, grabada de la radio china, de Fishing Junks at Sunset no suena tan mal...

Con todo, The Concerts in China es un título fundamental de la música electrónica de su época y de todos los tiempos, tanto por el dinamismo general del sonido del álbum, realmente arrollador, como por la inclusión de al menos dos temas tipo single que tuvieron mucha repercusión: Orient Express y Souvenir of China, el segundo de los cuales es uno de los infaltables en casi cualquier concierto y recopilatorio posterior del artista.

Una parte del vídeo oficial de la gira. 

El próximo 25 de noviembre se reedita The Concerts in China, en principio con el mismo contenido musical (entiendo que remasterizado a más no poder) pero con nuevo material fotográfico para coleccionistas y nostálgicos. En vinilo, CD y formato digital. No me vuelve loco volver a comprar lo que ya tengo, pero un nuevo estuche conmemorativo bonito y bien diseñado siempre es un capricho agradable.

Portada del álbum de 1982.