1. Dune (4:53)
2. Bashar (1:34)
3. Thufir Hawat (1:10)
4. Sardaukar (0:59)
5. Bene Gesserit (7:16)
6. Shaï Hulud (7:21)
7. Fremen (4:10)
8. Harkonnen (2:55)
9. Adab (2:27)
10. Gom Jabbar (1:24)
11. Ibad (4:47)
12. Kwisatz Haderach (5:46)
Si alguien dudaba de la influencia de la novela de Frank Herbert en la cultura de masas, aquí tiene el enésimo trabajo musical inspirado en Dune, en este caso obra de uno de los gurús olvidados de la electrónica de los años setenta, el francés Bernard Szajner (Zed o Z). Siendo aquella una época con mucho gusto para lo alucinógeno y la expansión de la conciencia, el clásico de la ciencia-ficción fue para los hipsters de aquellos tiempos lo mismo que El Señor de los Anillos había sido para la década anterior. En fechas paralelas (1979) se publicaría el trabajo conceptual de Klaus Schulze sobre el mismo libro, y pese a que este músico se ha convertido en un mito viviente para los aficionados a la electrónica de vanguardia, pienso que este pulso por adaptar musicalmente Dune lo ganó Zed.
Bernard Szajner
Bernard Szajner puede añadirse a la breve pero intensa lista de técnicos (que no necesariamente músicos) de prestigio que en aquellos años tan creativos quisieron aportar obras propias. Algo parecido habían hecho Alan Parsons al impulsar su proyecto sobre los cuentos de Poe, o Jeff Wayne con su doble LP sobre La guerra de los mundos, aunque es evidente que Szajner no logró que su música alcanzase los niveles de popularidad de los anteriores. La cuestión es que la música de Zed estaba cerca del sonido de la Escuela de Berlín, esto es, el krautrock reconvertido en música cósmica, mucho más que de cualquier convencionalismo pop. Ni siquiera parece querer nutrirse demasiado del impulso mainstream de Jean Michel Jarre, entonces en sus mejores tiempos. Pero Visions of Dune sí que procura buscar el placer de los aficionados a la electronic music, tanto por lo épico de su planteamiento como por su empeño en imponer un sonido propio, no prestado de sus contemporáneos, si bien hay matices sutiles de aquí y de allá.
Cada uno de los temas se centra en un personaje o un elemento del libro, un poco como si cada corte musical fuese una ilustración de las que podrían aparecer en la novela. En efecto, son "visiones" sobre Dune, algunas de ellas bastante agudas. Se busca un ambiente de ciencia-ficción, y éste se logra de manera efectiva gracias a un mayor énfasis en las atmósferas que en las melodías, lo que ha terminado por convertir al álbum y su creador en un referente menor del ambient. A base de sintetizadores, extrañas percusiones, voces sintetizadas mediante vocoder y manipulación de cintas, Zed nos traslada al lejano planeta Arrakis y a su bizarra iconografía orientalista.
Portada de la reedición de 2014.
Especial relevancia tiene la solemnidad del tema inicial Dune y su ominosa introducción, seguido de Bashar y sus secuencias a lo On the Run de Pink Floyd sobre percusiones exóticas. Thufir Hawat añade a lo anterior un nervioso juego melódico de secuenciador, y Sardaukar resulta sobre todo una prolongación de lo anterior. Aunque permanece presente el fondo aéreo, en Bene Gesserit encontramos un mayor -y delicado- juego melódico. La extensa Shaï Hulud (así se llama el famoso gusano gigante de la arena) juega con diferentes secuencias "en espiral" y unas cuantas melodías épicas. Delicadas y místicas suenan las secuencias de Fremen hasta una segunda mitad del tema que emparenta con un rock progresivo a lo Vangelis en Albedo 0.39. Siniestro, sucio e industrial suena Harkonnen, buscando una sensación de caos sonoro con el añadido de una guitarra eléctrica. Nervioso y cautivador es Adab, de nuevo con una magnífica secuencia épica de fondo y una melodía minimalista. Gom Jabbar suena más que nada a desasosiego e inquietud, y pronto nos movemos hacia la cuasi-hindú Ibad, un exquisito corte con voces ceremoniales que abre camino a la conclusiva y potente Kwisatz Haderach, de lo más cósmico de todo el álbum.
Kwisatz Haderach
Aunque Visions of Dune se terminó quedando en anécdota en lo que a fama se refiere, no hay duda de que nos encontramos ante un magnífico ejemplo de lo que podía dar de sí la electronic music en sus años dorados, todo un ejercicio de imaginación que se considera un álbum "de culto" y que tuvo una cuidada reedición (con temas añadidos) en 2014 de la que se hicieron eco numerosos medios. Muy recomendable, y muy inexplicable su relativa poca fama.
Alguna curiosidad en nuestro Facebook.
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Interesante trabajo que no conocía. Por cierto, ¿Donde está la entrada de war of the worlds?
ResponderEliminarHola, José Ramón. Te pongo en enlace:
ResponderEliminarhttp://otrasmusicasotrosmundos.blogspot.com.es/2010/05/jeff-wayne-jeff-waynes-musical-version.html
Sí señor! Con esta me has sorprendido Conde. Mira que he escuchado música electrónica de todo pelaje, de una y otra década, de esta y aquella subrama, pero de este tipo es la primera vez que oigo hablar. Vaya descubrimiento más bueno. Me han gustado especialmente "Shaï Gulub" y "Adab", pero el tono global de disco me ha encantado en su conjunto. Gracias de nuevo por iluminarnos a todos, un abrazo.
ResponderEliminarHace años que sigo este blog pero creo que nunca me he lanzado a comentar. Tanto la selección como lo detalladas que están las entradas es espectacular. Desconocía totalmente este disco y me ha servido para meterme de lleno en todas las reseñas que tienes sobre Dune, ya que sólo conocía la banda sonora de Toto. Felicidades y ánimos con el blog.
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