1. The Heart of Noise, Pt. 1 (con Rone) (4:26)
2. The Heart of Noise Pt. 2 (4:10)
3. Brick England (con Pet Shop Boys) (4:01)
4. These Creatures (con Julia Holter) (3:40)
5. As One (con Primal Scream) (3:58)
6. Here for You (con Gary Numan) (3:59)
7. Electrees (con Hans Zimmer) (4:10)
8. Exit (con Edward Snowden) (6:19)
9. What You Want (con Peaches) (3:27)
10. Giselle (con Sebastien Tellier) (3:43)
11. Switch on Leon (con The Orb) (4:43)
12. Circus (con Siriusmo) (3:09)
13. Why This, Why That and Why (3:58)
14. The architect (con Jeff Mills) (4:43)
15. Swipe to the Right (con Cyndi Lauper) (4:54)
16. Walking the Mile (con Christophe) (4:52)
17. Falling Down (3:23)
18. The Heat of Noise (The Origin) (2:39)
Desde que me puse a escuchar Electronica 2 por primera vez y tuve que dejarlo a la mitad porque me moría de aburrimiento, he estado pensando si merecía la pena ponerme a despotricar contra uno de mis ídolos musicales de siempre. Sé que esta clase de artista tiene, por una parte, un fandom enormemente fiel que le defenderá haga lo que haga, y otro sector "talibanizado" que no perdona los errores o las extravagancias, y que siempre sale a relucir a base de pataleos cada vez que el músico en cuestión no les sirve en bandeja un clásico digno de su mejor época. Yo no pertenezco a ninguno de los dos grupos, y debe ir por delante mi deseo sincero de que este disco satisfaga a tanta gente como sea posible. Mis impresiones son solamente mías. Y que conste también que sigo teniendo la esperanza de que Jarre vuelva a sorprendernos en el futuro con algo de verdad digno de él.
Si queremos ponernos en la piel del músico, es cierto que no se puede satisfacer a todo el mundo. No puedes volver a tu propio sonido de hace décadas, porque te fallarías a ti mismo como artista y no ofrecerías nada nuevo a tus fans más bienpensantes. Tampoco puedes hacer algo radicalmente distinto (un disco de rancheras, por ejemplo) porque no sería coherente con tu carrera. Creo que solamente puede enfocarse un nuevo álbum, llamándote Jean-Michel Jarre, si vas a perseguir una de dos metas posibles: impresionar a tus seguidores fieles con un trabajo que suene muy tuyo, pero novedoso, creativo y fresco; o captar a nuevos fans, gente joven que después descubra tu música a la inversa y se interese por el conjunto de tu carrera. En teoría, ambas metas son compatibles. Pero el mayor problema de The Heart of Noise es que no tiene público-objetivo, lo que en inglés llamaríamos "target audience". No puede cumplir ninguna de sus metas.
No va a gustar a sus seguidores más exigentes porque el sonido personal de Jarre es difícil de apreciar salvo que hagamos una labor de rastreo concienzudo. Las estructuras de la mayoría de temas se han simplificado hasta la planicie total, las melodías son -en general- pobres y repetitivas, y la coherencia y cohesión del álbum entendido como obra unificada es inexistente. La intro y el epílogo instrumentales y cósmicos son, en lo que se refiere a este último aspecto, o bien anecdóticos o bien una estafa en toda regla. En el primer caso, The Heart of Noise, Pt. 1, estamos ante el mejor corte de todo el proyecto (incluyendo ambos álbumes), o al menos el que más se parece a lo que Jarre podría estar haciendo actualmente de haber mantenido una continuidad con su carrera pre-año 2000. Le ayuda, o más bien le viene a rescatar, la visión elegante y clasicista de Rone. Empezar el álbum levantando esas expectativas para luego tirarnos de cabeza a una vorágine digna de una rave playera es querer tomarnos el pelo. El epílogo, que viene a ser una maqueta "terminada" del mismo tema introductorio, no aporta mucho respecto al primero, y si se trata en realidad de la primera piedra del proyecto, no se comprende por qué evolucionó de manera tan distinta.
The Heart of Noise, Pt. 1
Trasera.
