1. Prologue and Main Title (6:27)
2. Klingons (5:55)
3. Stealing the Enterprise (8:33)
4. The Mind Meld (2:30)
5. Bird of Prey Decloacks (3:37)
6. Returning to Vulcan (4:49)
7. The Katra Ritual (4:29)
6. End Title (6:12)
7. The Search for Spock (3:43)
Si hay una película en toda la saga de Star Trek que ha sido injustamente menospreciada y merece reivindicación, hablamos seguramente de Star Trek III: En busca de Spock (1984). Cierto que no tiene ni la frescura ni el ritmo vibrante de La ira de Khan, pero funciona bien como segundo episodio de esa especie de trilogía con continuidad estricta que forman Star Trek II, III y IV. Sus efectos especiales, esta vez sí, son tan buenos como los de la mejor película del momento, el guión no es redondo pero no está mal, y en general se puede decir que ha resistido bien el paso de los años. Ayuda a mantener el tipo, frente a su predecesora, otro buen trabajo de James Horner, esta vez en el que sería su segunda y última aportación a la franquicia.
El caso es que el director, el mismísimo Leonard Nimoy, quería a su amigo personal Leonard Rosenman para poner música a su película, pero está claro (y más viendo lo que ocurriría en la siguiente entrega), que mereció la pena continuar con Horner. Se le sugirió que continuase con los temas que había introducido en Khan, pero con un tono algo más místico y solemne, menos aventurero, y queda bastante claro que logró otra partitura de muy alto nivel en la que dominan las cuerdas sobre los metales. Pese a ello, Horner empezó a hacer el gesto, metafóricamente hablando, de taparse la nariz ante la parafernalia trekkie, y terminó por renegar en alguna ocasión de sus trabajos para la saga. Tal como estaremos pensando, en este momento ya jugaba en la primera división de Hollywood y se puso un poco snob.
En efecto, The Search for Spock comienza con una evolución del tema secundario de la fanfarria del filme previo, más lento y con alma de adagio. No sé muy bien por qué, pero al final del disco hay una versión tontorrona en plan tecno-pop ochentero de la misma melodía. Para encontrarnos con el brío juguetón y aventurero que hacía tan especial la banda sonora anterior tendríamos que movernos hacia el tema Stealing the Enterprise, en el que la tripulación de susodicha nave hace unas cuantas travesuras para ponerse en marcha hacia donde parece haber renacido Spock. Y quien echase de menos la fanfarria que compusiese James Horner dos años antes, solo tiene que ir hasta el penúltimo corte del álbum, el de los créditos finales.
Sin que el conjunto pierda demasiado brillo por su conservadurismo, The Search for Spock mantiene el tono general también en sus piezas incidentales, aunque Horner realiza un par de adiciones muy interesantes. La primera es el tema que compone para los Klingon, los archivillanos el universo Star Trek, que vuelven con fuerza en la tercera película tras una brevísima aparición en la primera. Su leitmotiv es percusivo, con muchos metales y una trompa tibetana, retomando de algún modo el enfoque tribalista de Jerry Goldsmith, pero dándole un matiz todavía más tosco y disonante. Algún crítico se quejó de que para los klingon de la película, por culpa de la música de Horner, "siempre es hora de cenar". Muy agudo.
El otro avance notorio de James Horner es un desarrollo más amplio del tema experimental que crease para Spock en Khan en plan electrónico, muy efectivo en el corte The Katra Ritual, donde además se cuela una delicada (y breve) versión con el mismo sonido del tema de la serie a cargo de Alexander Courage. Ya podría haber hecho algo igual de sutil con su corta-pega de un tema de Romeo y Julieta de Prokofiev, que presagiaba las futuras picardías de Horner.
Como en el caso del álbum anterior, esta versión en disco de la banda sonora tuvo una primera edición más bien cutre, muy recortada. Pese a que nunca fue un álbum que suscitase un gran interés para el coleccionismo (de nuevo por la mala fama de la película), tuvo también su versión expandida, de nuevo la que más vale la pena conseguir en la actualidad.
El tema inicial.
"Robando el Enterprise".
Sin que el conjunto pierda demasiado brillo por su conservadurismo, The Search for Spock mantiene el tono general también en sus piezas incidentales, aunque Horner realiza un par de adiciones muy interesantes. La primera es el tema que compone para los Klingon, los archivillanos el universo Star Trek, que vuelven con fuerza en la tercera película tras una brevísima aparición en la primera. Su leitmotiv es percusivo, con muchos metales y una trompa tibetana, retomando de algún modo el enfoque tribalista de Jerry Goldsmith, pero dándole un matiz todavía más tosco y disonante. Algún crítico se quejó de que para los klingon de la película, por culpa de la música de Horner, "siempre es hora de cenar". Muy agudo.
Klingons
El otro avance notorio de James Horner es un desarrollo más amplio del tema experimental que crease para Spock en Khan en plan electrónico, muy efectivo en el corte The Katra Ritual, donde además se cuela una delicada (y breve) versión con el mismo sonido del tema de la serie a cargo de Alexander Courage. Ya podría haber hecho algo igual de sutil con su corta-pega de un tema de Romeo y Julieta de Prokofiev, que presagiaba las futuras picardías de Horner.
Edición expandida.
Como en el caso del álbum anterior, esta versión en disco de la banda sonora tuvo una primera edición más bien cutre, muy recortada. Pese a que nunca fue un álbum que suscitase un gran interés para el coleccionismo (de nuevo por la mala fama de la película), tuvo también su versión expandida, de nuevo la que más vale la pena conseguir en la actualidad.
Esta fue la primera que vi en cine en su día y a pesar de que me faltaban datos de las anteriores, la disfruté muchísimo y aún lo hago hoy en día. Me encanta tanto o más que la anterior y no entiendo que sea tan mal vista (de hecho, lo ignoraba).
ResponderEliminarGran Banda sonora, genial. Tengo ganas de ver tus comentarios de las siguientes. Gracias a ti estoy volviendo a oírlas.
Pues por aquí también escuchando estas bandas sonoras de nuevo gracias a las entradas del Conde. Buena iniciativa, previa al fin de año starwasero que nos espera.
ResponderEliminarJosé Ramón, sabrás que existe una teoría de la conspiración que dice que las películas impares de la saga son las "malas", y debo afirmar que, quitando que Insurrección y Némesis fueron ambas bastante patatas, la crítica se ha ensañado precisamente con las impares, muchas veces con razón. De En busca de Spock se quejaron porque arranca con lentitud por aquello de reunirse la tripulación, porque los villanos son flojetes comparados con la tropa rollo heavy de Khan, y por otros detalles como la pelea mano a mano un tanto falsa entre Kirk y el klingon que encarnaba Christopher Lloyd. Por mi parte, ya te digo que es de las que más me gustan.
ResponderEliminar¡Saludos!
Pues no sabía nada de esa teoría de las peliculas impares. Es verdad que es muy teatral y todo eso pero me da igual. Tiene ese regustillo ochentero que me encanta
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