1. Overture (2:57)
2. An Incident (0:53)
3. Clear All Moorings (1:39)
4. Assassination (4:45)
5. Surrender for Peace (2:46)
6. Death of Gorkon (1:10)
7. Rura Penthe (4:22)
8. Revealed (2:38)
9. Escape from Rura Penthe (4:22)
10. Dining on Ashes (1:00)
11. The Battle for Peace (8:03)
12. Sign Off (3:13)
13. Star Trek VI Suite / End Credits (6:18)
Aquel país desconocido (1991) es el título de la última película de Star Trek en la que el protagonismo recae sobre el reparto original de la serie de los años sesenta. Con arrugas en las arrugas y, sobre todo, con la impresión de que la anterior entrega (La última frontera) había sido un tropezón demasiado doloroso, Kirk, Spock y su gente necesitaban cerrar sus aventuras con una última película que dejase a sus millones de fans con un buen sabor de boca.
Con la idea de redefinir la saga, nada menos en un momento en el que ésta podía estar llegando a un punto muerto, se buscó la inestimable ayuda del director Nicholas Meyer, que había hecho un gran trabajo en La ira de Khan, para que intentase rizar el rizo. Y creo que lo consiguió, ya que Star Trek VI es una de las mejores, si no la mejor película, que ha dado la franquicia si exceptuamos el espectacular recomienzo de J. J. Abrams muchos años después. Tensa, absorbente y con una estupenda percepción de su propia trascendencia, la película narra el episodio capital en el que la Federación se dispone a firmar -por fin- la paz con el Imperio Klingon con la ayuda de una crepuscular tripulación del Enterprise que desea dejar tras de sí un legado imperecedero de cara al futuro de la humanidad. La paz, el futuro, aquel país desconocido.
Cliff Eidelman (www.examiner.com)
Nicholas Meyer, que seguramente contaba con poco menos que carta blanca para tomar la decisión que le diese la gana siempre que no fuese económica, pensaba utilizar el clásico Los planetas de Holst (y parece que también El pájaro de fuego de Stravinsky) como banda sonora para la película, contando en todo caso con algún músico colaborador que realizase adaptaciones amoldables a cada escena. Comprobando que los derechos de la obra eran carísimos, Meyer se resignó a contratar un compositor convencional de cine, y tuvo la idea -no sabemos si por la negativa de Horner y Goldsmith- de ir a buscar novatos a la puerta del colegio. Le enviaron varias maquetas, y terminó quedándose con la de un tal Cliff Eidelman, que parecía haber captado bastante bien, ya desde su primer esbozo en bruto, la atmósfera intrigante y oscura de la película.
Portada de la edición expandida.
La apuesta por Eidelman fue arriesgada, ya que suponía ignorar completamente el bien establecido tema central de Jerry Goldsmith, a pesar de que la nueva serie de Star Trek la había puesto otra vez de moda en la tele. Encima, el nuevo compositor ni siquiera tuvo la menor intención de crear una nueva fanfarria para la película, sino que se centró en componer piezas que funcionasen directamente como complemento a las imágenes. Salvo por el hecho de que su calidad es enorme y merece una atención detallada por parte del oyente, podríamos decir que The Undiscovered Country tiene poco sentido como álbum musical con significado propio, ya que sus engranajes están tan dedicados a hacer avanzar la tensión dramática del filme que su escucha aislada es difícil de seguir a un nivel narrativo. Incluso su obertura, que puede recordar al Marte de Holst y, lejanamente, al Batman de Danny Elfman, parece destinada a meternos en la intriga espacial que nos espera más que a impresionarnos a un nivel meramente musical. Pese a que podemos encontrar algún tramo más o menos triunfalista, prima la funcionalidad sobre la forma.
Overture
La partitura de Eidelman es francamente innovadora, ya que priman los ritmos sobre el desarrollo de las cuerdas, y utiliza por primera vez coros en una película de la saga. Los escuchamos, por ejemplo, para acentuar las misteriosas intenciones de los Klingon de la película, o subrayando un efectivo leitmotiv relacionado con la trama política que se repite en varios cortes. También hay instrumentación exótica, aunque esta vez se va un poco más allá de las percusiones tribales, por ejemplo usando algunos vientos sutiles aquí y allá. Y hay lugar para algunos toques de sintetizador, por ejemplo en escenas del planeta-prisión.
Clear All Moorings
Pese a que el tono general de la banda sonora es oscurantista, son inevitables ciertos fogonazos de luz en el clásico tema en el que el Enterprise suelta amarras (Clear All Moorings) y en la pequeña suite de los créditos finales, en los que se despide -autógrafos inclusive- la tripulación original de la nave. Por supuesto, no falta alguna breve referencia al tema de Alexander Courage, y hay también un sutil recuerdo del tema que compuso James Horner para Spock, por ejemplo en Escape from Rura Penthe, con o sin frotación de copas con agua, según el caso. A menudo he tenido la personal sensación de que bullían tantas ideas en la mente del autor que algunas terminaban por atascarse en el cuello de su embudo creativo. Cosa que no siempre es mala.
Entrevista con Cliff Eidelman (en inglés).
Muy inspirada y, sobre todo, muy efectiva, la banda sonora de The Undiscovered Country acabó por convertirse en el único trabajo verdaderamente memorable de Cliff Eidelman, lo que no es poco si tenemos en cuenta que incluso el Jerry Goldsmith de las futuras películas con Picard y los suyos se inspirarían más de una vez en sus ambientes hiperdramáticos. Aunque el CD original contenía prácticamente toda la música de la película, sabemos que siempre queda por ahí material digno de publicarse. Hubo una versión pirata del álbum con gran calidad de sonido que, para algunos entendidos, supera incluso la edición expandida oficial de 2012.
Fantástica también aunque después de los trabajos de Horner y Goldsmith (incluso Rosenman) queda muy por debajo. La fanfarria de entrada, puro Holst.
ResponderEliminarComo estoy disfrutando con estas entradas.