1. Morning Prayer (Asa No Inori) (6:31)
2. Moro-Rism (2:42)
3. New Wave (Aratanaru TabijiTabiji) (2:51)
4. Cosmic Energy (Uchu Enerugii) (8:09)
5. Eternal Spring (Inochi No Izumi) (5:00)
6. Moonlight (3:46)
7. Shimmering Horizon (Hikari To Kage) (2:55)
8. Fragrance of the Nature (Shizen No Kaori) (6:48)
9. Innocent People (Mujaki) (3:48)
10. Oasis (6:30)
La portada podría pasar por una ilustración de la revista ¡Despertad!, pero aquí tenemos uno de los álbumes esenciales de la new age, digno de estar en cualquier discoteca básica del genero que se precie. Su autor, Kitaro, ostenta en algunos círculos el equívoco epíteto de "el Vangelis oriental", que bien podría ser ofensivo para ambos artistas.
Kitaro (de su página oficial www.kitaro.live)
Lanzado en 1979, se considera que Oasis es el trabajo en el que Kitaro afianza su sonido personal, las líneas maestras de su estilo. Éste podría definirse como electrónica "pura" a base de sintetizador, destacando sobre todo su afán melódico y meditativo. En efecto, este Oasis es un álbum que corre el riesgo de parecer monótono, plano, en una primera escucha superficial; y es que, como decíamos antes, estamos ante música new age tal cual podría figurar en un diccionario: delicada, relajante y concebida a conciencia para no resultar excesivamente llamativa. Se necesita más de una escucha para llegar a apreciar su verdadera carga atmosférica y el elegante y sutil empleo de los sintes.
Los temas de Oasis están enlazados en un continuum, más mediante sutiles "fades" (fundidos) que haciendo evolucionar las melodías. Kitaro va alternando -aunque no estrictamente- temas tipo himno como Morning Prayer, Eternal Spring o Shimmering Horizon con otros muy rítmicos y cósmicos como Moro-Rism, Fragrance of the Nature o la segunda mitad de Cosmic Energy, muy Tangerine Dream. Sorprenden los momentos más atmosféricos, como Moonlight, la homónima Oasis o Innocent People y su sonido de sitar.
Los temas de Oasis están enlazados en un continuum, más mediante sutiles "fades" (fundidos) que haciendo evolucionar las melodías. Kitaro va alternando -aunque no estrictamente- temas tipo himno como Morning Prayer, Eternal Spring o Shimmering Horizon con otros muy rítmicos y cósmicos como Moro-Rism, Fragrance of the Nature o la segunda mitad de Cosmic Energy, muy Tangerine Dream. Sorprenden los momentos más atmosféricos, como Moonlight, la homónima Oasis o Innocent People y su sonido de sitar.
Morning Prayer
Cosmic Energy
En aquellos milagrosos años setenta se hacía mucha y muy buena música electrónica, y este Oasis podría haber entroncado directamente con trabajos algo más tempranos en la línea de la música cósmica alemana a lo Ash Ra Tempel (hay que decir que el gurú Klaus Schulze fue mentor de Kitaro en sus inicios como solista), si bien hay un punto de sofisticación y apertura de miras que ya va sonando a años ochenta. No muy alejado en su sonido, y menos en las fechas (creo que trabajó paralelamente en ambas), alcanzaría el japonés su máximo estrellato con su siguiente obra, la música para el documental del mismo título Silk Road (1980).
Contraportada de una edición en CD.
Con el paso de los años, la larga discografía de Kitaro nos ha dado trabajos muy diferentes, fuese con temas cantados, arreglos para orquesta sinfónica y, en general, piezas con un carácter más espectacular y en una vertiente de la new age más neo-clásica. Pero aquí y allá siempre vuelve a acudir a sus dulces melodías aflautadas, las que más de una vez se identifican con lo asiático en la cultura popular, lo mismo en un hipermercado que en un restaurante chino. Y no es menosprecio, me encanta la comida oriental. Es un gran disco, de la clase que premia al oyente paciente.
Pues habrá que oirlo. Siempre he tenido un poco de rechazo a la música de este hombre. Solo tuve un disco, uno que hizo con Jon Anderson como vocalista en alguna parte, y no me convenció mucho. En fin, lo dicho, habrá que darle otra oportunidad.
ResponderEliminarPues si no te ha gustado el maravilloso Dream ni te molestes.
EliminarPara mi es uno de los discos fundamentales del japonés. Cierto es que algunos sonidos son un poco "duros" pero, sin lugar a dudas, existen algunos pasajes de él verdaderamente maravillosos (Shimmering Horizon...) Lo dicho, un disco totalmente recomendable y fundamental en la discografía de este excelente compositor. Marca el verdadero inicio de su propio estilo único.
ResponderEliminarEstaba buscando por el buscador de google musica nueva del 2018 y he llegado a tu blog, es TOP, me ha gustado tu contenido, nosotros hemos lanzado un videoclip con bastante calidad hace muy poco tiempo, si quieres puedes verlo a ver que te parece. Un cordial saludo !!! Nueva Musica 2018: Nuevo Videoclip - Mix 2018 Urban Music
ResponderEliminarKitaro es un teclista que, sin ser completamente de mi agrado, me trae buenos recuerdos de cuando empezaba a escuchar música electrónica a mediados de los 80. Creo que la etiqueta de "new age" se la han encasquetado por ese afán de etiquetar que tienen los distintos medios. Nunca me compré un disco del japonés, aunque sí tengo varios temas grabados en cinta de antiguos programas de radio. Creo que este es un autor, como pocos, que se copia a sí mismo hasta la saciedad, por lo que mi interés por indagar en su música no terminó de cuajar nunca. Aunque este "Oasis" está bastante bien, he de reconocerlo. Me ha encantado encontrarlo en tu blog y así revisitar su música, que, por cierto, hacía tiempo que no escuchaba.
ResponderEliminarAlguna vez se le preguntó a Edgar Froese (Tangerine Dream) que si su música era New Age, y él respondió con desagrado que detestaba que los encasillaran en ese género. Toda esa gama de grupos o solistas emergidos de finales de los 60s y 70s no tenían contacto con esa tendencia de cultura probiótica que derivó en el New Age como corriente musical. Tal es el caso de Kitaro, al igual que Vangelis, o Tangerine Dream, o incluso el mismo Jean Michel Jarre, o el hermoso minimalismo de Mannheim Steamroller (Fresh Aire). Parece que muchos “musicologistas” estaban esperando el advenimiento de un movimiento que adoptara ciertas características con similitudes a estos geniales grupos o solistas para encuadrarlos en el redil del New Age, mismo que se solidifica a mediados de los 80s. Considero una falta de respeto aglutinar tanto a Kitaro como a los otros mencionados en el New Age. Más centrados en el Rock Progresivo Electrónico de donde parten sus verdaderas raíces. En tanto, Oasis, el álbum del citado japonés, me parece una genialidad de principio a fin. A mí me transmite un sinnúmero de emociones, y hasta ciertos momentos angustiantes. Sé que Kitaro se ha vuelto un maestro del “autorreciclaje” en su propia música, pero ha ofrecido genialidades con sus obras.
ResponderEliminarFelicidades por el Blog
El Kitaro de los 70 hasta Silk Road 2 es extraordinario. No dejo de escuchar los discos de esa época.
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