No va a gustar a sus seguidores más exigentes porque el sonido personal de Jarre es difícil de apreciar salvo que hagamos una labor de rastreo concienzudo. Las estructuras de la mayoría de temas se han simplificado hasta la planicie total, las melodías son -en general- pobres y repetitivas, y la coherencia y cohesión del álbum entendido como obra unificada es inexistente. La intro y el epílogo instrumentales y cósmicos son, en lo que se refiere a este último aspecto, o bien anecdóticos o bien una estafa en toda regla. En el primer caso, The Heart of Noise, Pt. 1, estamos ante el mejor corte de todo el proyecto (incluyendo ambos álbumes), o al menos el que más se parece a lo que Jarre podría estar haciendo actualmente de haber mantenido una continuidad con su carrera pre-año 2000. Le ayuda, o más bien le viene a rescatar, la visión elegante y clasicista de Rone. Empezar el álbum levantando esas expectativas para luego tirarnos de cabeza a una vorágine digna de una rave playera es querer tomarnos el pelo. El epílogo, que viene a ser una maqueta "terminada" del mismo tema introductorio, no aporta mucho respecto al primero, y si se trata en realidad de la primera piedra del proyecto, no se comprende por qué evolucionó de manera tan distinta.
The Heart of Noise, Pt. 1
Siguiendo con el razonamiento de las dos metas, toca decir que Electronica 2 tampoco va a gustar a nuevos y jóvenes oyentes, sencillamente porque los jóvenes que escuchan tecno bailable no tienen pajolera idea de quiénes son los artistas que lo hacen, y sobre todo, no les interesa lo más mínimo saberlo. Ni compran CDs ni se los bajan legalmente. Es más, podemos estar seguros de que el mundo hipster detesta, con su pose cínica, a aquel Jarre comercial y mainstream de los conciertos láser ochenteros, con lo que un Jean-Michel sesentón convocando a estrellas actuales debe ser objeto de chistes en teterías y tiendas de ropa usada de todas partes. Admitámoslo: el tecno de garito es, a nivel artístico y creativo, un erial poco soportable si lo sacamos de su funcionalidad como ambientación del ocio nocturno. Entérese, señor Jarre: ¡Es un género distinto al que usted cultivaba! ¡DISTINTO!
Clip oficial de Exit.
Electronica 2: The Heart of Noise tiene un par de buenos momentos además del ya comentado, algunos inclusos dignos del Jarre que todos conocemos. Ahí está The Heart of Noise, Pt. 2, una versión algo más plana y rítmica de la introducción, que en todo caso cumple con su papel. Ahí está Exit, el tema grabado para enmarcar unas palabras del coyuntural Edward Snowden, que nos recuerda a alguna pieza nerviosa y enérgica del Jarre clásico. Ahí está Switch on Leon, colaboración con The Orb en una interesante línea ambient con theremin incluido, dado el homenaje a su creador Leon Theremin. Y hay incluso alguna pieza que, sin sonar demasiado a Jarre, cumple bien con su cometido: These Creatures, con Julia Holter, muy en la onda de Laurie Anderson; Why This, Why That and Why, con Yello y unos bonitos fondos cósmicos, que se disfruta pese a la voz cavernosa que estorba muchísimo; y sobre todo Brick England, muestra inequívoca de que los Pet Shop Boys sí han sabido mantener sus esencias de siempre sin renunciar a la innovación.
Fuera de lo comentado, ya podemos tener pilas nuevas en el mando a distancia, porque vamos a machacar el botoncito para cambiar de canción. El primer bodrio del disco nos lo sirve Primal Scream con su As One, digna de un botellón a maletero abierto, o de los coches de choque de las fiestas de Alcorcón hace diez años. Después viene Here for You, en la que Gary Numan, por muy icono de modernidad que sea, canta como un gato amordazado bajo la ducha. Electrees, con Hans Zimmer, que levantaba lógicas expectativas, es un truñaco aburridísimo en el que ni escuchamos a Jarre ni escuchamos a Zimmer. Se la podían haber ahorrado, porque es una decepción rotunda considerando a los implicados. Es un ejemplo claro de cómo ha conseguido Jarre que sus colaboradores resten en lugar de sumar.
What You Want, con Peaches, es intolerable del todo, a no ser que estemos de verdad implicados en el rollo urbano hiphopero a palo seco. Giselle, con Sebastien Tellier, no suena tan mal si nos olvidamos de la existencia de unos alemanes llamados Kraftwerk, que hacían lo mismo pero mucho mejor. Podría ser un pobre intento de Jarre para volver a figurar en vueltas ciclistas. Circus, con Siriusmo, podría reproducirse en bucle durante horas por la megafonía del Zara antes de que alguien se diera cuenta. Pienso que Jeff Mills y The Architect no son lo peor del disco, aunque el simple hecho de que no se me ocurra nada más que comentar al respecto no es buena señal. Enervante es Swipe to the Right, hasta el punto de que no he sido capaz de escuchar entera todavía esta plomiza canción de Cyndi Lauper. Y cuando crees que Electronica 2 ha tocado fondo con Christophe y Walking the Mile, todo un pestiño depresivo e interminable, llega la guinda: un terrible artista llamado Jean-Michel Jarre que colabora con otro que se llama igual, pero sin guión entre Jean y Michel, dando como resultado la pieza más plana, gris y estéril de todo el trabajo: Falling Down.
Electronica 2, haciendo balance general de lo dicho, podría quedarse en un 50/50 entre lo bueno y lo malo, pero hay que considerar que lo "bueno" es más bien "aceptable", y lo "malo" es en realidad "terrible". Durante sus primeros diez minutos, el nuevo trabajo de Jarre llega a ser ligeramente superior a Electronica 1: The Time Machine, un disco en cualquier caso llamativo, con golosinas de sabor efímero que echarnos a la boca. Pero después de un rato, y salvo por pequeños destellos de inspiración muy dispersos, el álbum que nos ocupa es, sin ninguna duda, lo peor que ha publicado el francés en toda su vida. Ahora tocará, me temo, esperar otro montón de años para que Jarre vuelva a sorprendernos con el anuncio de un nuevo trabajo. Por lo menos, espero que sepamos a qué atenernos, porque el proyecto Electronica ha sonado a punto sin retorno.
Brick England
Fuera de lo comentado, ya podemos tener pilas nuevas en el mando a distancia, porque vamos a machacar el botoncito para cambiar de canción. El primer bodrio del disco nos lo sirve Primal Scream con su As One, digna de un botellón a maletero abierto, o de los coches de choque de las fiestas de Alcorcón hace diez años. Después viene Here for You, en la que Gary Numan, por muy icono de modernidad que sea, canta como un gato amordazado bajo la ducha. Electrees, con Hans Zimmer, que levantaba lógicas expectativas, es un truñaco aburridísimo en el que ni escuchamos a Jarre ni escuchamos a Zimmer. Se la podían haber ahorrado, porque es una decepción rotunda considerando a los implicados. Es un ejemplo claro de cómo ha conseguido Jarre que sus colaboradores resten en lugar de sumar.
Electrees
What You Want, con Peaches, es intolerable del todo, a no ser que estemos de verdad implicados en el rollo urbano hiphopero a palo seco. Giselle, con Sebastien Tellier, no suena tan mal si nos olvidamos de la existencia de unos alemanes llamados Kraftwerk, que hacían lo mismo pero mucho mejor. Podría ser un pobre intento de Jarre para volver a figurar en vueltas ciclistas. Circus, con Siriusmo, podría reproducirse en bucle durante horas por la megafonía del Zara antes de que alguien se diera cuenta. Pienso que Jeff Mills y The Architect no son lo peor del disco, aunque el simple hecho de que no se me ocurra nada más que comentar al respecto no es buena señal. Enervante es Swipe to the Right, hasta el punto de que no he sido capaz de escuchar entera todavía esta plomiza canción de Cyndi Lauper. Y cuando crees que Electronica 2 ha tocado fondo con Christophe y Walking the Mile, todo un pestiño depresivo e interminable, llega la guinda: un terrible artista llamado Jean-Michel Jarre que colabora con otro que se llama igual, pero sin guión entre Jean y Michel, dando como resultado la pieza más plana, gris y estéril de todo el trabajo: Falling Down.
Falling Down
Electronica 2, haciendo balance general de lo dicho, podría quedarse en un 50/50 entre lo bueno y lo malo, pero hay que considerar que lo "bueno" es más bien "aceptable", y lo "malo" es en realidad "terrible". Durante sus primeros diez minutos, el nuevo trabajo de Jarre llega a ser ligeramente superior a Electronica 1: The Time Machine, un disco en cualquier caso llamativo, con golosinas de sabor efímero que echarnos a la boca. Pero después de un rato, y salvo por pequeños destellos de inspiración muy dispersos, el álbum que nos ocupa es, sin ninguna duda, lo peor que ha publicado el francés en toda su vida. Ahora tocará, me temo, esperar otro montón de años para que Jarre vuelva a sorprendernos con el anuncio de un nuevo trabajo. Por lo menos, espero que sepamos a qué atenernos, porque el proyecto Electronica ha sonado a punto sin retorno.
Esta vez discrepo bastante. Creo que estamos ante un muy buen disco con un nivel de producción muy alto en el que se ha cuidado muchísimo el sonido, algo que siempre ha caracterizado a Jarre. En mi opinión, la inmensa mayoría de los temas están muy trabajados. El meollo de la cuestión está en que Jarre ya no tiene la capacidad para crear el solito un disco como cualquiera de los anteriores al año 2000, y por eso se ha rodeado de colaboradores que han dado como resultado estos Electrónica bastante decentes.
ResponderEliminarOxygène 3 ?
EliminarYo si coincido en casi todo lo que dices y me apena mucho hacerlo, es tristisimo oir el nuevo trabajo de Jean Michel Jarre y sentir que ya no queda ni una pizca del sonido que le caracterizara. Ahora, al menos los Pet Shop Boys se mantienen en plena forma, es la cancion que mas me ha gustado del album y la que me parece mejor, aunque no estoy muy seguro gracias a quien...
ResponderEliminarHola, buenas tardes:
ResponderEliminarEn primer lugar saludo te saludo de la manera más cordial posible. Sigo tu blog desde hace tiempo, y es la primera vez que escribo. Soy fan de la música electrónica que publicas, en especial de Jean Michel Jarre, Tangerine Dream, Vangelis, Kraftwerk, entre muchos otros.
Con respecto a "Electronica 2", me deja una sensación como lo mencionas de un 50/50, y me considero seguidor fiel de los trabajos de Jean Michel desde que lo escuchara por primera vez hace 23 años. Coincido contigo en que muchos de los temas en el proyecto "Electronica" no son de mi agrado (en especial los temas de los artistas más comerciales, entiéndase Cyndi Lauper, Armin van Buuren, Peaches,Little Boots, etc), en especial por conocer el estilo que lo caracteriza y la innovación que representó en sus años más fructíferos el unir su concepción del arte visual y arquitectónico con la música.
Por otro lado, y gracias a conocer a otros artistas que son leyendas del género, así como los incipientes artistas que poco a poco van surgiendo, no podemos negar que uno de los rasgos más característicos de Jean Michel Jarre (en especial por el cual aún lo sigo considerando mi ídolo) es el hecho que siempre se ha atrevido a conocer y experimentar con las tendencias de la música electrónica de cada época así como los nuevos equipos, instrumentos o herramientas de producción.
Quizás este efecto de 'disco extraño' lo pudo haber tenido "Métamorphoses" en su tiempo, más cuando cundía la idea del nuevo milenio y porque su música no acostumbraba las letras o los duetos, o por ejemplo "Téo & Téa" en su estilo techno, cuando venía de celebrar el lanzamiento de sus discos y eventos en vivo con tecnología Surround 5.1; obviamente éstos son preferibles y de inicio a fin que cualquiera de los dos de "Electronica", y ciertamente esperaría el estilo clásico, experimental y vanguardista, pero condenar este nuevo proyecto simplemente porque no es el "Jarre clásico" sería ir en contra de lo que yo considero su mejor acierto o su mejor cualidad: dejarse llevar, o entender, o dar cabida a la tendencia de la música electrónica de cada época.
Un Jarre que no convence, muy distante a su estilo pasado y original, como dice ud espero que vuelva con una última obra maestra.....
ResponderEliminarUn Jarre que no convence, muy distante a su estilo pasado y original, como dice ud espero que vuelva con una última obra maestra.....
ResponderEliminarDesde luego no te hagas pasar (uno de mis ídolos musicales de siempre) esta claro que no lo eres. solo pretendes parecerlo.
ResponderEliminarMe has descubierto, Jose. Qué clase de seguidor es uno que no besa el suelo que pisa su ídolo y consume sus productos con una sonrisa y sin plantearse su calidad?
ResponderEliminarSaludetes.
Bueno reconozco que soy de los grandes admiradores de Jarre, de los de siempre, desde que lanzo Oxigène en el 76, entonces tenia 15 años en esta época,opino que un artista debe evolucionar en su creatividad y no estancarse en una única linea, ya compuso maravillas durante toda su carrera y creo que a estas alturas puede permitirse salir de "siempre lo mismo", porque haga lo que haga nunca lloverá a gusto de todos, como siguiera siempre en su linea entonces saldrán comentarios diciendo que no sabe hacer nada mas, le falta creatividad siempre lo mismo, el aburrido de Jarre nunca saca nada nuevo ni diferente ect, y si lo hace también algunos lo despreciaran que es malo, asi que me parece bien que como artista se relaje y componga lo que le viene en gana, y es eso lo que hace, porque es un veterano que ya poco importa lo que piense la gente, y hace lo que quiere como quiere y cuando quiere.
ResponderEliminarSe me paso decirte (Magnifico tu Blog)
ResponderEliminarHola:
ResponderEliminarPregunto a los que habéis oído el tema Electress con Hans Zimmer... el principio de este tema, ¿no os suena muy igual o parecido al tema "The True Spirit of mon & Dad" del músico Ray Lynch?